Yo no sé por qué Mamá le dice “imaginarios” a mis amigos. A mí eso me molesta, ¡ellos son reales y divertidos! Ellos me han dicho que no me moleste, que nuestros juegos son tan especiales que, solo ellos y yo debemos saber que existen. A ellos les gusta que Mamá no los crea reales.

Mamá no me escucha. Siempre la invito a conocer a mis amigos que me visitan por las noches, pero prefiere dormir que conocer a mis amigos. ¡Pero ella no es mala! Mamá es buena, solo que hay algo que se llama trabajo que le quita las ganas de jugar.

Ayer Mamá me regañó. Vio las marcas de las inyecciones y me pegó. Intenté explicarle que mis amigos y yo jugábamos al doctor, pero ella respondió diciéndome que ellos no existen, que deje de tomar cosas del botiquín de primeros auxilios.

Creo que eso sí molestó a mis amigos. Esta vez no me regresaron a mi camita luego del juego nocturno. Me dijeron que daríamos un paseo.

Espero volver pronto. Tengo que darle de comer a Pinky, sacar la basura a la calle y hacer la tarea de matemáticas. No quiero que Mamá me regañe de nuevo.

Esta ha sido la participación del concurso que más he disfrutado. Me divertí muchísimo creando el micro-relato, sobre todo porque me sirvió para usar el principio de personaje y crear un ambiente infantil y a la vez perturbador que se siente a lo largo del texto.

No soy un amante del mundo UFO ni nada por el estilo, pero debo reconocer que el tema de la abducción da para mucho, y deja volar la imaginación hasta las estrellas...literalmente.