Ragnarok Conspiracy 10/44 | En español

in #spanish5 years ago (edited)

Otro capítulo de la novela "Conspiración Ragnarok", originalmente escrita por mí, traducida al español por Gabriel González, ilustrada por @marylucy con la portada de Keith Draws.

Al igual que el original, este libro se publica STEEM-primero. Nuestro objetivo es completar la serie STEEM y publicar el libro electrónico antes del viernes negro (29 de noviembre).


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Part II


10 Dakila

Bratislava, Territorios Neutrales del Norte. 5 de Marzo del 2042.



"Es un honor conocerlo en persona, Almirante Kotu, y sé que no estoy en posición de preguntar sus motivos, pero me siento en la obligación de expresar mis preocupaciones sobre los riesgos tácticos que involucra presentarse en estas negociaciones."

Dakila sintió que pudo haber cometido una gran equivocación al proponer que el Teniente Coronel Matatu presidiera las negociaciones con los Otomanos. Matatu podría haber sido un soldado excepcional y un respetado héroe de guerra entre las tropas por sus decisiones tácticas en el campo de batalla, pero el hecho de que se haya dirigido a él como al Almirante Kotu en el jodido vestíbulo del hotel denotaba que puede que no estuviera a la altura de la situación.

"Consejero Castro a su servicio, señor. El Almirante me pidió que trasmitiera las estadísticas de crímenes en Lagos y Lima y repasase los acontecimientos recientes más importantes antes de que las negociaciones empiecen."

Matatu miró a Dakila con confusión. Éste era el Almirante Kotu, ¡Tenía que serlo! ¿Qué era todo aquello sobre un Consejero? La Alianza Sur-Atlántica de Defensa GNU no contrataba ningún consejero civil y ningún oficial GNU omitiría el nombrar su rango al dirigirse a un oficial superior. ¿Era un espía Quant? ¿algo le habría pasado a Kotu? ¿los agentes mataron al Almirante? Entonces Matatu notó la mirada de reproche de Dakila «¡Mierda! Yo y mi bocota» pensó.

Los guardaespaldas de Matatu peinaron todo el hotel y no encontraron nada. pero no debió haber asumido que podría hablar y dirigirse libremente al Almirante por su rango. Los Quant no arriesgarían el asesinato de un político de alto perfil en el centro político de lo que quedaba de los Territorios Neutrales del Norte, pero sería difícil para Kotu volver a salvo a donde sea que alguien como él se las hubiera ingeniado para mantenerse fuera de líos si un agente Quant le llegase a identificar como el fundador de la alianza GNU, Kotu.

Dakila notó el efecto que el lento procesamiento de Matatu tuvo en su expresión facial y postura corporal. Podía casi leer todos sus pensamientos. ¡Esto no es bueno! Los Otomanes no son estúpidos, y si hubiera un espía Quant observando…

"Teniente Coronel, señor, ¿Hay alguna posibilidad de que sus ingenieros preparen algún sitio a prueba de sonido para hablar en privado sobre el índice criminal de Lima antes de que las negociaciones comiencen? Hay algunos puntos sobre los cuales realmente necesito ponerlo al tanto."

Matatu levantó su índice derecho en una seña haciendo pequeños círculos, luego hizo un puño y levantó su meñique rápidamente dos veces. Dos docenas de guardias armados salieron de la nada, entonces una mujer joven se aproximó a Matatu muy ansiosa.

"¡Cabo González reportándose, señor! Esperando sus órdenes."

«Esto es lo que consigo por nombrar soldados como diplomáticos» pensó Dakila «El que haya pensado que esta guerra llegaría al punto en que necesitaríamos diplomáticos, que se joda, esto no va a funcionar»

"Cabo, yo y mi consejero necesitamos algo de seguridad nivel dos— dijó Matatu. Dakila le lanzó una mirada frívola—. Que sea mejor de nivel uno. Por favor, prepárenlo con todas las medidas necesarias."

"Lo tenemos cubierto, Teniente Coronel, los TNN saben cómo facilitar eventos como éste. I me sigue, señor, encontraran una pequeña habitación ahí, acondicionada y protegida en todo momento, señor."

Otra seña por parte de Matatu y los guardias respondieron inmediatamente, la mitad adoptando una posición defensiva, la otra mitad en formación estándar de escolta de prisioneros de alto riesgo.

Dakila se aseguró de no hacer ningún comentario sobre las maniobras militares sobre-exageradas, pero su reacción interna se podía describir como una palmada a la cara mental. «Realmente necesito un plan B» pensó.

