Narrativa Corta. La Realidad de los Sueños: La Propiedad II

Saludos amigos de Steemit. En búsquedas de respuestas para mis hijos, hoy se transformó en la oportunidad de realizar la segunda parte de la narrativa: La Propiedad. Espero haberlos complacidos, al igual que a ustedes.

Susurró la niña al oído

- Tranquilo papi, fui yo –

La voz tenue de la hija nunca ha abandonado los sueños de Maike, así hubiesen pasado tres años desde aquella terrorífica noche.

La Propiedad, se hizo un lugar de costumbres, pero no de adaptación. El comportamiento de una de las gemelas era cada vez más insostenible, a tal punto, que todas las actividades se desarrollan en torno a ella, Ángela.

Helen corre a recibir a su madre recién llegada del extranjero, la abraza mientras recibe unas maletas de gran tamaño, su alegría no permitía que aquella señora muy elegantemente vestida articulase palabra alguna.

- Te quiero Helen... – logra desatarse de la jovencita que brinca como loca a sus pasos.

- Por cierto, ¿dónde está Ángela? - pregunta mientras suben al pequeño mirador que adorna la entrada de la casa.

La muchacha se detiene por un momento para tratar de pasar las maletas que, por su tamaño, la puerta se muestra como un adorno de una casa de juguete, respira profundo después de haber conseguido el acceso a la sala.

- Mami, ella anda por ahí, cada día la veo más extraña, no duerme de noche y si la ves, ya ni siquiera nos parecemos. -su asombro no se dejó de manifestar en aquel rostro, caminó hacia la escalera para dirigirse a los dormitorios.

– Helen, por favor búscame a Ángela... - en ese momento cierra la puerta con una fuerza tal, que el sonido se escucha en los lugares más apartado del recinto.

La presencia de Dorotti aún se respira en el lugar, nadie demandó su muerte, por lo cual, todos salieron de aquel hecho sin ser tocados por la justicia.

Los sueños en cada uno de los personajes que habitan la propiedad no son reparadores, llevando a cuesta una realidad perturbadora. Maike, la noche del accidente, no evitó lo sucedido por el terror que le corría por sus venas, mientras que Ángela, hoy en día consume algún tipo de fármaco para tratar de olvidar lo ocurrido.

La Imagen de Ma´Corina desde entonces sólo se le recuerda por el cuadro que adorna elegantemente la sala principal.

De nuevo la noche, se hizo partícipe de aterradores gritos, gritos que todos tratan de olvidar, Maike en la penumbra del cuarto al escuchar aquel sonido que le erizaba la piel, compartió miradas con su esposa, y sin pensar salió de la habitación. Entró en el cuarto de las gemelas, una de ellas estaba sentada al pie de su pequeña cama, se notaba extraña, nunca dudó de que fuese Ángela, sus ojos completamente cerrados, respiración continúa y profunda retornó a su mente aquel escabroso pasado.

- Hija, que tienes? - los latidos de su corazón se escuchaban hasta en los más profundos de aquellos escarpados riscos, esos que bordean la propiedad y hacen juego melodioso con los producidos por el oleajes fruto de la tormenta que recién comenzaba, las ráfagas de viento entraban a través de la ventana con tal fuerza que casi lo desprendía del suelo, evitando su fácil acceso a la habitación, aunado a ello, los violentos cambios de dirección que se sentían hacia que la chica se aferrara con fuerza a la cama con sus manos huesudas y dedos largos. A pesar de la brisa sudaba, su temperatura corporal era muy alta.

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• Ayúdame papi, me quiere llevar…ayúdame – aquellas palabras de auxilios provocaban un estrangulamiento en el abdomen de Maike, que casi lograba desfallecerlo.

- Nadie te quitará de mi lado hija..., nadie…; te protegeré con mi vida, si es necesario. - en ese momento Ángela quedó inerte, sin voz, sin llanto, sin escalofríos. Parecía que se hubiese detenido el tiempo, la habitación se hizo más oscura de lo que mostraba, la realidad en aquel momento era la plasmada en sus sueños, cobrando vida las pesadillas.

De repente, la jovencita mueve su rostro hacia el padre, su cabellera ocultaba parte de su semblante y le dijo con un tono de voz aguda, poseída por un ser demoníaco.

– Soy Dooorottiiii-

Ahí el hombre casi imperceptible se detuvo bruscamente, no podía dudar que había oído la palabra fiel y exacta de aquella mujer, la misma que lo perturbaba por años.

Un grito chirriante, áspero y prolongado era la réplica de lo que la imaginación le atribuyera un extranatural alarido de la muerte. En instante le produjo una evidente alteración de su conducta, forcejeó con la joven tanto así que se tornó en una batalla, pues estaba alto de escuchar esos gemidos noches tras noches. El pánico se apoderó de Maike hasta el punto de dirigir a la joven hacia el ventanal, no cesaban las carcajadas alargadas por el presuntuoso abismo, el cuerpo de Ángela caía mientras su padre con ojos pávido la observaba como su piyama jugaba con la brisa provocada por la tormenta.

Las facciones de Dorotti fueron desapareciendo, una vez que la delgada criatura rebotara en las filosas rocas a la orilla que bordean la propiedad de la difunta MaCorina en el pueblo de Couston.

¿Qué pasó Papi? Preguntó Helen aferrándose a su brazo.

- Perdona hija, fui yo...-