La duda de Clarisa, historia corta

Clarisa abre sus ojos aterrada, no sabe en dónde se encuentra y mucho menos cuánto tiempo lleva ahí, la garganta completamente seca no le permite pedir auxilio, y sus manos atadas no la dejan ponerse de pie, el lugar es frío y oscuro, su mente comienza a jugar con sus sentidos, en parte porque sabe que algo malo está pasando y en parte, porque se imagina lo peor para alguien que en su momento fue de lo peor.

Mientras trata de encontrar una explicación a lo que sucede, recuerda que había salido del trabajo y se dirigía al auto cuando escuchó los pasos de alguien que la venía siguiendo, pero hasta ahí, lo que sucedió después es un completo misterio.

Todo apunta a que se trata de un secuestro, —pero ni siquiera tengo dinero, piensa mientras busca en sus recuerdos más profundos.

Entonces le viene a la mente aquella vez en la que se comportó de lo peor, enojada con su madre la lastimó, no sólo verbalmente sino física también, y todo por no querer aceptar un consejo sobre el patán al que veía, un drogadicto sin empleo que robaba para mantener el vicio, lo cual lo orilló a tomar las alhajas que con tanto cuidado fue guardando hasta ese día la madre de Clarisa.

Pero cuando la madre en tono fuerte para imponerse, —pues las veces que fue cariñosa no consiguió hacerla entrar en razón—, se acercó a ella para hablar, Clarisa cegada por la ira y la rebeldía empujó a su madre haciéndola caer de espalda y tristemente, al tocar su cabeza el frío piso perdió la vida en menos de un segundo.

Por largos meses se justificaba a sí misma, diciendo que no había sido su culpa la provocación de su madre, pero; ¿Entonces porqué venía ese recuerdo en éste momento?

Así que la duda surgió de nuevo cuando se hizo la pregunta: ¿Es ésto un secuestro o el karma haciendo su labor?