MANUAL PARA DESPERDICIAR TU VIDA:LA IMAGINACIÓN
Si uno se da un paseo por la sociología moderna verá que, en nuestra sociedad aburguesada y blanda, ha nacido un nuevo tipo de personaje: el friki. Es este un individuo de mente sana, dotado de rica imaginación y aficionado a evitar relaciones sociales. Entre sus gustos, proliferan anime, videojuegos y dibujo, todo aquello que anteponga los paraísos de la vida interior a los infiernos de la realidad.
Y durante largo tiempo…esto ha sido patético.
La sociedad frívola, convencional, amiga de dictar unas normas de comportamiento penalizando otras, ha establecido durante largos años, que los destinos del friki eran el ostracismo y la oscuridad. Solo tenía permitido, salir una vez al año para la Cometcon, o quizá perderse entre la humareda de algún bar Groove.
Con el tiempo, las cosas cambiaron.
La nueva sociedad, harta de los dictados de la convención, prefirió dejar de fingir y sacar el corazón de sus caparazones, empujando hacia los cielos la sensible e imaginativa imagen del friki. Con el paso de los meses, luego años, se avanzó desde ser un despojo al que nadie quería cerca, a una actitud guay que los novatos imitaban, con la consiguiente degradación del personaje.
Y a todo esto, está el tema de la imaginación.
Vivimos en un mundo, donde el pensamiento convergente domina todas las capas de la sociedad. Su tijera castradora, va entrando en acción desde la infancia, dejando sus manchas en forma de adultos rutinarios y automatizados.
¿Qué ocurriría si fuera distinto? Quizás nuestra vida fuese otra.
La imaginación, potencia poderosa procedente de las intuiciones, es vista como algo ridículo e infantil, una patología a curar por la sociedad. Por ello, quiénes consiguen mantenerla viva pese a los años, son tachados de bichos raros y locos sin remedio. Sin embargo, y por mi gusto de llevar la contraria, debo decir que una vida imaginativa es el mayor regalo que una persona puede hacerse a sí misma, pues le independiza de los barrizales de su alrededor.
¿Y cómo? Ahora lo sabrás.
Donde otros solo ven 8 horas de plano trabajo, el imaginativo ve la opción de obtener rentas de la nada, con cómodas y pequeñas inversiones realizadas desde su austera y sucia casa; al principio las ganancias son pocas, pero como las arrugas, estas se acumulan y permiten al individuo mejorar su situación. En lo creativo, nada haríamos sin los imaginativos, pues ponen música al ruido de nuestras vidas y pintan los grises de alegre colorido. Podríamos seguir la lista, pero tengo los labios delicados y mi intención no es felar demasiado.
Por ello, la próxima vez que seas denostado por tu imaginación y reserva, alza la frente orgulloso, pues es tu actitud, contemplativa y discreta, ha permitido al orbe saborear las más dulces mieles.