En algunas ocasiones el estudio de un personaje requiere de una búsqueda exhaustiva de información, dado que hay personajes que tienen una estrecha relación con el campo de los hechos reales o históricos se hace necesario empaparse de los materiales de referencia adecuados para comenzar a construir, además de la comprensión de las decisiones, acciones y discurso del personaje, imágenes más vívidas con las que comenzar a elaborar el proceso de creación, narrativa, dramatúrgica o bien escénica del mismo. Hay otras ocasiones en que el personaje proviene de un campo un poco más complejo, en el que está involucrado un proceso cultural en el que además de hechos que pertenecen al registro histórico interviene un proceso de simbolización y reinterpretación de situaciones y personajes para cohesionarlos en referentes de identidad comunitaria, del culto religioso o de valores de un pueblo, esto es a grandes rasgos lo que podríamos llamar una mitología.

Al conjunto de personajes de la mitología griega pertenece Medea, y de este conjunto es uno de los personajes más especiales, su recorrido lleno de eventos tan asombrosos como cargados de pesar comienza en Cólquide, actual Georgia en el Cáucaso, remota e inhóspita región en el mundo conocido, tierra de amazonas en donde mucho tiempo antes habían encadenado a Prometeo; y en Cólquide termina sus días después de haber recorrido prácticamente todo el mundo griego. Su historia está íntimamente ligada a otro personaje, al héroe Jasón, hijo del destronado rey Esón de Tesalia, región en el corazón de la Grecia antigua, quien también estaba destinado a grandes esfuerzos para recuperar el trono de su padre.

Medea en el carro de Helios, cerámica griega
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El mito de estos dos personajes se narra en las muchas versiones que sobre el conjunto de aventuras de Medea y Jasón se les suele conocer como Argonáuticas, de las cuales la más completa conservada hasta nuestros días sería la de Apolonio de Rodas, de aproximadamente el siglo III a.C., pero que incluye importantes menciones en Homero, Hesíodo y diversos fragmentos. El nombre de este ciclo lo aporta la nave de remos Argo, construida bajo la dirección de la diosa Atenea, la cual poseía los dones de la palabra y la profecía, y que llevó hasta Cólquide a un conjunto de héroes en compañía de Jasón, entre ellos Orfeo y Heracles; luego los regresó a Grecia con el botín que, esperando se convirtiera en una misión imposible, había solicitado el rey Pelias (hermano de Esón que había usurpado el poder en Tesalia) para restituir a Jasón en el trono: el vellocino; piel de oro del carnero alado Crisómalo que se encontraba bajo el poder del rey de Cólquide y padre de Medea, Eetes. Además del vellocino Jasón regresaría a Grecia con otro botín que terminaría siendo la ruina para muchos reyes griegos, la propia Medea.

Es difícil hacer un resumen de todos los eventos narrados en las Argonáuticas, que serían el antecedente a la acción principal de Medea pero trataremos de plantearlos a través de la situación general. Eetes se niega a entregar el vellocino y a su vez pone otras tantas pruebas imposibles a Jasón; la princesa Medea, por la intervención de Afrodita, no puede evitar enamorarse del héroe que está a punto de morir intentando superar los obstáculos y decide ayudarlo. Medea logra que Jasón supere todas las pruebas llegando incluso a traicionar a su propia familia cuando mata a su hermano para lograr huir de su padre con Jasón y el vellocino de regreso a Grecia; lo despedaza desperdigando sus restos en el mar para distraer a su padre en su recuperación. Medea se casa con Jasón ante los dioses bajo los más estrictos votos y juramentos. En el desarrollo de la situación Medea venga a Jasón del Rey Pelias, quien se niega a devolver la corona, por lo cual es asesinado por sus propias hijas bajo la manipulación de Medea. Medea y Jasón deben huir a Corinto en donde son recibidos bajo el asilo del rey Creón. En Corinto Medea y Jasón tienen a sus dos hijos. Creón ofrece a Jasón a su hija Glauce (o Creúsa) en matrimonio, Jasón, acepta.

