"El tío Benjen y la máscara" [capítulo borrador]

in #spanish5 years ago (edited)

IMG_20181121_173555.jpg

El tío Benjen llegó el fin de semana tal como había escrito cargado de enormes maletas y de otras más pequeñas que también pesaban horrores. Vi a los serules e incluso a mi padre y al propio tío Ben cargándolas con muchísimo esfuerzo. El tío Bertrand, quien de entre los tres hermanos Scheffer tenía más fuerza, también les dio una mano. Pero se veía que lo hacía con muchísimo esfuerzo lo cual hizo que mi padre y el tío Bert refunfuñaran regañando al tío Benjen quien era el mayor de entre los tres. Damon, el serul, quien incluso era mucho más fuerte que el tío Bert, dio una mano y se le veía que casi no se esforzaba. La entrada de la casa estaba repleta de carrozas con el equipaje del tío Benjen. Xys cargó una maleta pequeña la cual le pesaba. Intenté ayudarla pero madame Bovary, quien era la jefa de los serules de la casa, y la serul más vieja entre todos me lo prohibió tajantemente.

—Señorito Khalain, deje que Xys se encargue de eso—decía con su tono de vieja y de militar amargada que daba de esos miedos helados. Era la persona que menos quería que te llamara durante una noche en que caminabas por algún corredor oscuro. Finalmente dejé que Xys se llevara a la pequeña maleta.

El tío Benjen se había recortado el cabello rubio. Lo tenía por encima de las orejas pero se había dejado la barba aunque estaba bastante descuidada. Iba vestido del color de las hojas secas con ropas elegantes pero que estaban sin planchar. Sin embargo, olía a madera fresca y no a sucio ni al olor que despide la ropa que se guarda por mucho tiempo. Yo estaba vestido de un verde oscuro como las hojas de los árboles de un bosque profundo.

—¡Sobrino!—Exclamó jovialmente.—Disculpa todo el alboroto—se quitó el sombrero que le hacía juego y lo colocó sobre un perchero. A continuación, reapareció madame Bovary con una bandeja con bocadillos. Mi tío agarró todos los que pudo y comenzó a comer.—Ya ves que traigo muchas cosas. Muchas son regalos. Otras, son cosas innecesarias que pienso dejarte a ti y a tus padres.—A sus pies estaba una maleta la cual se agachó para abrirla después de comerse todas las galletas. Sacó de ella un hermoso sombrero negro como la noche con una cinta de color blanca y una pluma del mismo color.—Es para ti, Khan—me sacudió el cabello.

Tomé el sombrero y me lo puse. Seguían entrando personas con las pertenencias del tío, mientras otras salían a buscar más. Era como estar en el centro de la ciudad.—Muchas gracias tío. Es un sombrero precioso.—¿No es esta una pluma de cuervo—

—De cuervo blanco, sí—corrigió él.—Es muy rara. El sombrero no. Aunque está hecho de muy buenos materiales. Tejido por las manos de un artesano. Pero la pluma es lo más excepcional. No tienes idea de cuán raro es encontrar a un infortunado cuervo de color blanco.

—Es cierto—agregué—. El cuervo blanco es un ave la cual resulta desafortunada por su propio color.

—Es como tu tío Ben ante sus hermanos Sieg y Bert—Soltó una risotada.—No le vayas a decir a tu padre que te dije eso. A veces no tiene sentido del humor.

—No lo creo. Mi padre suele tener bastante sentido del humor—puntualicé.

—Entonces tu padre ha cambiado.

Xys regresó seguramente a buscar más maletas por órdenes de madame Bovary, pero la llamé para que conociera al tío. Se lo presenté.

—Así que está niña tan linda es la serul que te acompaña.—Dijo el tío acariciándole el cabello.—Salgamos de la sala y vamos a sentarnos—ordenó.

—Señor Benjen—dijo madame Bovary con el tono de quien te amenaza de muerte.—Es un placer tenerlo de vuelta aquí en su propia casa, pero la serul llamada Xys aún debe ayudar a cargar todo el equipaje que usted mismo ha traído.

—madame, por favor, le ruego que me deje hablar con mi sobrino y también con la encantadora y pequeña Xys—dijo el tío sonriente.

