Hay amaneceres y también atardeceres, en los que la luz dorada del Sol ofrece planos inconmensurable belleza, reproduciendo, como modelo, aquél espléndido fenómeno que los pintores de todos los tiempos han denominado siempre como rompimiento de gloria.

Las ruinas de un viejo castillo, observadas desde ésta interesante y afortunada perspectiva, otorgan siempre un cuadro de misteriosa belleza, trocando la melancolía del síndrome de Bizancio o paso inexorable del tiempo, en un agradable estado de inmortal romanticismo.

There are sunrises and also sunsets, in which the golden light of the Sun offers immeasurable beauty planes, reproducing, as a model, that splendid phenomenon that the painters of all times have always called a break of glory.

The ruins of an old castle, observed from this interesting and fortunate perspective, always give a picture of mysterious beauty, changing the melancholy of the Byzantine syndrome or inexorable passage of time, in a pleasant state of immortal romanticism.

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