Terror y conmiseración

El poeta trágico Eurípides dejaría para la historia la obra que fijaría la imagen más definitiva de este personaje en el corazón de la humanidad. Séneca, en la Roma del primer siglo de nuestra era escribiría también una pieza que, aunque tal vez con menos resonancia, forma parte importante de la mirada de la época clásica en torno a este personaje. La Tragedia, según nos explica Aristóteles en su Arte Poética, cumplía con la función social de purgar en los ciudadanos, a través del miedo y la conmiseración (que se producía en la contemplación en escena de hechos y personajes cuyos errores eran causa de infortunio), las bajas pasiones que en su propia vida pudieran estar afectándolos. Así ninguna virtud o exceso dejaba de ser analizado en estas piezas, por más crueldad, violencia o patetismo que pudiese contener. Medea decide matar a sus hijos para vengar la traición de Jasón, tal es el argumento que se desarrolla tanto en la pieza de Eurípides como en la de Séneca.

La acción transcurre en un solo día, Medea sabe de la intención de Jasón de casarse con Glauce, el Rey Creón llega para desterrarla. Ella consigue que le permita partir hasta el día siguiente. Jasón decide quedarse con sus hijos. Ella recuerda a Jasón los juramentos hechos y todo lo que ella ha realizado en su nombre, sin conseguir ningún efecto. En su corazón, ya conoce cuál será la venganza. Ella muestra aceptación y ofrece regalos de boda que promete enviar con sus hijos. Medea baña en un veneno que ella ha preparado el vestido que regala a Glauce, cuando esta se lo pone su piel empieza a consumirse en llamas. Los niños han regresado a despedir a su madre. Se dispone a matar a sus hijos, duda, la convence la certeza de que los ha condenado a la furia de la gente de Corinto. Los mata ante los ojos de Jasón cuando está llegando para apresarla. Una carroza dorada tirada por dragones perteneciente a Helios, el Sol, viene para llevarse a Medea de Corinto dejando a Jasón en la desesperación.

Jasón y Medea, de John William Waterhouse, 1907
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Tanto Eurípides como Séneca se basan en este argumento para potenciar diversos aspectos del mismo carácter. Las piezas en sí mismas, junto con diversos análisis que a lo largo de la historia se han hecho en torno al personaje, nos permiten observar que mientras Eurípides se centra más en la inteligencia, la dualidad femenino/masculina de Medea, su compromiso con la Justicia y las interacciones entre los planos social, divino y humano de la situación; el político, filósofo estoico y poeta Séneca, estaba más interesado en la comprensión del desarrollo psicológico de las pasiones humanas, el balance entre la razón y el descontrol provocado por el furor, o desborde emocional de los personajes. El público de Tragedia de la época clásica grecolatina encontró seguramente en estos personajes, desde los motivos esenciales del ámbito del culto religioso griego, pasando por el estudio histórico, psicológico y social de las situaciones, hasta las emociones más abrumadoras ya que aunque en los teatros de esta época se ocultaba convencionalmente la acción de la muerte y en general las acciones sangrientas, ya que estas nunca ocurrían a ojos del público, la técnica de los actores y los mecanismos del espectáculo desarrollaban el efecto emocional apelando también a la imaginación y al conocimiento del espectador de las convenciones estrictas de la representación.

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Configuración del arquetipo.

