Tu violencia no hiere, pero sí sorprende
sin ser elocuente te vuelves tangible por poco tiempo
una figura en ideas se ha esculpido.

Ese duende cuyo rastro de rostro vacilante
va menstruando los nombres, verbos y figuras
dejando obvio un por qué
dándole calibre a los suspiros
hallará consuelo en su breve respuesta
la batalla será grande
o quizás escueta.

Quien logra atrapar a su duende
descubre un camaleón que ha enmascarado por momento a los sentidos.
Quien en ti pretexta sus carencias cuando hay olvido
es alimento de tu sabor abstracto.
Quien enaltece a tu brillantez
resplandece ante otros.
Quien hace alarde de preguntas al ingenio
olvida tu procedencia remota.

Duende, tu tesoro es la inspiración
tu factura es un logro personal
que se va haciendo universal
cuando respiras desde otra entrega
con la lectura de tus huellas
y la que das a los demás
un suspiro
un latido diferente
que hace mágica una ocasión
y despista a las rutinas
hasta que vuelvas a flote
con tu corta presencia
que va llenando a las almas
con tu personaje mítico que acecha la realidad.

La inspiración no nace en ningún dogma
se encuentra en sentimientos oportunos e intermitentes,
mi querido Duende.

_{Imagen del autor TheDigitalArtist de Pixabay}