Mi Oración (Primera Parte)
En el artículo introductorio correspondiente a ”Mi Oración” les hablaba del poder que nuestro Padre y Señor nos da para podernos comunicar con Él a través de la ”oración” y del sentir individual que cada quien tiene para poder componer su “oración personal”; por último les compartí la oración que yo mismo cree, con la cual me comunico con Dios todas las mañanas, comenzando el día con el momento más especial: mi intimidad con el ser supremo. A continuación les entrego un análisis de los primeros párrafos de mi oración personal.
1° Parte – El Inicio
Gracias mi Señor por darme un día más en mi vida
Las primeras palabras emitidas al amanecer se las dedico al Altísimo agradeciéndole el brindarme la posibilidad de vivir un nuevo día. Antes de la concepción, en ese lapso que muchos llaman “la otra vida” y que en realidad sigue siendo la misma vida pero en un momento en que nuestra alma se encuentra libre del cuerpo o ”desencarnada”, hemos estado esperando la oportunidad de volver a un nuevo ciclo de vida terrenal para así continuar nuestro proceso de evolución. Cada día que amanece debemos considerarlo como una nueva oportunidad de avance en todos los aspectos de nuestra persona, y por tal razón darle el valor que amerita y ofrecerle las gracias a nuestro Señor que nos laconcede.
Gracias Padre mío por darme este nuevo momento de intimidad contigo
Enaltezco la importancia y el gozo de poder compartir este momento tan especial de conversación divina con Dios, teniendo presente que siempre se encuentra en nuestra compañía por su particular facultad de omnipresencia, por lo que siempre estará disponible en cualquier momento o lugar que queramos “conversar” con Él. Es quizás el momento de mayor intimidad en nuestras vidas, ya que es nuestra conciencia al desnudo, sin máscaras psicológicas, sin mentiras, abiertos en total sinceridad con ese padre que nos conoce más de lo que nos conocemos a nosotros mismos, por lo que sería inútil y hasta bochornoso intentar excusarnos ante Él con tergiversaciones de la realidad, de la manera a la que nos hemos habituado a hacer con nuestros semejantes cuando intentamos mostrar ante la sociedad una imagen inmaculada de nuestra persona.
Ante todo perdona todas mis faltas
Para no terminar la plegaria con la pesadumbre de las faltas cometidas, hago en primera instancia mención de éstas y pido perdón por haberlas cometido, siempre manteniendo en conciencia el esfuerzo que en adelante estaré dispuesto hacer para no repetir mis errores, aprendiendo de ellos para mejorar mi conducta y enriquecer mi experiencia.
Líbrame del mal karma, en su justo equilibrio para con éste y el resto de los ciclos de vida terrenal que me faltan por vivir
Existe mucha literatura que habla de la ”Ley del Karma”, por lo que seré breve en mi descripción con respecto a esta doctrina. El Karma corresponde a la ley de causa y efecto en relación a nuestras buenas y malas acciones. Toda causa que emitimos tiene un efecto de reciprocidad con la misma polaridad que la primera, es decir, que cada buena acción cometida por nosotros tendrá una consecuencia positiva que incidirá en nuestras vidas; igualmente, todos nuestros fallos tendrán repercusiones negativas a las que tendremos que responder de manera ineludible porque a nivel de la conciencia no existe manera de sobornar el equilibrio astral, que alteramos con nuestras acciones, para no pagar por nuestras faltas. Antes de continuar con el tema del Karma quiero referirme a los ciclos de vida como cada encarnación que vivimos después de haber “muerto” y antes de haber vivido en el plano inmaterial o desencarnado; no me gusta utilizar el término “muerto” ya que la muerte no existe, solo trascendemos de planos cuando abandonamos nuestros cuerpos.
El mal Karma es el cúmulo de nuestras deudas producto de todas las malas acciones cometidas por nosotros, no solo en este ciclo de vida sino de todas las faltas cometidas desde nuestra primera encarnación, y que aún no hemos cancelado, ya que seguiremos viniendo al mundo terrenal hasta quedar libres de Karma. Si consideramos solventar todo este acopio de deudas en Karma negativo en este mismo ciclo de vida, tal vez sería intolerable el sufrimiento que tendríamos que soportar por la cantidad acumulada durante todas nuestras encarnaciones, y solo Dios sabe la cuantía exacta que debemos; por tal razón, le pido al Señor que reparta de forma equilibrada mi deuda entre éste el resto de los ciclos de vida terrenal que aún me faltan por recorrer.
No permitas que las malas influencias del ego absorban mi energía vital
Según menciona el psicólogo Wayne Dyer en su obra ”Tu yo sagrado” (pag. 187) el ego es “la falsa idea que tenemos de nosotros mismos”, y es una idea tan compleja y poderosa que la mayoría de las personas de este mundo se dejan regir por ella. Nada bueno nos deja cuando permitimos que el ego ejerza su influencia en nosotros, ya que en la mayoría de los casos nos induce a pensar en cosas desagradables que nos envuelven en un aura negativa, la cual absorbe parte de la energía que nos mantiene vivos y sanos en estado de conciencia. Muchas personas le acreditan al “Diablo” o al “Maligno” este dominio sobre la personalidad, cuando en realidad este personaje es un producto de nuestra imaginación; yo lo llamo “el peor invento de la humanidad”. Es el ego el verdadero causante de nuestras desgracias cuando le damos supremacía en nuestras vidas, entre las que cuenta el debilitamiento de nuestra energía vital que nos ayuda a nuestro bienestar y al emprendimiento de nuestras acciones.
No permitas que las malas influencias del ego me desconcentren de mis labores ni de mis actividades del quehacer diario
El influjo negativo que el ego ejerce en nuestras mentes también se manifiesta con pensamientos invasores que nos desconcentran de las actividades que estamos realizando en el momento, trayendo como consecuencia, en el mayor de los casos, los traspiés que entorpecen nuestro proceder y nos hacen cometer errores en el trabajo y en cualquier actividad que requiera nuestra atención.
En el siguiente capítulo, ”Mi Oración (Segunda Parte)”, continuaré la parte inicial de mi oración personal que significa lo más íntimo de mi sentir y que les comunico con el mismo amor con que Dios se comunica conmigo.