La aproximación a los personajes que llevaban a cabo los poetas dramáticos en la época clásica tenía muy en cuenta un aspecto importante para la configuración de la identidad del ciudadano, este es la multiplicidad de versiones que de un mito podía encontrarse, dependiendo a veces de la fuente narrativa, a veces de la región específica y sus héroes y dioses patronos, o bien del desarrollo que se fue dando en las diversas formas del culto griego y latino. Cabe recordar que para la época no había una separación estricta sino interacciones dinámicas entre las esferas de lo religioso, lo político, lo artístico, lo filosófico, lo científico. Por ejemplo, de Pitágoras se sabe que fundó a la par de todos sus estudios matemáticos una escuela que era también un culto al espíritu de los números, o Esquilo de quien se sabe que participó como oficiante en los ritos de Eleusis en honor a Deméter, famosos por su alto secreto y grados de conocimiento, fue acusado de sacar las vestimentas rituales para causar más impacto simbólico en el teatro; fue soldado en las épicas batallas de Maratón y Salamina, por las que pidió ser recordado más que por ser uno de los padres del Teatro tal como hoy lo conocemos, arte en el que tan claramente dejó plasmado su amor y compromiso con la democracia ateniense.

El tratamiento de los personajes requiere de la comprensión de todos los símbolos que encierra pues se trata de forjar un solo ícono contenedor, una imagen para ver a través de ella, un objeto del pensamiento cargado de una fuerza que irradia a la vez una multiplicidad de interpretaciones, conocimiento, una poderosa carga emotiva y potencial transformador para el espectador. Esta capacidad de síntesis de las diversas esferas y repercusiones de las acciones, comportamiento, y pensamiento humanos llevó a estos poetas a crear figuras que no sólo a través de los tiempos pasados, sino hasta el día de hoy siguen causando asombro y siguen excitando las ideas en el campo creativo, artístico e incluso en el campo de la investigación científica que también se ha visto influido por los encuentros de la poesía dramática clásica. Aquí cabría un ejemplo que puede ser muy sonoro para muchos que en tiempos más recientes hemos conocido, escuchado o incluso padecido del Complejo de Edipo.

Edipo y Antígona o la plaga de Tebas, por Charles Francois Jalabert.
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El poeta trágico Sófocles, quien en el canon aristotélico quedaría representado como el más acabado, nos entregó una pieza que llegaría a estructurar buena parte de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud y por ende de la psicología moderna. Lo que cabe señalar en este apartado es cómo una pieza tan compleja como la de Edipo Rey de Sófocles termina condensando en el psicólogo y filósofo alemán la idea central de las relaciones conflictivo-amorosas con nuestros padres. En este recorrido por tiempos, cosmovisiones, marcos sociales, teóricos; Edipo nos acompaña en un viaje que va desde las intrincadas e inalcanzables decisiones de la Necesidad y el Destino, hasta los profundos mecanismos de la psique y la experiencia humana. Si bien sería extenso explicar toda la genealogía de Edipo, cabe mencionar algunos datos de interés:

Edipo nombrado rey y casado con la reina Yocasta tras derrotar a la Esfinge que asolaba Tebas, se ve obligado por una peste que asola la ciudad a iniciar una indagación en la que promete descubrir quién ha asesinado al antiguo rey, Layo. Durante la indagación, que diversos personajes le recomiendan suspender por el conocimiento que tienen de los hechos, Edipo se muestra obstinado y cada vez más violento en los medios para cumplir su promesa. La reina Yocasta al entender cuál es la verdadera razón de los hechos, se suicida. Edipo descubre que el mismo ha matado al antiguo Rey, descubre también, para cumplir con todos los vaticinios de su nacimiento, que Layo era su padre y que se ha casado y ha tenido hijos con su propia madre. Edipo se condena a sí mismo al destierro, no sin antes sacarse los ojos después de haber mirado la verdad se retira de Tebas.

¿Qué hilos de esta historia llevaron a Freud hacia la teoría? ¿Qué elementos de la condición humana le parecieron plasmados en esta Tragedia? ¿Cuál fue la clave? Sin ahondar más, ni en Edipo ni en Freud, comentaremos que muy probablemente esta clave se encuentre en un texto de Yocasta.