—Xys debe cumplir con sus deberes sin más, señor Benjen. Usted sabe que es así—dijo la mujer con su tono rígido y hermético en donde no podía seguramente pasar ninguna otra palabra que no fuera la suya.

—¡Pero te digo que quiero hablar con ella para conocerla!—exclamó el tío.

—Señor Benjen, esta conversación es inútil. Le ruego que por favor atienda al hecho de que Xys debe cumplir con sus obligaciones para con la casa Scheffer de inmediato.—Xys y yo mirábamos a los dos cada vez que abrían la boca.

—Está bien—dijo el tío con un tono serio—Entiendo que Xys debe hacer mucho por hoy. Y que en parte es mi culpa por haber traído todo lo que todavía está allí a fuera—entonces el tío señaló a Xick con el dejo y le dijo—Oye, mucho cuidado con eso, es delicado. Bájalo al sótano. Al sótano. No puede estar aquí. Es muy peligroso y podría hacer que la casa explotara súbitamente y como trágica consecuencia traería que volásemos todos por las nubes.—Luego señaló a Damon.—Esa es mi ropa, por favor, ponla en mi cuarto. Y madame Bovary—regresó a ella con su expresión serena.—¿Y qué tal si le digo que la serul llamada Xys que está aquí a mi derecha le estoy asignando como tarea el que me atienda y me ayude a descansar de mi largo y cansado viaje.—Madame Bovary lo miró con una expresión tan dura que habría asesinado a un hombre corriente.

—Está bien, señor Benjen, usted tiene un punto—cedió la dura mujer. Luego pidió disculpas y se retiró.

—Esa mujer siempre ha sido una amargada pero es una gran persona, sin duda—dijo el tío ya sentándose con nosotros y bebiendo un zumo de naranja recién exprimido que le trajo una criada serul.

—¿De verdad tienes algo tan potente como para hacer volar a toda la casa?—pregunté con muchísima curiosidad y entusiasmo.

—Bueno, debo decir que cuando menos haría volar a la casa. En el peor de los casos al menos todo a radio de dos kilómetros, más o menos—bebió del zumo.—Pero vamos a lo importante. Así que esa pequeña llamada Xys es la que te han asignado. Has tenido suerte. Es encantadora—Xys sonrió como una muñeca.

—Y me la han asignado antes de cumplir quince años de edad—recordé puntualizando. El tío también sonrió y luego asintió con la cabeza.

—Prusia y Sieg confían muchísimo en ti, Khan.—Qué tal te va con el Siege?

—Ya el tío Bertrand no es rival para mí. Y tampoco otros chicos que practican con otros estilos más conocidos en el manejo del sable, como la esgrima.—El tío se rió abiertamente.

—Dentro de poco cumplirás quince años. Ya tienes a tu serul. ¿Sieg no te ha dado a tu espada todavía?

—No. No aún.

—Y parece que eso no te desanima. En todo caso, es sólo un pedazo de acero que cada vez queda más y más inservible.—El tío se acarició la barba y nos señaló que lo acompañásemos pero justamente trajeron comida y decidimos comer antes por órdenes del tío. Luego estuvimos frente a una de sus maletas enormes de la cual sacó unas notas.—¿Qué es un sable ante un rifle, o una escopeta, o ante una pistola? Incluso con las habilidades familiares de hacer arder en llamas a una espada, o de lograr que pegue con la fuerza de un rayo, debes tener un combate cercano contra tu adversario para poder acabar con él. En ese proceso, alguien con una pistola como esta—sacó un arma del color de la madera cuyas partes metálicas brillaban ominosamente—y un poco de puntería… ¡boom! No hay Siege que valga. No en una pelea contra otro hombre debo apuntar.

—Eso es cierto, tío—dije meditativo.—Sin embargo, el siege es más que peleas cuerpo a cuerpo.

—Sí, eso ya lo sé. Pero no es mi punto, Khan.

—¿Ah, no?