Dakila y Matatu entraron a la habitación insonorizada y sin muebles y se dieron cuenta de que una única esfera de un brillo escaso y blanquecino sobre un pedestal era todo lo que había dentro. Las puertas sin ventanas se cerraron tras ellos.

"¡Cambio de estrategia, Matatu! Entiendo tus preocupaciones, pero tengo algunas nuevas preocupaciones propias ahora mismo. Si ésta fuera una negociación que involucrara a los Quants o incluso a alguno de los señores de guerra más inteligentes de la ciudad, estaríamos en un gran problema y yo probablemente muerto en cuestión de días. Afortunadamente sólo estamos negociando con nuestros exaliados Otomanos."

» Nueva estrategia: abrevia las conversaciones. Esa será tu única tarea, yo me encargaré del resto. ¿Entendido?

"Permiso para hablar libremente, ¿Señor?"

"¡No! Cállate, Matatu. ¡Maldita sea, cállate y escucha! No habías pedido permiso para que tu lenguaje corporal hablara libremente antes, ¿Cierto? ¿Qué carajos, hombre? Y luego me saludas como Almirante Kotu, ¿Estás jodidamente loco, Matatu? No me llames Almirante en público, ¡Y asegúrate de tampoco llamarme Kotu o Rey Del maldito Universo! ¿A caso tratas de conseguir que me asesinen, maldito grumete?"

» Te explicaré el nuevo escenario una sola vez, Matatu. Entrarás a la sala de conferencias actuando un poco nervioso. Y, joder, sí que tienes razones para estar nervioso, porque si lo arruinas todo te devolveré a las tres barras, así que deja que la idea de degradarte a Sargento de inspire, Matatu. Es un buen método de inspiración, ¿Cierto?

Matatu se quedó ahí, sin decir nada, pero, por la mirada de Matatu, le quedaba claro a Dakila que no sería aconsejable seguir presionándolo. Había un límite para la humillación que Matatu podía soportar recibir, y Dakila estaba a unos pocos centímetros de haberlo vuelto una furia imparable; todo eso leído por su lenguaje corporal.

"Nah, sólo hazlo. El punto es que debes mostrar que estás nervioso sobre los recientes sucesos. Ten, toma estos papeles."

Matatu miró los archivos y le dio un vistazo rápido a varias de las páginas con estadísticas de bandas callejeras por ciudades. Algunas de las ciudades mostraban un aumento masivo en la delincuencia, pero a pesar de que fuese alarmante, no era exactamente inesperado. Desde que los códigos de los drones replicantes fueron publicados, cualquier psicópata podía simplemente descargar los archivos para crear drones de combate, elaborar sus propios permisos privados y verse a sí mismo con derechos de impresión de drones de combate ilimitados.

Quants, Otomanos y algunas conurbaciones Norteamericanas del sur lidiaban con caudillos psicóticos tratando de crear sus propios países privados. La Alianza Defensiva y los Territorios Neutrales tenían sus propios problemas con pequeños caudillos, pero estos eran minúsculos en comparación con el nivel de los conflictos entre pandillas ultra armadas tratando de exterminarse entre sí mientras se vuelven más ricas por medio de la extorsión. Estas estadísticas estaban dentro de lo esperado, al menos hasta donde Matatu podía discernir.

Dakila miró a Matatu tratando de comprender todo aquello.

"No te molestes con los datos reales. Es malo, pero no tan malo. Sólo escúchame primero, Matatu. Entrarás viéndote un poco nervioso, mirarás los archivos como si hubiese algo en ellos que realmente te preocupase y luego te sientas. Cuando todos se sienten te levantarás y dirás tus preocupaciones sobre un posible infiltrado dentro de nuestra como la organización de los Otomanos. Ten cuidado de no sonar como si estuvieses incriminando a alguno de ellos de ninguna manera o tendremos una nueva guerra entre manos. Entonces pedirás que las nuevas negociaciones se den entre ti y el Kaymakam, sugiriendo que se quede un consejero de su elección. Una vez que todos menos el Kaymakam y su consejero se hayan ido, les revelarás mi cargo como el Almirante, pero no mi identidad. Yo proseguiré con las negociaciones. ¿Crees que puedas con eso, Teniente Coronel?"

Matatu miró a Dakila con incredulidad. Luego forzó una sonrisa con un poco de comprensión.

"Creo que puedo, señor. Pero, ¿Podríamos repasarlo una última vez? Creo que lo entiendo, pero es mejor estar seguros antes que lamentar, por lo que si pudiéramos repasarlo y así estar más seguro lo llevaré a cabo sin ningún problema, señor."

Dakila suspiró profundamente y desvió la mirada.

"Ok, Teniente Coronel, preste atención…"


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