Yocasta. — Y, ¿qué podría temer un hombre para quien los imperativos de la fortuna son los que le pueden dominar, y no existe previsión clara de nada? Lo más seguro es vivir al azar, según cada uno pueda. Tú no sientas temor ante el matrimonio con tu madre, pues muchos son los mortales que antes se unieron también a su madre en sueños. Aquel para quien esto nada supone más fácilmente lleva su vida. (Trad. Assela Alamillo para Ed. Gredos)

Desde la identidad nacional, hasta la comprensión del mundo de los sueños, tal es la trascendencia de los personajes arquetípicos, para ello cabe revisar todo el trabajo que en torno al inconsciente colectivo y al estudio de las mitologías comparadas siguieron realizando pensadores de la talla de Carl Jung, James George Frazer y uno, desde mi punto de vista, bastante importante en el campo de la cultura, la literatura y las artes, Josep Campbell; pues cada uno desde su obra plantea la relación que aún en el mundo contemporáneo seguimos teniendo entre nuestros procesos vitales y los símbolos y rituales, individuales y sociales, que trazan los ejes de nuestra experiencia humana y que determinan la manera de relacionarnos con el entorno.

La mujer que rompe los límites y el hombre que rompe los juramentos.

Es momento de regresar con nuestra virginal princesa Medea, hemos de decir de esta joven (nieta del dios Helios o bien el Sol, hija de la ninfa Idía, sobrina y aprendiz de la hechicera divina Circe, sacerdotisa de la diosa Hécate, otra hechicera, cercana y protegida de la diosa Afrodita), que inició con pie firme la marcha hacia el nacimiento de su concepción arquetípica. Era también una mortal, una muy avanzada en su inteligencia y conocimientos místicos y científicos, también sabemos que gustaba plenamente de los placeres del palacio de su padre y todo su amor. Al enamorarse de Jasón y salir con él hacia Grecia rompe absolutamente los límites de la obligación y ley familiar traicionando la figura del padre para nacer como ser independiente, una mujer que toma las riendas de su destino, ella no será como muchas hijas entregada a quien su padre decida, ella toma la decisión.

El compromiso la vuelca hacia quien ha decidido seguir, ha logrado salvar a todos los héroes del mundo civilizado que llegaron, de alguna manera, a saquear una tierra que consideraban bárbara, la de ella y su familia. Fija junto con Jasón, todos los votos y compromisos matrimoniales ante los dioses y diosas, que los han acompañado en el camino. Se convierte en asesina de reyes, en bruja fugitiva, en extranjera, en un monstruo en un reino que la mira con malos ojos por el miedo a sus conocimientos, a sus poderes. Sin embargo, hasta ahora Jasón, el rey sin corona, ha estado ahí y ellos tienen a sus hijos, lo más preciado para ambos.