—No. Mi punto es que podemos actualizarnos. El Siege es un estilo de combate. Las armas son otra cosa. Claro que el estilo de combate se realiza a través del manejo de los sables largos y cortos que en otros tiempos se llamaban katanas. Dicho estilo de combate obtiene sus maravillas en el acero Bahuniano con las cuales se forjan las armas obteniendo esos grabados únicos que se dan durante el mismo proceso—siguió sacando cosas de la maleta y de los bolsillitos de la misma.—Así el acero obtiene las propiedades de la runa, y a través de la fuerza de voluntad y del grabado previo de las runas después de haberse forjado la espada cualquiera de nosotros puede hacerlas arder en llamas, o desenvainarlas con la fuerza y velocidad de un rayo, tal y como una vez vi que hizo tu padre acabando con diez hombres armados para defender a Prusia. Lástima que no logró salvar a Laura, su futura hija.—Dijo con cierto tono de tristeza. No obstante, no se detuvo de sacar cosas de la maleta hasta que me mostró dos pistolas pequeñas que cabrían perfectamente dentro de bolsillitos en una capa. Serían imposibles de ver o de percibir.

—La verdad es que nunca he tenido los detalles de esa historia.—Dije con tristeza.

—Algún día los tendrás. Prometo que cuando cumplas quince años te lo contaré todo, ¿entendido?—Colocó su mano sobre mi hombro.—Ahora, a lo que iba. Deseo poder llevar al Siege hasta las armas de fuego. Lamentablemente… Lamentablemente—dijo ahora poniendo atención en una hoja de papiro que había sacado de sus ropas.—No puedo conseguir un proceso que me permita realizar runas con forma de balas. Algo me falta. Se puede grabar las runas de protección en las armas para que el calor del fuego ni el calor del rayo las afecte.—Dijo mostrándome los grabados y a Xys también. Ella lo miraba preocupada.—Pero eso es muy fácil. En cambio, una bala al ser disparada se fragmenta. El grabado de la runa se fragmenta lo suficiente como para que esta pierda su significado. Y así en vez de convertirse esta bala en una bola de fuego, o en un rayo lanzado como se supone lo haría el dios centauro, sale eso—levantó las manos como demostrando su desesperación.

—¿Sale una simple bala y ya está?

—Una simple bala. Eso es lo que sale. Nada más. No tiene juego. No tiene chiste—el aliento se le había acabado así que aspiró hondo.—Deseo poder encontrar la forma de que eso no ocurra. Luego, Khan, lo vais a agradecer.

—¿Puedo ayudar?—Pregunté. Siempre había querido ayudar a mi tío Benjen desde que era muy pequeño. Antes, cuando vivía con nosotros, observaba a sus invenciones con muchísimo asombro. Se la pasaba horas y hasta días metido en su taller sin salir de él más que para recibir los encargos personales de acero, de madera o de plata que la familia Burgos traía para él. En su taller creaba lámparas que iluminaban sin la necesidad de ningún combustible, sólo se necesitaban runas. Una vez perfeccionó la primera lámpara, creó varias más. De un día para otro remplazó todas las lámparas de la casa por esta. Iluminaban la casa de una manera más harmoniosa pero el único inconveniente era que sólo la podían encender él, o el tío Bertrand; sino mi padre o mi madre; también Damon y madame Bovary. A mí me costaba al principio, así que sólo podía encenderlas de una en una. Me hacía falta entrenamiento con las runas. O mejor dicho, afinidad con ellas. Por supuesto, esta no fue la única invención genial del tío Ben. También creó una cafetera y una tetera que calentaban por sí solas. También unas especies de armaduras las cuales te hacían prácticamente inmune a las flechas de punta de hierro gracias a un proceso de runas y de imanes.

—Ya hemos terminado de mover tus cosas, Benjen—dijo mi padre sacándonos de nuestra conversación.—Y qué bueno tenerte de vuelta.

—Una lástima que no será por mucho tiempo, Sieg—dijo y los dos se abrazaron. Un minuto después entró el tío Bertrand al cual también abrazó. Finalmente llegó mi madre.—Prusia, cariño, qué bueno es volver a verte después de tanto tiempo—y le dio un enérgico abrazo.

—Es una alegría que vayas a estar con nosotros para celebrar los quince años de Khan. A esa edad los niños se convierten en hombres.—Mi madre tenía ese tono melancólico que a veces podría decirse que era sarcasmo.

