🍟Navidad con papita y nuevo año 2019 - parte (1/2) 🎄🎆🎇

Nota 1: Es una historia con la mezcla de las costumbres que suelen haber en mi país durante las fiestas decembrinas y año nuevo, junto a las experiencias que marcaron mis canas durante mis largos 23 años de edad, me extiendo simplemente porque siento la necesidad de superar mis límites, desde que salieron dos concursos de escribir, mis manos me hacen así “eqgeqkpgqekpgq”, con la sed y hambre de escribir, además que demuestro más soltura, me encanta escribir, ¡uff! La práctica hace al maestro y de esta universidad aspiro ser el director, siéntate cómodo, no hay apuro, relájate y fluye en mi mar de letras a flote. No te ahogues en mi desahogo.


Nota 2: No consideren mi post como una melancolía de remate, la verdad duele, lo sé, lo aprendí desde que nací con un brazo más corto que el otro, no me quejo, me gusta ser así. Relájense y lean hasta el final, les aseguro que la felicidad no se basa en la abundancia exterior, porque de nada sirve si en el interior se encuentra vació, por más vació que rellenaron mis platos, estoy con mi familia que me han de saciar el hambre de mi corazón, la felicidad es una actitud que escoges ante la vida. Sí me quejo un poco, soy dramático y con humor, normal, antes no tenía consciencia del valor material, ni del valor personal, la esencia del amor propio.


Navidad perfecta para Angelo mejor conocido como Purapapita:

• Hallacas en su casa, en casa de los vecinos, en casa de cualquier amigo, en casa de ambas abuelas materna y paterna, hallacas para calentar luego, recalentar hasta en el mes de marzo.

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Hallacas preciosas, sensuales, ricas, nutritivas, Dioooooos, las amo, las adoro, las quiero, me encantan, me encantan, si de ser posible me casaría con las hallacas, sería un matrimonio polígamo, o moriría y reencarnaría como hallaca para hacer feliz a cualquier persona que desee probar la gracia, elegancia y perfección de Dios.

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• El pan de jamón debería ser considerado una maravilla entre las panaderías, no es ahora cuando escasea, cuando tan solo comí un pedazo este año que me doy cuenta del increíble sabor que comprime.

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El pan de jamón es una maravillosa obra de arte, desde su inicio en la preparación, proceso, y culminación, desde la masa hasta que lo sirven en tu plato, soy alto amante de los panes de jamón, hay personas que no soportan las pasas ni las aceitunas, ¿Qué pasa? Dénmelas a mí, eso no lo fallo por nada del mundo, actualmente comprar uno… Necesitaría donar un riñón para comprarlo, pero total, no necesito dos para vivir, si vale, valdrá la pena, invertir un riñón por un suculento pan de jamón, aparte que por el fuerte sacrificio disfrutaría más del sabor crujiente por cada mordida, por cada pedazo que arranque e ingiera.

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• Bollos al estilo hallaca, son casi como las hallacas, pero es la masa de las hallacas mezclados con el relleno directamente y no como hacen con las arepas o empanadas.

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Son como los primos lejanos de las hallacas, lo mismo, pero más barato, nada como una hallaca resuelta, con los bollos no me quejo, son como más livianos, manda botín, me hartaría dos docenas ya ¡right now!

• Jamón planchado que nunca me gusto, aparte que tiene frutas dulces en su contorno, mucho asco me dio hasta poder madurar mi paladar, ahora sinceramente es una ricura que me encantaría comerlo con unas buenas arepas.

Arepa para quien no sepa que es.
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• El dulce de lechosa, lo declaro oficialmente uno de mis dulces favoritas, por encima del chocolate.

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También hay uno parecido llamado cabello de Angel, que artístico nombre, mejor no hubiesen podido llamarle, absorbe el valor del dulce, que se resbala con soltura en tu paladar.

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• La torta negra que investigando a fondo viene de otros países, pero aquí se preparaba muy bien en estas fiestas. Eso parece chocolate, lo quiero, lo quiero y lo quiero.

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• Siguiendo leyendo sobre la comida, hemos tenido mucha influencia europea por eso también se devoraba panettone, aquí había tantos extranjeros que se volvió un surtido de cultura, necesito como 20 ahora mismo ¡por favor! Rellenos de chocolate o con frutas confitadas.

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• El ponche de crema, sinceramente me gusta nada más el casero que preparan en casa sin nada de alcohol, no me gusta el alcohol, esta bebida alcohólica dulce es un deleite al gusto.