Medea, por Henri Klagm
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Al momento que Jasón acepta la oferta del Rey Creón, abrumado según él por la vida insegura que está llevando a cuestas, la tragedia comienza a cernirse sobre los dos personajes pues ambos tienen en relación con ese gran atador de cabos que es el Destino varias cuentas que responder. Medea actúa al matar a sus hijos como instrumento de justicia vengadora para elementos de la Naturaleza que tarde o temprano ajustan el equilibrio que debe tener la vida de los hombres. Sin embargo Medea también actúa de manera excesiva ya que con sus decisiones y acciones empujó a sus hijos a una situación mortal, aún sin que ella hubiera terminado con sus vidas; por eso es castigada, matando con sus propias manos aquello que más amaba, dos veces. La versión del mito en la que fueron los corintios quienes mataron a los niños también es bastante fuerte, incluso hay historiadores como el que acusan a Eurípides de haber recibido un pago para asentar la imagen filicida de Medea debido a malos agüeros con los que cargaban desde aquellos tiempos por su acción, que con la tragedia del poeta quedarían resarcidos. Jasón en cambio pertenece a la línea de héroes cazadores de monstruos, los dioses los destinaron para acabar con las figuras de tiempos más antiguos para asentar su moderno poder, pero llegó el tiempo en que ellos serían los nuevos monstruos. Así Jasón paga por su traición a los sagrados votos, símbolos y dioses matrimoniales rompiendo con las personas que encarnaban esos símbolos, pues dejando de lado la traición a la ahora extranjera Medea, también traicionó a sus hijos condenándolos a una insegura segunda categoría en el marco de la nueva familia que comenzaba a formar con la princesa Glauce. Después del castigo de presenciar impotente la muerte de sus hijos, Jasón también es condenado al destierro y a una vida sin rumbo que termina por causa de su propio barco, el Argos, uno de cuyos viejos maderos se desprende cayendo encima de Jasón terminando con su pesar. Medea por otro lado, fue transportada por la carroza de su abuelo hasta Atenas, al encuentro del Rey Egeo con quien tendría un hijo que disputaría infructuosamente el trono con otro hijo de Egeo, el héroe Teseo. Después de esta aventura Medea emprendería un largo retorno hacia su patria, en donde realizaría junto con su hijo Medo un recorrido fundacional que terminaría convirtiéndose en el imperio de los persas, o medos, como los conocían los griegos del siglo V a.C. la época de la tragedias, ante quienes no terminaban de guerrear.

Son muchas las líneas de investigación que pueden recorrerse en el mito de Medea para el mundo contemporáneo, van desde la posición y derechos de la mujer en las sociedades, las relaciones familiares, los pactos y su sanción, el amor pasional, el amor filial. Las relaciones políticas, la extranjería, la brujería. No olvidemos que el personaje recorre las esferas divina, social y humana con gran repercusión. Sin duda es necesario en una aproximación a este personaje, sobre todo en la época actual, tener claridad en la vía y los marcos desde los que se quiere abordar. En el caso de Medea hay que comprender los aspectos de la cosmovisión que en el mundo griego permitían entender y juzgar estos hechos y cómo la ideología y cosmovisión de nuestro mundo los recibe, los analiza y encuentra relaciones, nuevas creaciones y desarrollos del pensamiento que tienen que ver con el día de hoy.

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El complejo de Medea.

Como hemos visto, no es reciente que los estudios en el campo de la psicología se nutran del estudio del carácter humano realizado por los poetas dramáticos antiguos, en ese sentido la poderosa imagen de “la madre que mata a sus hijos” no deja inmunes a los investigadores de nuestros días quienes ha acuñado el concepto de complejo o síndrome de Medea para designar cierto tipo de fenomenología entre los casos de asesinatos familiares o de proximidad, en los que tratan de encontrar los aspectos psicológicos y sociales que van potenciando el proceso que lleva al filicidio. Entre las manifestaciones que pueden estar comprendidas en este complejo se encuentran desde el abandono, el maltrato psico-físico, algunas situaciones de aborto e incluso junto al filicidio se suele seguir el intento de suicidio que en muchas ocasiones llega a ser consumado. A veces, en casos en los que prevalece el pensamiento suicida, más que el de agresión, la persona acaba con la vida de los hijos por temor a lo que pueda pasarles cuando ellos ausentes, en este caso los especialistas suelen usar el término de “homicidio altruista”. (1)

La actriz Kirsten Olesen en un cuadro de la película
“Medea”
del cineasta Lars Von Trier (1998)
(Fuente)

El complejo de Medea, desde esta perspectiva, no es un padecimiento exclusivo de las mujeres y hay casos de hombres que presentan los mismos síntomas; se ha llegado a determinar que mientras que las mujeres presentan estas actitudes de agresión hacia los hijos más pequeños, los hombres las presentan hacia hijos que suelen estar cercanos o bien en la etapa de adolescencia.

