En ocasiones, ese singular universo de las asociaciones es mucho más certero, podría decirse, que la hipnosis regresiva, despertándonos recuerdos que pensábamos que estaban definitivamente perdidos en lo más recóndito del corazón.
Ésta simple hoja, afectada de otoño y sin savia –como diría el malogrado poeta Miguel Hernández- caída en la superficie de un estanque y sujeta a las misteriosas corrientes levantadas, si no por los cisnes que evolucionan en las proximidades, sí por ese misterioso viento, que a veces lleva el apellido ‘del Espíritu’, me trajo a la memoria, hace apenas unos días, aquéllos entrañables barquitos de papel con los que jugábamos en los charcos de nuestra infancia, mientras soñábamos con mundos imaginarios de aventura y fantasía. Un recuerdo y una sensación, que tan bien supieron plasmar en sus inolvidables versos, poetas de la talla de Antonio Machado, en esa visión retrospectiva, que generalmente viene a ser sinónimo de nostalgia.
Cuán grato sería, si contemplando la fotografía, dejaras un comentario, diciendo simplemente:

• Pues sí, a mí también me ha recordado mis tiempos de infancia.
  O, ¿por qué no?, aquello otro de:
• ¡Qué tiempo tan feliz!.
  Porque después de todo, creo que casi todos los que ya tenemos una cierta edad, bien que podríamos decir, dejándonos llevar por el recuerdo, aquello de:
• ¡Lo poco que teníamos y lo felices que fuimos!.

Those little paper boats
Sometimes, that singular universe of associations is much more accurate, it could be said, than regressive hypnosis, awakening memories that we thought were definitely lost in the deepest recesses of the heart.
This simple leaf, affected by autumn and without sap - as the ill-fated poet Miguel Hernández would say - dropped on the surface of a pond and subjected to the mysterious currents raised, if not by the swans that evolve in the vicinity, yes by that mysterious wind , which sometimes carries the surname 'of the Spirit', brought me to memory, just a few days ago, those charming paper boats with which we played in the puddles of our childhood, while we dreamed of imaginary worlds of adventure and fantasy. A memory and a sensation, how well they were able to capture in their unforgettable verses, poets of the stature of Antonio Machado, in that retrospective vision, which generally comes to be synonymous with nostalgia.
How pleasant it would be, if contemplating the photograph, leave a comment, saying simply:

• Well, yes, he also reminded me of my childhood days.
  Or, why not ?, that other of:
• What a happy time!.
  Because after all, I think that almost all of us who already have a certain age, well we could say, letting ourselves be carried away by the memory, that of:
• What little we had and how happy we were!

AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual.
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