Es mi segundo postulado favorito de la Programación Neurolingüística, puede que al principio no parezca convencerte, por eso escribiré de lo que estoy convencido.

Imagina que estás estudiando tercer año de bachillerato y vas a presentar una prueba de matemáticas, dependiendo de tu experiencia y qué tanto estudies puede que salgas bien o que no sea así.

Cuando hablo de experiencia, me refiero a qué piensas de las matemáticas y más importante de tu desempeño con ellas.

En este caso supongamos que sacaste 08 de 20 puntos, ahora hay varios posibles escenarios que puedas pensar.

• Tuve mala suerte (el cosmos me jugó una broma pesada)
• Era muy difícil (es culpa del profesor)
• No estudié suficiente (es mi culpa)
• No soy bueno en matemáticas (No sirvo para esto)

Es común pensar en esa edad que la culpa (responsabilidad) no es de nosotros, ya que resulta “cómodo” hacer o no hacer cosas y luego señalar a otros.

Se pueden adoptar otras formas de pensar, pero en general se jerarquizan así:

Interpretación	Postura
Tuve mala suerte	El mundo es el problema
Era muy difícil	El profesor es el problema (otros)
No estudié suficiente	Fui el problema y puedo mejorar
No soy bueno en matemáticas	Soy un problema (no puedo hacer nada)

La experiencia del 08 en el examen sigue siendo la misma, la interpretación que tu tengas sobre ello depende de ti.

Otros son el problema

En los dos primeros casos te ves a ti mismo como una víctima, teniendo poco o nada que hacer en esta situación, cuando sea así, pregúntate. . .

¿Qué depende de mí?

Eso te ayudará a notar la “responsabilidad” que tienes en cada situación, de qué te corresponde, qué puedes hacer y cómo lo puedes hacer.

Fui el problema y puedo ser la solución

En el tercer caso es una postura de responsabilidad, momento en que se asume que nuestras acciones no fueron suficientes, siendo conscientes de ello, podemos mejorar.

Aquí se internaliza la experiencia como tal.

Al aprender nos hacemos más conscientes de nosotros mismos, no es cuestión de “ensayo y error” como nos suelen decir, se trata de “ensayar, reflexionar y mejorar”, depende de nosotros el que hagamos que cada tropiezo se convierta en un futuro éxito.

Soy el problema

En el último caso se resigna a toda posible acción, concluye en que “no es bueno para eso”, en este caso pregúntate lo siguiente. . .

¿Qué necesitas para ser bueno en “las matemáticas”?

Comprender las ecuaciones, de donde sale cada expresión matemática, qué procedimiento hacer, etc.

Ahora con eso replantea en que “no es no seas bueno en las matemáticas, es que quizás no has aprendido a comprender las ecuaciones, de donde sale cada expresión matemática y qué procedimiento hacer”

El problema no eres TU, es que no has desarrollado las habilidades necesarias para manejar esa situación, con esto en mente considera si has hecho suficiente para lograr lo que quieres, recuerda que no se trata de “ensayo y error”, eso solo tiene un comienzo y un final, no estamos hablando de experimentos, hablamos de la vida.

Eres tú quien decide ponerse un final al cometer un error, pero recuerda que el fracaso no existe, solo existe la información. . .

Espero que te sea de ayuda si te sientes identificado con alguna situación.

¡Gracias por leer!