—No me perdería el cumpleaños de mi único sobrino por nada en el mundo—contestó el tío mirando al tío Bertrand quien se miraba molesto.—Veo que ya le habéis dado su serul a Khan. Pero no la espada. Aún os guardáis las tradiciones.

—Las tradiciones de la familia son importantes, Benjen. Esta casa tiene fuertes lazos con las costumbres, con el honor y con la familia—dijo mi padre.

—Pero Benjen se ha cortado el cabello y no porta su espada—señaló el tío Bertrand.

—¿Y qué Bert?—Se impuso el tío Benjen.—Sólo es un corte. Además, las espadas están anticuadas. Podéis decirme si queréis que soy la oveja negra de la familia pues, a pesar de que aprecio a nuestro honor, a nuestro nombre y nuestra familia, hay cosas que no puedo seguir pese a ser el hermano mayor.—Concluyó en un tono misterioso. Mi tío y mi padre lo observaban. Luego se echaron a reír para mi sorpresa y para sorpresa de mi madre. Xys estaba entregada en el mutismo como siempre.

Un rato después estábamos almorzando. Mi madre le preguntó al tío Benjen si se había casado en secreto. O si tenía novia. Éste en cambio le respondió de manera abierta con las siguientes palabras.

Vivo viajando por el mundo descubriendo y redescubriendo a la magia y a las ciencias que poco a poco están quedando en el olvido. El amor es una forma de ciencia. He aprendido que no se puede estar no solo toda la vida, sino carente de amor. Eso. No se puede estar careciendo de amor toda la vida. El alma humana reclama amar y reclama ser amado. El alma necesita absorber a los sentimientos de otra alma, para así asimilarlos, y así finalmente retribuírselos a esta enriquecidos. Es un proceso exactamente el igual al de las abejas con las flores y la miel. Un corazón que no ama se asfixia progresivamente. En ese momento lucha para respirar pero como no puede, pierde sus pocas fuerzas hasta marchitarse finalmente

Días después, y también después de seguir con mi rutina de todos los días, estuve ayudando al tío Ben en el taller. Pude crear mi propia lámpara a los dos días. Mi tío me felicitó. Pero no era una lámpara como las que iban colgadas en la pared sino una que cabía perfectamente en la hebilla de del cinturón de mi pantalón, o a un costado de mi camisa a la altura del pecho. Ese mismo día, el tío estaba tan alegre que le regaló a Xys un libro titulado «Manual de zoología de animales fantásticos» de Elton Scheneider. Un simple libro que era un bestiario pero más serio y con ello me refiero a que iba en términos biológicos además de históricos. Instantáneamente Xys comenzó a leerlo.

—Pronto deberíamos comenzar a hablar sobre el diseño y facturación de una máscara espectral.—Comentó el tío Ben.

—¿«Una máscara espectral»?—Pregunté. Realmente no sabía de qué estaba hablando.

—Sí. Una máscara espectral—respondió buscando en un libro de cubierta de cuero. Pasaba las páginas mientras comentaba—Se trata de evidentemente una máscara por su nombre. Sí. Pero no es una máscara cualquiera, Khan—Halló la página—Se trata de un artefacto que se realiza a través de la alquimia. Antes eran bastante comunes pero en algún momento desaparecieron.

—¿Pero sirven para algo?—

—Por supuesto. Te cubren el rostro para que así nadie sepas que eres tú.

—¿Pero eso no lo hace cualquier tipo de máscara?

—Evidentemente.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué?

—Me refiero a qué es lo especial de esta máscara. Si sólo cubre tu rostro, no veo para qué esforzarse en ella utilizando la alquimia.—El tío me miró.

