MANUAL PARA DESPERDICIAR TU VIDA:EL DINERO

Los antiguos, que de gilipollas tenían más bien poco, vivían en una economía donde el trueque era la más común de las mediciones. Con el tiempo, la logística del coñazo se fue viendo arrinconada, pues la obligación de cambiar un bien por otro, era algo que desagradaba con fuerza a los participantes.

Alguna mente aislada-posiblemente autista-, le dio al pensamiento en sus horas ociosas, con intención de solventar un problema que afectaba a muchos. La idea era simple: pensar un mecanismo aceptado por todos que permitiera dar carpetazo al trueque.

Y así nació el dinero.

Primero fueron simples abstracciones, pero luego las ruedas de la historia, lo hicieron avanzar hasta los metales y el papel moneda. El dinero siempre ha sido una representación abstracta, un mecanismo creado por la mente del hombre, con intención de solucionar los problemas comerciales del individuo.

Habitualmente, este dinero, mecanismo de intercambio sin más, había sido parido en sociedades casadas con la miseria, donde solo reyes y nobles gozaban de subsistencias decentes. No era un arma en sí misma, y menos un bien deseado. Poco a poco, según avanzaba la técnica, la burguesía iba ganando peso, y con ella, el dinero ganaba protagonismo en las vidas humanas, siendo rey en la existencia de muchas.

Comienzan aquí, los mundanos pensamientos pequeño-burgueses.

El polígamo no ama, pues a medida que abandona una hembra, ya está esperando su encuentro con la siguiente. Su falta de amor se construye sobre la abundancia, pues aquello que se tiene en exceso, se valora más bien poco. Algo similar afecta al dinero, que para ser valorado debe ser escaso, y así, en su existencia, el mismo ha regido su valor bajo el patrón de metales preciosos, como oro y plata, de forma que si estos son escasos, el dinero también lo será.

Sin embargo, los humanos, somos amigos de volar cerca del sol, y como ocurrió a Ícaro, lo habitual es que sus rayos quemen nuestras alas.

En esta quemadura, normalmente de primer grado, nos da por jugar a ser dioses, creer que el mundo es nuestro cortijo, y poner a todo funcionamiento la impresora de billetes. El primer paso para esto, zancada en el proceso de destrucción, es desligar la moneda de los materiales preciosos, que como habíamos dicho antes, tienen por nombre oro y plata.

En el momento en que la unión se deshace, los sanos límites del universo se borran, dando paso al cabalgar de los jinetes de la enfermedad.

Hoy en el mundo hay más dinero que nunca, sin que por ello la reina opulencia decida hacernos una visita. La deuda es la principal compañera, presencia ineludible en nuestros viajes por el globo terráqueo. Si hay algún problema, la fotocopiadora del dólar puede ponerse en marcha-el suministro de electricidad es ilimitado-, dando papel moneda al populacho gustoso de gasto.

Un día, el telón decide caerse y la ilusión ve en el suelo todas sus caretas.

La incertidumbre, será la única compañera posible del futuro. Como artistas, somos amigos de llevar en nuestra compañía, una paleta de colores con las más variadas capas, donde podemos aplicar un tono u otro a la realidad. Yo no os engaño, soy amigo de los grises oscuros, pues negros y blancos me son exagerados siendo yo enemigo de extremos.Tampoco,teniendo en cuenta mi percepción visual, y el flujo de información recibido por mis retinas, puedo ser partidario de una gran claridad, pues los tonos del ambiente se encargan de desmentirla.

Con ello, me encuentro parado ante el atolladero, en espera de un giro inesperado de los acontecimientos. Mientras tanto, la mirada cabizbaja, lúcida y astuta, espera sin demasiado miedo ni esperanza las desgarradoras caricias del futuro-que prometen ser pelín dañinas-.