Luigi Correra, miembro de la Asociación del Psicoanálisis en la Cultura de Bolonia, nos ofrece algunos datos al respecto:

Los padres matan tanto como las madres, pero hay una diferenciación marcada con respecto a la edad de la víctima: las madres matan a hijos de entre 0 y 6 años; en cambio, los padres matan a hijos adolescentes o adultos. En cuanto a la edad del homicida: la mayoría de las madres tiene menos de 40 años, mientras que los padres homicidas suelen sobrepasar esa edad. (2)

Existen varios artículos con respecto al tema, la gran mayoría notas periodísticas, pues no olvidemos que estos eventos son de alto impacto social tanto para los familiares como para el entorno de víctimas y victimarios, algunas de estas notas llegan incluso a tener alcance internacional, una simple búsqueda en internet con el asunto “madre mata a sus hijos” en cualquier idioma irá arrojando, también según algunos especialistas, crecientes resultados. Es importante como investigadores, como artistas, e incluso como simples seres humanos en un campo de interrelaciones, estar pendientes de hechos que pueden ser sello de una época y dependiendo de su naturaleza, llamar la atención sobre ellos.

Hay un concepto que es recurrente en varios de estos artículos y es el de forclusión, este concepto desarrollado por Jacques Lacan explica el proceso por el que un objeto (significante, en nuestro caso un hijo) que está cargado de gran valor simbólico (significado, en nuestro caso amor, responsabilidad, esperanza…); pierde (por alguna condición interna del sujeto o bien por alguna situación externa, en nuestro caso la separación del cónyugue y aquí es importante el vínculo social del matrimonio) esta carga simbólica depositada en el objeto, el cuál comienza a ser desvalorizado y en última instancia, rechazado; este proceso echa una honda raíz en el inconsciente del sujeto. Es posible que en el contexto actual los conceptos de maternidad y paternidad estén vinculados a un valor mucho más material en el que los hijos se vuelven moneda de cambio con la que se puede negociar en las interacciones de pareja.

Jacques Lacan
(Fuente))

Es así como regresamos a la esfera simbólica de los arquetipos y el mito en las variadas manifestaciones que pueden tener en nuestra vida; es importante buscar en el mito que comprende las acciones del personaje de Medea lo que para nuestros días pudiera resultar en ese mecanismo de sanación que encontraron los antiguos griegos en el poder de todos los símbolos que acompañaban a la madre que mató a sus hijos, la virgen, la sacerdotisa, la mujer sabia, la hechicera, la masculina, la que decide, la esposa, la extranjera, la madre, la semi-diosa. Recordemos que en esta historia además del campo pasional de los celos se encuentran otros pactos sagrados y traiciones en el campo social que fueron quebrantados. Cabría traer a colación la manera en que Josep Campbell en el prefacio de su libro El héroe de las mil caras, obra en la que nos refiere la importancia no sólo cultural sino psicológica que ofrece la manifestación del mito, los símbolos, los rituales, en la vida de los seres humanos, y por qué considera que el no comprender los procesos de un inconsciente colectivo en los que todos estamos conectados es una de las causas de los desequilibrios de un mundo que no alcanza a entender sus valores y los significados de sus propios sueños e impulsos y por lo tanto no emprende las acciones que serían adecuadas para progresar.

En todo el mundo habitado, en todos los tiempos y en todas las circunstancias, han florecido los mitos del hombre; han sido la inspiración viva de todo lo que haya podido surgir de las actividades del cuerpo y de la mente humanos. No sería exagerado decir que el mito es la entrada secreta, por la cual las inagotables energías del cosmos se vierten sobre las manifestaciones culturales humanas. Las religiones, las filosofías, las artes, las formas sociales del hombre primitivo e histórico, los primeros descubrimientos, científicos y tecnológicos, las propias visiones que atormentan el sueño, emanan del fundamental anillo mágico del mito. (3)

A manera de conclusión.