—Es que no estás acostumbrado a realizar de forma correcta las preguntas. Eres directo, al igual que Sieg. Te falta algo de la sutileza e ingenio de Prusia. No quisiera que fueras un tonto del culo como él.—Terminó.—Una máscara espectral se trata de una máscara que se realiza a través de un proceso alquímico—señaló con el dedo la página. Estaba escrito en un idioma que yo no reconocía pero que el tío Ben podía leer con facilidad—a una máscara que tú mismo confecciones le debes de depositar un alma. Puede ser el alma de un animal o de una persona. O de algo que no sea animal ni hombre. Puede ser… Puede ser el alma de un ser de otro plano, como un hada, como una ninfa o hasta un dios—Puntualizó.—Y esa máscara a su vez te hará irreconocible salvo para quienes vean que te la colocas—Hizo una pausa.—Bueno, eso último es evidente en cualquier máscara, pero esta te otorga unos ojos como lo de los serules y una voz como la de un espectro. Además de que agiliza a tus reflejos. Claro que como efecto contrario, si te la dejas mucho tiempo, finalmente el alma de aquello que hayas metido dentro de esta, se apoderará de ti.—Soltó una risotada.

Yo estaba bastante animado e interesado en la confección de una máscara espectral. Sería algo que quisiera ver. Me recordaba al fantasma de Hanan Baal, quien al morir y luego volver a aparecer en el mundo de los vivos se colocó una máscara en la cual su amada había depositado al alma misma de Hanan. —¿Cuándo comenzaremos?

—Cuando por lo menos tenga idea de cómo se hace.

Más tarde estando a solas en el despacho de mi padre, acababa de enseñarme cómo acceder a la habitación secreta de la casa, en donde estaban todos los libros del manejo de runas, como también las reservas de acero y muchísimas otras cosas de gran valor para nuestra familia. Todo esto se encontraba de hecho en un sótano debajo del sótano al cual sólo se podía llegar a travesando un camino intrincado que sólo algunos en la familia Scheffer conocíamos. Servía también como un lugar seguro por si algo llegaba a ocurrir. Por supuesto, acceder era más difícil que lo que os voy contando, pero vamos a lo realmente importante de este momento.

—Tu tío Ben es un gran hombre.—Dijo mi padre.

—Después de todo, es tu hermano, padre—le respondí. Mi padre reflexionó unos segundos. Estaba vestido de azul oscuro y todavía portaba la capa incluso dentro de su despacho. Parecía como si algo le preocupara profundamente.

—Es un hombre melancólico. Los hombres melancólicos rehúyen del trato con otros seres humanos, incluso al de sus seres queridos. A esos hombres se les dice que están llenos de «bilis negra».

—Pero no creo que eso signifique sea algo malo, ¿o sí?

Mi padre frunció el entrecejo y me miró.—Por supuesto que no—respondió—La bilis negra dentro de un hombre puede significar según un filósofo antiguo, un sinónimo exacto e inequívoco de genialidad. Muchos artistas de toda índole suelen ser hombres o mujeres llenos de bilis negra. Lo que importa es cómo ésta se vacíe. En ello radica la genialidad, no en contenerla dentro pudriéndote la carne como el beso de una serpiente que deja su veneno en tu sangre.—Había entendido lo que mi padre quiso decir.

—El tío se irá en cualquier momento, pero no muy pronto—Le dije con voz calmada.

—Esa es su naturaleza—repuso mi padre—Pero esta es también su casa. Así que puede ir y venir cuando quiera. Pero Khan…—dijo mirándome ahora con mucha seriedad. Tanta que daba miedo.—Tu tío como ya te dije es un gran hombre. Uno muy melancólico. Es alguien que allende a su gran sonrisa y sentido del humor a veces demasiado pesado, se la pasa pensando en todos los «quizás», y «cómo habría sido si…» de las cosas que no pudo hacer por miedo y por falta de convicción. La gente así que va tejiendo posibilidades con pasados infinitos tienen solamente eso: una telaraña de pasados incontables y ningún futuro. Pero en fin—mi padre se levantó—Sigamos con tus lecciones.—Y trajo unas runas en las cuales me ordenó que tallara las palabras indicadas para aislar el sonido dentro de una habitación.

 


Posted from my blog with SteemPress : http://seifiro.timeets.xyz/2018/12/01/el-tio-benjen-y-la-mascara-capitulo-borrador/

Coin Marketplace

STEEM 0.32
TRX 0.11
JST 0.034
BTC 66761.99
ETH 3256.83
USDT 1.00
SBD 4.27