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• Ensalada de gallina preparado con el amor de 10 generaciones de abuelas.

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¡Uff! Siento pena por lo que detestan las ensaladas, déjenme informarles que las ensaladas lo detestan a ustedes, sobre todo la de gallina, sinceramente no me quejo, mucho mejor ¡más para mí!

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• Pernil horneado intentando igualar la sazón de la abuela favorita la cual no diré nombre.

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En estos días me escape a visitar a una amiga y su familia, con la finalidad de desearle feliz año de antemano, chicos les revelo que su marido me preparo un excelente pan con pernil, rellenado con queso, mayonesa y mostaza. El pernil sonaba una melodiosa voz angelical al saborearlo, lentamente, un placer y un lujo que de vez en cuando se deleita.

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• Frutas en demasía, como si hubieran sido recolectados directamente del jardín del Edén bendecidos por el mismísimo Jesús Cristo: Manzanas (verdes, amarillas, rojas, grandes y pequeñas), peras, cambur (bananas), uvas verdes y moradas, mandarinas, nueces, pasas, almendras y frutos secos.

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• Sidra, champan, vino blanco, vinotinto, cerveza, ron, wiski, cualquier otra bebida alcohólica que desees agregar. La verdad no bebo mucho, no me gusta ningún tipo de droga, excepto el vinotinto, rompo las normas, la única regla es disfrutarlo, no hacerlo por saciar un espacio insaciable.

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• Cigarro para quienes deseen acompañar con nicotina su estadía, acortando su vida, pero para mí es suficiente con el banquete. ¿Qué hago poniendo esto aquí? Soy de lo peor. (weed también, un porro que motive y empieces high este nuevo año como Goku en nube voladora JAJAJA)

• Fuegos artificiales, juegos pirotécnicos, fosforitos le decimos en Venezuela, tantos que parece una guerra mundial, asustando a las mascotas y personas con discapacidades.

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• Ropa nueva para estrenar el 24, otra para el 25, también el 31, y los más ricachones el día de reyes 06 de enero. Tanta ropa regalada, comprada y sudada por tus padres y familiares.

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• Luces de navidad, arbolitos de navidad, adornos navideños en locura, cualquier calle de Caracas parece un día normal de paseo en Nueva York, de tantas luces que hay parece que abdujeran, soñando con las luces que encandilan, verde, rojo, amarillo, azul, morado… Un carnaval navideño.

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• Música de navidad, brillanticos, gaitas Zulianas, escuchadas desde las propagandas de la televisión en cualquier canal que sintonices, en la radio cuando vayas en el carro o autobús, sin importar la emisora escucharas una sabrosa, pegajosa y contagiosa gaita o mensajes navideños, capaces de ser tan subliminal que hasta hoy en día con mis 23 años recuerdo claramente algunos con explícitos detalles.

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• El frío ni se sentía por el calor de la humanidad venezolana, compartiendo abiertamente, el abrigo de nuestro carisma, humor y sí éramos groseros, pero en la cantidad exagerada de comer y dar al hermano criollo, ya que en diciembre es cuando más frío de temperatura acechaba. Frío sobrenombrado “Pacheco”.

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• Turrones, masa dulce solidificada capaces de romper dentaduras, un joven imprudente como yo se los devoraba sin pensar en las caries.

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• Había tantos regalos, que brindaban aguinaldos muy bien resueltos, en abundancia, regalos monetarios realizados por las empresas de trabajo, aguinaldos también se relaciona en la música.

El billete de 2 y 5 creo que ni alcanza para una llamada telefónica. JAJA (Hiperinflación)
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• El pesebre no puede faltar en la lista, aunque para decorar me da una pereza total, al menos que lo haga acompañado, aquí no esperen mi iniciativa, debo admitir que hay gente que merece mis respetos y felicitaciones en la elaboración de esta obra artística.

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No me pongan a construir uno porque… No sé, me falta destreza en aquellas habilidades manuales, si deseas escribir algo, avísame, no es que sea le mejor, pero de que empeño le coloco no se niega. ¿Por qué? Porque me miro al espejo y me digo, ¿eres un perdedor o ganador? Me enciendo y aquí estoy on fire. Pesebres nunca arme ahora que recuerde, a lo lejos un intento en las tareas del liceo (secundaria) o colegio.

• Las parrandas que me confundo con los aguinaldos, es música navideña con diferentes instrumentos que se tocan en las épocas decembrinas.

