Camina sin prisa, admirando a su paso todo un circo desfilar: malabaristas distrayendo a los conductores mientras el semáforo cambia de color, payasos que ofrecen coloridos globos a los transeúntes que con sus niños van. Y así, en su andar despacio con seres curiosos se va tropezando: los que escupen fuego, los ilusionistas, los que hacen de magos y sin un "abracadabra" ¡Zas! desaparecen...

Continúa su camino, el mismo trayecto día tras día, las mismas escenas y muy de vez en cuando cambia el parlamento. La misma historia, el mismo cuento, los aparadores de siempre, el señor del kiosko, el indigente, el portero del edificio, la viejecita con su bastón, la dama de la sombrilla y la sonrisa del repartidor.

Gente que va y viene, tránsito agitado, sonar de bocinas, así un día tras otro como pesadilla; hasta que uno cualquiera, sale retrasada, ya no hay andar pausado; corre apresurada y cruzando en una esquina ! Pum¡ tropieza y se encuentra con ella cara a cara...

Aturdida y sin hallar explicación a lo sucedido; se sienta en el banco y después de un largo rato; respira profundo, toma impulso, se levanta y comienza a andar con otro ritmo, observando todo con otros ojos; y sigue transitando por la misma vía...

_{Photo by Paul Pineda on Unsplash}