En 1942 recibe una beca del Edo Bolívar, para estudiar en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicada ubicada en Caracas, donde decide estudiar, arte puro y educación artística; un aspecto resaltante de esta época de su vida, es que se hace discípulo de Antonio Edmundo Monsanto, tutor de algunos de los artistas más importantes de la segunda mitad del siglo XX en Venezuela. Cabe destacar que mientras estuvo en la academia, su pintura estuvo fuertemente influenciada por Cezanne, lo cual demuestro si inclinación hacia el cubismo.

Luego de terminar sus estudios en 1947, es nombrado director de la Escuela de Bellas Artes de Maracaibo. Paralela mente siguió trabajando en su taller de pintura y en 1949 inauguro su primera exposición individual en el Taller Libre de Arte de Caracas, donde presenta 14 cuadros (paisajes, retratos, naturalezas muertas y dibujos) acción que trajo como fruto, que el gobierno, le otorgara una beca oficial a Francia, en septiembre de 1950 embarco al viejo continente pare y estudiar en la otrora capital del arte mundial Paris.

(fuente: http://vereda.ula.ve/wiki_artevenezolano/)

Ya en instalado viviendo la vida Parisina, Y a través de los fundadores de la revista los disidentes; Artistas venezolanos. Se empapa con una de las corrientes artísticas que se desarrollaban en Europa en ese momento. Entre las cuales resalta el neoplasticismo, cosa que tiene como consecuencia que su obra evolucione radicalmente, dejando atrás las pinceladas fuertes y expresivas que había desarrollado al influenciarse por Cezanne y el cubismo de Picasso, para trabajar con elementos repetitivos y obras ejecutadas con esmalte sobre madera.

Cuando llega el momento y su beca expira, decide no abandonar la cuidad luz, por ello se dedica a tocar la guitarra en locales nocturnos con el fin de poder generar ingresos y poder mantenerse así mismo y a su obra actividad que mantuvo por 10 años. Al pasar el tiempo su obra se desprende en su totalidad de la figura y empieza a basarse en la repetición y la progresión, apoyándose en la música serial y experimenta con diversos materiales, como el plexiglás. Su búsqueda en ese momento consista en crear un efecto vibratorio.

(fuente: http://vereda.ula.ve/wiki_artevenezolano/)
La obra de Soto se caracteriza por su búsqueda. Él quería producir un arte inclusivo, obra en la cual el espectador participase y pudiese hacer contacto. Centenares de varillas rígidas se alinean. La vertical repite en alternancias de color y espacios intermedios sobrepuestos al fondo, te mueves y el conjunto vibra, el ojo se confunde en la ilusión de un objeto estático con una imagen cambiante, la masa es solo una apariencia. El movimiento lo hace el ojo, nada es mecánico.

Su obra consiste en instalaciones compuestas en diversos materiales, tales como barras de aluminio, láminas de plexiglás, pedazos de láminas de aluminio entre otras cosas. Con el fin de crear imágenes, donde al cambiar el punto de vista del espectador, también se da un devenir de momentos encadenados, cosa que llamamos movimiento. Así mismo es importante resaltar que Soto busca llegar a la abstracción pura, des
personalizada, en que las estructuras repetitivas nos den la idea progresiva de espacio tiempo.
El trabajo de Soto, se ubica entre la pintura y la escultura, va más allá del bajorrelieve, debido que en su aspecto escultural desafía la idea de masa y de volumen concreto para presentar, lo que el mismo define como “volúmenes virtuales”. Cuestión innovadora que hace de su obra única y le otorga un valor espiritual y material tan consistente que hace trascender al artista, ubicándolo como un punto y aparte en la historia del arte venezolano

Así mismo Soto (1994) afirma “Mi trabajo tiene como objetivo transmitir un concepto de espacio temporal y para el movimiento no hay dibujo que valga. La creación está en el concepto” Una de sus mayores contribuciones al mundo artístico fue su interés por lograr una participación física del espectador. Sus obras son esculturas integradas a la arquitectura que buscan que el espectador tenga “una experiencia viva con sensaciones táctiles y auditivas”, según dijo el maestro en una ocasión.

(fuente: http://vereda.ula.ve/wiki_artevenezolano/)

Visto así, el arte de Soto es ante todo un arte participativo, lúdico. Busca constantemente la acción del espectador para completar el significado de ésta. Intención que tenderá de una obra entendida como objeto a un ambiente entendido como obra. Un espacio cada vez más inmaterial, se podría decir un espacio virtual, llegará a su máxima expresión en los “Penetrables”, espacios que no invitaban a la observación distante sino que requerían de la proximidad corporal del espectador, de su tránsito interno, para la vivencia/comprensión de la obra.
Entre otras muchas distinciones, Premio Nacional de Artes Plásticas: Caracas, 1960; Medalla de Picasso de la Unesco, 1981; designado Miembro Titular de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras, París 1981; Premio Pedro Ángel González, Gobernación del Distrito Federal Caracas, 1995; Gran Premio Nacional de Escultura de Francia, 1995. Además fue Commandeur de L ‘Ordre des Arts et des Lettres de Francia, 1993 y Gran Cordón de la Orden del Libertador, Venezuela, 1996.
Soto explica que su búsqueda es paralela a la de la filosofía de la ciencia, con esos mismos principios fundamentales que llevaron a los científicos a plantearse las cosas de determinada manera, justamente así ve el autor el proceso creativo, el mismo propone nuevas verdades sobre nuestra ideas de espacio, partiendo de fenómenos reales que corresponden a nuestro momento histórico. Por ello sugiere que como artista no podemos hacer las cosas lo hacían en el renacimiento, nuestras necesidades y los medios con los que contamos son muy distintos, por ello avala el uso de la tecnología y nuevos medios como herramienta y materia prima para hacer arte.

Me despido, agradeciendo a usted lector por tomar su tiempo y leer mi post. Disfrute de los pequeños momentos, sonría le a la gente en la calle y recuerde que la vida es una sola... hay que aprender apreciar esas cosas que le dan un toque distinto y agradable a nuestras existencia. Hasta la próxima.