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No sé bailar, tranquilo que improviso, o yo bailo con la cuchara en mi plato, no se preocupen por mí que aquí la estoy pasando chévere lo importante es gozar el momento.

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• El 28 de diciembre.

¡Uff! En esté día he sido papá, homosexual, narco, millonario, mujer, terrorista, he sido todo lo que imaginan con tal de engañar a mi prójimo en una broma inocente, feliz día de los inocentes muajajajaja.

• El día de reyes.

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Más fechas para más regalos, que seguramente no recibía más que un rotundo no, o no lo solían rodear, esquivar y redondear a base de argumentos que confundían tu mente en vueltas y vueltas, total de no regalarte más porque, Angelo date cuenta, me dieron casi que una segunda vida. ¡Por favor reconoce!
Aquellas épocas inolvidables, cuando escribo “inolvidables” es como un metal caliente que te quema como hacen con el ganado para marcarlos como propiedad, tal cual voy sintiendo la carne quemarse ante el metal de las memorias adoloridas, latente todavía, intentando cicatrizar, con el paso de los años más duele, más profundiza, tal vez este próximo año siga latente con la diferencia que lograré soportar la llaga que erosiona mi piel.
Muchacho eso era pura alegría, si fuera de Costa Rica dijera “pura vida”, como soy venezolano, expreso un ¡a-rre-chí-si-mo! (buenísimo, increíble). Desde jovencito, recuerdo cuando corría sin precaución en la pequeña granja de mi abuela paterna, mis familias bebiendo alcohol, abrazándose, intercambiando experiencias de todo el resto del año, risueños, sonrisa en sonrisa, era tanto el esplendor de tana algarabía, que desconocía el termino infelicidad, no conocía el mal que merodeaba en la malicia, la sombra de los ojos no de las ojeras, porque un niño criado en tanta belleza ¿cómo va a saber que es fealdad? El caos que has de ignorar, ¿cómo la imaginación daría una prueba de ser posible tal fechoría? Sin conocer el infierno, ¿cómo reconocería el terrenal paraíso?
Pasaba por desapercibido, los besos, las miradas, los alimentos, la ropa que no miento, fui muy mal agradecido, lo consideraba trapos de harapos que no valían ni medio sudor que transpiraba en mi clase de educación física. De pequeño recuerdo que, sin faltar ningún primo o prima, nos reuníamos a presumir de los regalos, compartirlos, pedir dinero a las tías, contemplar los adornos de los árboles de navidad, o el pesebre, recuerden que son dos familias, la materna y paterna, en cada año primero veía una y después la otra, había suficiente tiempo, suficiente Angelo, de sobra un amor espontaneo capaz de dar y multiplicar a mis seres queridos, tan grande como mi inocencia.
En mis navidades pasadas, me regalaron, bicicletas, un playstation, un wii, un teléfono inteligente, un celular básico, juguetes, más ropa, dinero, comida, sorpresas, una computadora bien armadas, mi padre es muy diestro en el área de computación, así que compraba las piezas desde Amazón, armando varios equipos que les sorprendería saber que aun utilizo una de las maquinas que él compro parte por parte, mi madre invirtió también dinero y mi padre el conocimiento. La que actualmente uso fue de esa manera, inversión mi mamá, mano de obra mi padre. Los anteriores computadores, los vendió y uno que era mío se dañó por tanto uso.
Recuerdo las heridas que me cause aprendiendo a manejar bicicleta, a pesar mi condición de mi brazo izquierdo que no logro estirarlo por completo, goce un montón sin complicación, hace un par de años intente manejar, se nota que he envejecido, no recuerdo nada de nada. Aunque protejo las piezas restantes de mi playstation en un closet, resguardados como reliquias. Entre mis primos favoritos había dos en especial, que nos regalamos abrazos más conectados que un enlace químico, un primo que él solía hacer pucheros y su hermana que es mi prima, corría a abrazarme fuertemente, capaz de asfixiarme que era imposible porque al ser menor no lastimaba ni a los pétalos de las flores, como los extraños.
Mi primo me deseo un feliz año hace poco directo desde Colombia, me escribe afanado, se encuentra allá sin la familia, sin mí, sin su madre la cual es mi tía, o su hermana que es mi prima, mi tio que es su padre se separó hace poco de su matrimonio… Mi prima es lo más trágico, la que sus abrazos de cadena que se sostenía en mi por largo rato que muchas veces me hastió, fue tedioso, me arrepiento de pensar así tan idiotamente. Quisiera que me volviera a abrazar a así, ese calor que ahora en su ausencia es frío e igual quema en el clima gélido y solitario de mi apartamento. Ella se encuentra internada en un psiquiátrico… Sigo sorprendido, la más amorosa y caída ángel de la guardia en esa prisión.
¿Suena triste? ¿patético? ¿deprimente?, solo narro la realidad, la realidad duele, si te duele, apaga la televisión, las noticias, no salgas a la calle la cual verás personas en condición de extrema pobreza.
Al ir creciendo, conocí personas maravillosas, en mi época de colegio y luego en el liceo (secundaria), que hoy en día queda una latente en mis navidades, un viejo amigo que está a punto de casarse, el único presente de mi historia de amistades, el resto disfruto de sus fotos en Instagram en los diferentes países, argentina, chile, Colombia, ecuador, Estados Unidos, España, Uruguay, es divertido observar las diferentes tierras, con culturas diferentes, congeniándose algunas con ciertas similitudes, continentes que al principio del nacimiento de la tierra se encontraban unidas como pangueas, ahora divididos como mis seres queridos, regados por el mundo, como un cotillón de dulces surtidos, repartidos alrededor de las banderas.


