El Guerrero Jaguar - La primera transformación parte 6

oñaba con múltiples sombras que se desvanecen al querer tocarlas. Se sentía una roca en ese mundo, daba unos cuantos pasos y las sombras se habían desplazado unos metros más. Furioso quiso alcanzarlas, pero sus zancadas eran más lentas . Una de las sombras adquirió la forma de ella, no tenía que decir su nombre para saberlo y frustrado se debatió en esa oscuridad para estar a su alcance. Lo peor es que nada lo ataba, solo se movía con morosidad. Las piernas las sentía sumamente pesadas. Gritó, pero ningún sonido provino de su garganta, entonces rendido se arrodilló en esa oscuridad que cada vez se hacía más densa.

“¡Cálmate niño!” dijo una voz surgió en la mente de Rony, entonces fue como si despertara de la cama. Se vio corriendo a una enorme velocidad. Intentó pararse, pero el cuerpo no le respondía. “Cálmate”, indicó la voz ronca y sabía, haciendo eco en la oscuridad que pensó haber dejado atrás.

Una vez se había dormido en una silla, mientras estudiaba y para su horror todo su cuerpo lo encontró dormido, apenas respondió a las acciones que le mandó, fue terrorífico sentir aquello. Sin embargo, ahora poseía un peor miedo, sus piernas y brazos se movían solos. No sabía cómo describirlo, pero el mundo que visualizaba se iba alejando de sus ojos, era como si el televisor se fuera alejando.

-No- quiso decir llenó de cólera y angustia, pero la oscuridad no tenía compasión.

“'¡CÁLMATE NIÑO!” resonó por todas las paredes aquella voz vieja y seria.

¿Calmarme? ¿en semejante situación? pensó Rony henchido de pavor. Algo tomó su cuerpo y no sabía cómo volver a poseerlo.

“Tu ira tiene el control de tu carne” le explicó la voz con severidad, “Sino logras calmarte, no lograrás recuperarlo nunca más” el silencio caló bastante en estas palabras “Nunca más” repitió lentamente la voz.

Rony tuvo opción de revolcarse en la angustia por semejantes palabras, pero el tono con que lo dijo la voz que adquirió ese matiz de madre, aquello le otorgó el grado de pensar lo que acontecía. La ventana se fue haciendo más grande, hasta encontrarse personalmente con la realidad. Por un momento dejo de pensar, solo contempló que todo su cuerpo embestía con rudeza un Jeep; de forma asombrosa no sufrió ningún daño. El conductor perdió el control y el vehículo derrapó de lo lindo hasta impactar contra otros coches.

Miró sus antebrazos y sus piernas, le cubría un extenso pelaje de un animal atigrado, además iba al parecer desnudo. Sea lo que dirigiera su organismo, lo llevó a los barrios. Ante su mirada, todo pasaba a una gran velocidad, casi no podría procesar información.

“Sigue calmándote, hasta tomar el mando” señaló la voz.

Seguía saltando los tejados, hasta ir cambiando poco a poco a una zona llena de vegetación, fue allí cuando sus piernas dejaron de correr. Y se encontró mirando la montaña, de resto su mente estaba en blanco, una técnica que utilizaba siempre cuando decidía calmarse luego de un enojo. Poco a poco observo como el pelaje se iba desvaneciendo de sus brazos.

“Bien, lo lograste niño” dijo la voz y luego añadió “Luego hablamos”.

Rony se quedó perplejo al darse que las alturas de las cosas tampoco eran las mismas, percibió como a su alrededor todo se volvía pequeño. Estaba rodeado de árboles, no tenía ni idea qué rayos había pasado. Decidió entonces quitarse el collar y guardarlo en el bolsillo. No supo a qué se debió esa reacción, pero entendió que era lo más seguro en esas circunstancias, hasta que obtuviera respuestas.

-¿Dónde me encuentro? ¿Qué pasó?- se preguntó Rony en voz alta, mientras se encaminó hacia la locación más cercana.

Dos horas después, luego de indicaciones de algunas personas se encontró en la salida del CANES. La redoma estaba atestada de funcionarios del gobierno. Tantos periodistas, militares, como paramédicos atendían a los heridos. El caos era total, detectó a los segundos automóviles en medio de un edificio en construcción y otro en toda una tienda.

En el camino de regreso Rony oyó los rumores, iban desde jaguares lanza coches, soldados experimentados en el estudio del terrorismo, hasta bombas de gas enterradas en el subsuelo. El único que salía relucir en esas conjeturas era el de un hombre-jaguar, que causó un sinfín de daños. Esa clase de cosas acrecentaba sus dudas, ante cada una de ellas se embuchaba de saliva, tenía la duda y el miedo de ser el causante.

El área estaba restringida para los civiles, solo salían algunos de la práctica de natación luego de ser interrogados.

-¿Dónde te encontrabas Rony?- dijo el profesor Montaño al pasar por la cinta perimetral. Su expresión iba entre cansada, ira, ansiedad y otras cosas más que seguramente escondía.

-Este… había salido- fue lo único que dijo, metió mano en el bolsillo y apretó el collar como modo de defensa.

-Eso mismo le dije a tu amigo el idiota- dijo el profesor más para sí mismo que para él. Agitó las manos como si quisiera ahuyentar moscas. -Deberías ir a casa- dijo -Tus padres deben estar preocupados- indicó arrastrándolo.

-Déjemelo a mí- manifestó una voz conocida.

Dirigió la mirada en esa dirección y localizó a su tío Carlos. No pudo evitar tragar saliva otra vez.

Tanto su tío como el profesor lucían como soldados que asistieron a la guerra. Llenos de polvo, ojos hundidos y repletos de hollín.

-Soy su tío- recalcó al darse cuenta que el profesor iba a replicar a una autoridad del orden.

-¡Oh disculpe! Solo pensaba que iba a importunar a un joven que ha vivido mucho en estas últimas horas, ya sabes con preguntas fastidiosas que es mejor para mayores- expuso el profesor de malhumor. Su entonación fue como si hubiera armado un discurso para las masas, por otro lado arrastraba algunas malas intenciones por debajo de lo dicho. -Me largo-añadió y así hizo.

-Un sujeto algo brusco ¿No Rony?- formuló su tío sin perder de vista al hombre que se perdía en la multitud.

Por un momento estuvo a punto de decirle que había visto a ese hombre llorar, pero a nivel que sobrepasaba a los mejores actores de teatro. Seguramente tanta masa muscular escondía una vena violenta, pensó Rony para sí mismo.

-Déjame llevarte a casa, seguramente estas exhausto- agregó su tío pasándose la mano por la cara, parecía angustiado. -No es un lugar para niños- indicó serio.

“Otra vez la palabra niño”, pensó molesto Rony, quiso decir que todo ese desastre lo podría haber ocasionado su persona, aun así decidió callar esto.

Pasaron por la redoma, donde se paseaban una infinidad de forenses estudiando el área. La zona había sido dividida. En una cercana al hospital del instituto militar se encontraban los heridos, en la otra estaban los militares discutiendo con los policías y en otras, los científicos que se agachaban a recoger muestras, al parecer en el lugar exacto donde hasta hacía unas horas había estado la bestia.

Rony tuvo el mal presentimiento, si esas muestras contenían su ADN, podían dar con él. En caso de que hubiera sido el responsable.

El siguiente capítulo será publicado el sábado que viene

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5. La primera transformación parte 4
6. La primera transformación parte 5

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_Fuente

Imágenes editadas con Canvas y Picsart. Primera foto del autor, todas las demás con sus respectivas fuentes y el separador hecho en Illustrator y Photoshop.