Desde mis inicios en la práctica y conocimientos sobre el teatro han sido dos los temas que más me han impactado y ambos provienen de la mitología griega, por lo menos desde ella fue mi primer punto de encuentro, el primero de ellos fue el del hijo que mata a su madre, tema desarrollado por Esquilo en su obra La orestíada, la cual fue influencia para la obra Orestes o Dios no es máquina, con la que entre los años 1999 y 2000 intentaba establecer un diálogo con este gran poeta griego y sus indagaciones psicológico-políticas acerca de la familia de Orestes, Electra, Agamenón y Clitemnestra. El otro tema, con certeza es el de Medea, y aunque en este momento no hay ningún encuentro creativo planeado como puerta para la entrada a este asunto, la necesidad de comenzar el recorrido para profundizar conocimientos sobre esta princesa bárbara lleva un rato en marcha, de lo cual este artículo pretende ser una señal en el camino. Para quien se interese en el abordaje de este personaje el repertorio temático es abundante y sin duda desde un punto de vista contemporáneo, de ajuste constante en los valores familiares, de nuevas dinámicas entre los roles masculino/femenino y en el que la mujer está en un creciente impulso en la búsqueda de sus derechos, identidades y desarrollo, el potencial que ofrece el estudio y los estudios sobre este personaje en el campo creativo y de investigación es amplio y con toda seguridad urgente para nuestros tiempos. La invitación es a convertir este mito en un pretexto de crecimiento humano, social y también espiritual, los campos de juego de la tragedia.

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Material de referencia

Apolonio de Rodas, Argonáuticas

Aristóteles, Arte Poética

Eurípides, Medea

Séneca, Medea

Pérez Gómez, Leonor, La Medea de Séneca: naturaleza frente a cultura

Polo García, Iris, La reescritura de Medea en Séneca

Sánchez León, Juan C., * Antonin Artaud y la Medea de Séneca*

Película: Medea, de Lars von Trier, (1988)

Fuente

Sobre la Tragedia Griega

Edipo Rey, de Sófocles.

Frazer, James G. La rama dorada

Campbell, Josep. El héroe de las mil caras

Freud, Sigmud. Interpretación de los sueños, Tótem y Tabú

Hidalgo Xirinachs, Roxana. La Medea de Eurípides. Hacia un psicoanálisis de la agresión femenina y la autonomía. (enlace).

Sobre una lectura literaria moderna de la complejidad de la mitología griega vista desde nuestros días vale la pena revisar el libro de Roberto Calasso, Las bodas de Cadmo y Harmonía

Fuente

(1) Concepto tomado del artículo: Síndrome de Medea u homicidio altruista, las causas más comunes para matar a un hijo
(2) Correra, Luigi. En el artículo Madres y padres que matan a sus hijos, Letrahora, Nº 7, Revista Internacional de psicoanálisis en la Cultura, mayo 2006. (enlace).
(3) Campbell, Josep. El héroe de las mil caras, psicoanálisis del mito, (1949), Fondo de Cultura Económica, México. Pg. 8
)

(Fuente)

Lacan, Jacques, Seminario 3: Introducción a la cuestión de la psicosis, (enlace)

Artículos diversos

Colegio Algarrobos, El complejo de Medea.
Ejemplo de Síndrome de Medea
Complejo de Medea.

Algunas notas periodísticas en español sobre casos del complejo de Medea:

http://www.eluniversal.com.mx/metropoli/cdmx/joven-de-17-anos-mata-su-hijo-de-3-tras-discutir-con-su-pareja

https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1398503.adolescente-mata-a-su-hijo-tras-pelear-con-su-pareja.html

http://elcaribe.com.do/2017/09/29/madre-mata-hijo-luego-se-suicida/

https://www.listindiario.com/la-republica/2017/09/28/484387/mujer-que-se-presume-mato-a-su-hijo-y-luego-se-suicido-decia-que-el-era-su-unico-tesoro

https://confilegal.com/20170713-se-repite-una-vez-mas-sindrome-medea-hombre-condenado-matar-uno-hijos-castigar-mujer/

@LeVeuf

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