Fragmento de óleo ubicado en alguna posada del pueblo de Montenegro, Colombia (2012).
Ediciones: Saturación, y efecto texturizado.
(Del baco personal de imágenes).
H.U.A.P.A.
Tus paisajes no descansan.
Eres márgenes infinitos.
Me afano y busco en el borde, en la esquina.
No hay un rincón en la sombra,
no hay un cierre definitivo.
Te extiendes hasta el detalle, me topo con cada curva,
y el precipicio extiende la mano para decir que no se ha acabado.
Allí surge el gesto,
el impulso electromagnético.
Es la señal de advertencia:
una vez más te has perdido.
Caliente desciende el mar rojo
atento a la referencia,
sabe que habla y que importa el mensaje,
y cae donde es suave
y soy agua y me río.
No visito más el café.
Tú,
ornamento de espacios hostiles
justificas tanto al sepia con tus teorías humanistas…
Tú, resguárdate en tu fuerte.
Qué lástima, lo he visto todo;
sin querer, vi suficiente.
Por Siomara Salmerón / Julio, 2017.