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Este es el primer cuento corto de una serie que estoy escribiendo sobre las cosas de la cotidianidad, hechos absurdos, aberrantes o propiciados por la violencia y que muchas veces parecieran entrar como actividades normales donde ya no hay asombro posible, por eso los enmarqué como pequeñas crónicas de lo cotidiano.

Crónica de un chalequeo histórico

Lilo se llamaba, era un niño precoz. Su mama decía que nació con la lengua suelta

y una viveza muy natural que lo convertía en un adulto, sin serlo.

–mamadorcito de gallo él-

Siempre buscaba problemas.

Por eso el gordo Juan lo esperó, cuando El Lilo comenzó su chalequeo,

el gordo lo apuntaba con una pistola, El Lilo se reía,

decía que era una mula de grasa sin cojones.

– Se reía El Lilo-

Pero ese día el gordo estaba cansado y apretó el gatillo y en una histórica

carcajada que todos recuerdan, Lilo se tragó la bala.

_{Imagen de portada editada con PowerPoint}