MAYA LA MONITA BAILARINA.

Corran corran! Ya la reina está por dar a luz a su sucesora... mientras todos los animales corrían alegres por conocer a la princesa Maya, la reina Tyara estaba en el momento decisivo para traer al mundo a quien seguiría su mandato y cuidaría de su manada. Un parto esperado y de horas decisivas, por fin llegó la hora de conocer a su hija, unos pujidos más y nace la pequeña, es hermosa, por fin llegas a tu Reino, dice con tono cansado la reina, pero feliz de conocer a su princesa.

Todo reunidos en las afueras de la cueva, esperan con ansias la presentación, en eso sale el rey Tanos con su progenitora en brazos y la presenta ante la familia de monos, ¡aquí está quien dará continuidad a nuestra raza! Todos muy contentos y al unísono dicen ¡viva la princesa Maya! Pues así fue el nacimiento de esta pequeña quien con el pasar de los días aprende como comportarse y las normas de una princesa.

Un día, Maya escucha a lo lejos un sonido que la envuelve y decide seguirlo, con astucia sale de la cueva y sigue su instinto para llegar al lugar de donde proviene aquel sonido, en uno momento sale a su paso un monito, asustando a Maya, él le dice ¿que haces por aquí? Las princesas no salen de su cueva sin un custodio. Maya responde, ¡no escuchas ese sonido, me hace vibrar los pies! ¿quien eres tu? Yo soy Giro, el Vigía de nuestro campamento.

Con un largo camino por recorrer, Maya decide ir, solo que su nuevo amigo no la dejaría sola, ambos siguen el camino indicado por la música, hasta llegar a un refugio de humanos, se esconden en unos matorrales lejos de la vista de ellos y observan a una niña bailando y riéndose de lo que hacía, Maya con su instinto sale saltando y tras ella Giro a detenerla, pero es tarde, maya y la niña bailan juntas sin el más mínimo temor, bailan y baila hasta que la música acaba.

De pronto, ambas se miran y se ríen, la niña le dice que linda eres y que bien bailas, yo soy Sofi y tú, yo soy Maya y me gusta lo que escuché, eso se llama música y cada vez que la escucho me alegro y comienzo a bailar. De pronto, aparece Giro y le dice a Maya ¡es hora de irnos los humanos grandes no deben vernos!, ambas amiga de baile se despidieron y los monitos regresaron a su hogar, al llegar los esperaban los reyes y de inmediato le preguntaron Giro ¿Porqué descuidaste tu zona? a lo que respondió ¡vi a la princesa salir y decidí seguirla! pues ahora regresa a tu puesto. El rey enojado le dice a Maya ¡no puedes salir sola de nuestro campamento es peligroso para una pequeña como tu! pero padre, es que escuche un ruido y me ha gustado tanto que decidí seguirlo, llegamos a un campamento humano, baile y baile con uno de ellos, ¡estas castigada Maya, ve a tu morada!.

La pequeña monita se puso triste, pregunto a su madre ¿Porqué no puedo bailar? la reina le dijo que si podía solo que no debe ser cerca de los humanos, ya que ellos tienen su forma de vivir y muchas veces ellos se asustan con su presencia. Maya le cuenta que bailo con una niña llamada Sofi y que ambas se hicieron amiga. Pasaron los días y Sofi extrañaba a su amiga monita, Giro veía a Maya más no se acercaba mucho para evitar un regaño del rey, en un momento de su vigilia vio a la pequeña humana y corrió a su encuentro, la niña le pregunta por Maya y este le dice que no la han dejado salir del campamento desde aquel día, Sofi le entrega un pequeño radio de música y dice que se lo entregue, ella se va y Giro como puede llega a escondida hasta donde se encuentra Maya y le da el pequeño radio, a lo que de inmediato la monita lo esconde.

Más tarde y con todo tranquilo, Maya enciende la radio y comienza a bailar, se siente tan feliz y libre que no se da cuenta que sus padres la miraban, ambos sonríen al ver a su pequeña feliz y dicen tenemos a una monita bailarina. Es así como Maya disfrutaba de su baile día a día hasta que llegó el momento de ser la reina y traer al mundo a su pequeña hija, quien también le gustaba la música y a la que le heredo su radio, con ello se repite la historia, solo que ahora madre e hija comparten la misma pasión.