Si bien ya en un post anterior toqué el tema de si las madres podrían desarrollar un “amor” tóxico para sus hijos, y la respuesta fue: Sí. Ahora bien, en este post tocaremos la contraparte del asunto y es el de si los hijos se pueden enamorar de sus padres.

Todos estos trastornos comienzan en la etapa de niñez de cada individuo, bien sea para niños o niñas ésta patología psicológica no discrimina sexos y si no se toman las previsiones adecuadas pueden llegar hasta la etapa adulta con esta perturbación.

Los niños a temprana edad comienzan a desarrollar un sinfín de emociones como el amor y el odio, y los padres deben estar allí para orientarlos y enseñarlos a canalizar sus sentimientos, sin llegar al punto de hacer que ellos se confundan con el amor que sienten.

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Los límites que puedan pautar los padres van a ser el punto clave para que sus hijos no terminen “enamorados” de ellos.
Estas alteraciones se conocen con el nombre de “El complejo de Edipo” (para los niños), y “El Complejo de Electra” (para las niñas) y es cuando los individuos se enamoran de sus madres o de sus padres respectivamente, ellos creen que son de su propiedad y tienen a competir con el sexo opuesto en el matrimonio por tener todo el amor y atención de ese ser que tanto están queriendo.
Para explicarles mejor vamos a separar los dos desórdenes psicológicos:

El Complejo de Edipo

Si nos remontamos a la historia, éste complejo se deriva de la mitología:

Cuando nació el hijo de Laios (rey de Tebas) y Yocasta, un oráculo (profeta) reveló que éste daría muerte a su padre y se casaría con su madre. En el intento por evitar tan terrible designio, los padres abandonaron al recién nacido, llamado Edipo, quien años más tarde cumpliría fatalmente su destino, sin saberlo. FUENTE

A este respecto, el complejo se desarrolla en los niños en edades tempranas cuando comprende su propio sexo, el opuesto y el de sus padres.
Desde el punto de vista psicológico consiste en que el niño se ve en la obligación de cumplir los deseos de su madre y termina atrapado en una serie de sentimientos encontrados ya que también desarrolla una apatía por el padre porque considera que él le puede robar el amor y atención que su madre le brinda.
Los niños querrán llamar la atención de su madre mostrándole sus habilidades, fuerza física y destreza en el fútbol o en los video juegos. Pero este problema no debería continuar hasta máximo los 8 años de edad del infante, pero si tiene efectos en la pubertad, ya que cuando el individuo desee buscar pareja va a querer que la misma tenga las mismas cualidades de su madre ya que para él así debe ser una mujer perfecta.

Solución:
Ambos padres no deben mostrarse diferentes con sus hijos, no es lo mismo malcriarlos a comprenderlos. El padre no debe mostrarse tan autoritario con el niño y el mejor aliado será la paciencia, el consuelo y la comprensión que le puedan brindar.
Si siente que nada de esto le ayuda siempre estarán a la orden expertos en la materia de psicología.

El Complejo de Electra

De igual manera tiene su desarrollo en la niñez, pero esta vez en las féminas. Y es que, la infancia marca una gran pauta para lo que cada persona será a futuro, o como la misma desarrolle su personalidad en la etapa adulta.

Esta teoría también tiene sus inicios en la mitología griega donde Electra, la hija de Agamenón y Clitemnestra, rey y reina de Micenas, luego de la muerte de su padre conspira para matar a su madre.
Aunque se piense que este trastorno es igual al de Edipo pero para las niñas, difieren en muchas cosas porque las niñas siempre desarrollan un apego más estrecho hacia la madre por lo que la rivalidad con las mismas tiende a estar más disimulada.

Las niñas tienden a desarrollar una atracción con sus progenitores, pero la misma se inclina más por el afecto del padre por el mecanismo de conservación de la especie. De esta manera su madre pasa a ser la villana ya que es la que por lo general castiga y regaña, y hace que su padre sea el héroe al salvarla de los castigos que son impuestos. Todo esto lo logran las niñas con una gota de manipulación inocente.

Solución:
La comunicación eficiente entre los progenitores y que los roles de autoridad estén perfectamente establecidos, ya que el descontrol de los padres con las emociones de la niña son los que pueden llevarla a confundirse.

El trabajo en equipo de los padres marcara la pauta para que sus hijos crezcan sanos mental y físicamente.

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¿Cómo manejarías tú alguna de estas situaciones?