Es triste ver y sentir que ya no eres quien fuiste hace tiempo, aquí en Venezuela hemos cambiado drásticamente, la situación país repercute en el bolsillo, en el carácter, en el animo y se refleja sin piedad en el físico de muchos, incluyéndome, flacos, desalentados y con una pinta de enfermos.

fuente

¿Realidad o Fantasía?

Miro en mis recuerdos y siento que todo fue un hermoso sueño: ir a una tienda y poder comprar lo que querías o necesitabas, comer lo que te provocaba, festejar los cumpleaños, los aniversarios, las graduaciones, comprar ese juguete que tu hijo quería para navidad, ¿un sueño, una ilusión? ¿Qué ha sido?, no lo sé, pero me ha dejado una extraña melancolía, ¿Cuántas veces he llorado? he perdido la cuenta, mis ojos tristes, tristes al vivir la cruda realidad. En estos días una persona de la tercera edad, me aconsejó con lágrimas en sus ojos, que olvidara el pasado e imaginara que sólo fue un hermoso sueño.

---

Es inevitable

La mayoría nos hemos bronceado un poco, de tanto caminar, buscando que comprar, del sol prolongado en las colas que se hacen para poder adquirir un alimento un tanto más barato, hasta eso hemos cambiado, el color de piel, ojala fuera por otras razones, la playa, que se yo, no hay casi transporte público y eso nos obliga a caminar, el Venezolano camina al día como nunca lo hubiese imaginado, y se hacen enormes colas para poder beneficiarte de algún transporte, aparte de que estos cobran como quieren.

---

Envejeciendo sin piedad

El sueldo no alcanza y eso te produce un estrés permanente, lo cual te envejece, te entristece y se producen esos cambios silenciosos que estallan con el tiempo: las lineas de expresión, manchas en la piel, perdida de peso, y para completar tipo película te encuentras con una persona que te dice: Disculpe ¿Usted es xxxxxx? y cuando lo confirmas simplemente te responde “Sin palabras” y te queda observando sorprendido y sin poder creerlo, y es cuando te das cuenta: que no eres quien fuiste, porque sinceramente has cambiado, tu aspecto físico delata tu situación, tu semblante indica tus preocupaciones y tu mirada la tristeza de la impotencia ante tanta pobreza, ignorancia e inseguridad. Los cambios son inevitables, eso se sabe, pero viviendo y padeciendo en carne propia el desastre que impera en este país, es aún más acelerado, cambia tu aspecto físico, tu manera de pensar, de actuar, y hasta de sentir, y cuando menos lo esperas te das cuenta que ya no eres quien fuiste, ¿cómo evitar que un maremoto no se lleve lo que encuentra a su paso?

---

Gracias queridos amigos por mantenerse en contacto, hasta la próxima oportunidad