Si me afinco en la palabra regalo, es por lo fácil que me resultaba regalar, desde lo caro y barato, escribía cartas con la letra más fea que puedan leer, ni los doctores descifraban, ni los traductores más avanzados entendían mi letra, tal vez mis padres son los únicos, o ni siquiera porque solía repetir que deseaba que me regalara el niño Jesús o como le dicen en otras costumbres “papa Noel, santa Claus”. Cuando yo regalaba a mis amigos o alguna noviecita, el mismo afán, he sido pésimo para las artes cuando se trata de pintar, dibujar, recortar, usar las manos fuera de un teclado del ordenador, sin importar lo horroroso del resultado, lo relevante es el cariño que implementaba, invertía, tiempo, energía, e imaginación, agregando siempre la mejor chuchería (dulce, golosinas), que compraran mis bolsillos rellenados por mi madre gracias por su agotadora labor que anualmente marco en su trabajo.
Ella recibía aguinaldos, regalos especiales en navidad, dígame el amigo secreto ¡wow! Siempre fui tan irresponsable en ese juego, no compraba nada, se me olvidaba, lo postergaba tanto no por falta de insumo monetario, mi escasa disciplina en mis compromisos fueron mi malestar en estas divertidas actividades. Todo familiar o ser querido, en su trabajo o en su zona educativa lo practicaban. A veces me agarraba el dinero en mis travesuras, comprándome mi propio cotillón de chucherías (golosinas), sí, muy egoísta y vago. Me gustaría repetir mi vida con esta mentalidad, porque el ser un malagradecido me hace sufrir las consecuencias, el tiempo paga factura sin piedad, cobra la renta, te presiona, es intenso, se escabulle en tus pensamientos, te atormenta día y noche, metiendo dedo a la herida del vació, ¿Cuándo saldaré con mis acreedores?
Mi cara JAJA.

El juego consistía en escribir tu nombre en un pedacito de hoja de papel, meterlo en un recipiente el cual lo próximo es que todos metiéramos la mano eligiendo un papelito al azar, el nombre que saliera es la persona a quien le dedicarías regalos en secreto, al final de la fecha pautada se entregaría un regalo muy especial, los anteriores representaban simples detalles. Obras de teatro en el liceo, música por doquier, adornos y más adornes, luces como ovnis, me tenían abducidos, hipnotizados y aturdidos, de tan coloridos efectos, que afectaban mi psicología, con esa música, todavía sigue reproduciéndose en mi mente, el danzar de las luces con la música en los arbolitos como explosiones de fuegos artificiales.
¿Voy muy rápido? Disculpen mi celeridad, me emociona mi máquina del tiempo, vino a mi mente la pirotecnia que ahora solo es tormento cuando escucho explotar una mínima pólvora en la calle por la picardía de algún jovencito con sus amigos reventando el silencio con sus infantilidades, ¡pow! ¡bom! ¡pff! ¡aff! No me gusta, me siento como perro en casa, temblando asustado, despavorido al amenazante estruendo de los explosivos que atentaban con la salud humana si faltaba la precaución necesaria, la previa conciencia o presencia de un adulto, un mayor de edad vigilante de tus acciones, ¿ya conocen casos de personas afectadas por el mal manejo del fuego?
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