La flecha del tiempo

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A principio de la edad media la vida era lo suficientemente diferente como para causarnos problemas al imaginar cómo podría ser la cotidianidad en esos tiempos. El mercado local del aquel caserío era bastante amplio, surtía de frutas y verduras de forma periódica a la población, y permitía realizar algunos encargos de gran volumen a otros pueblos cercano. Muchas personas aprovechaban la afluencia del día para vender otro tipo de productos, algunos realmente innecesarios y otros muy exóticos para el costo que tenían. El sitio era ruidoso, pero a la vez ordenado, cada persona tenía en mente lo que necesitaba y donde encontrarlo.

En una de esas largar jornadas laborales, un joven delgado de cabello rubio y ojos marrones, entró a uno de los pasillos que se formaban entre cada tienda. No tenía mucho dinero, era un viajero que usualmente no tenía un trabajo estable, y sus oficios eran variados, por lo que podía mantenerse en cada pueblo que visitara mediante tareas pequeñas y rápidas que le permitían comer a diario.

Entre uno de sus pasatiempos favoritos, estaba la colección de objetos, objetos no necesariamente raros y costosos, sino objetos con identidad propia, testigos de un viaje y dignos representantes de todos los recuerdos y experiencias vividos en ese entonces. Entre los que ya tenía, se encontraba una extraña piedra marina, de forma bastante irregular y con cierto grado de porosidad, esa piedra por sí misma no era más que un estorbo y un objeto inútil para cualquier otra personas, pero para Isaac, era el recuerdo de uno de los viajes mas placenteros a la costa de su país, en donde paso algunos meses aprendiendo el arte de la pesca, y convivió con personas expertas en la exploración y caracterización de la fauna marina.

Ese día termino comprando un extraño artefacto para él, era un arco bastante viejo y deteriorado, tenía algunas flechas en su interior. A pesar de la suciedad que se adhirió en su superficie, todavía se lograban observar delicados detalles de decoración en colores bastante sobrios, sutiles y muy bien escogidos para armonizar el objeto. Su tamaño era el de un arco promedio, venia con envoltorio de tela roja llena de polvo sin algún diseño pero ajustado a la dimensiones del mismo.

Isaac nunca fue experto en el lanzamiento de flechas, todo lo contrario, se negaba a hacerlo desde que era un niño, sus habilidades eran otras, un poco mas artísticas o artesanales. Aun así decidió probar unos minutos el arco, utilizo una de las flechas que contenía envoltorio. A pesar de ser un arco que parecía funcionar bien, su gran estado de desgaste habían hecho posible que Isaac lo comprar a un precio muy bajo, tan bajo que más bien fue un regalo del vendedor.

Isaac se dirigió a una de las colinas que quedaban en la montaña que se encontraba detrás de la ciudad. En esa colina no solo tenía una excelente vista panorámica de la ciudad, sino que también disponía de suficiente espacio y soledad para hacer sus prácticas tranquilo, sin interrupción y sin el extraño sentimiento de estar siendo observado a lo lejos.

Isaac coloco la fecha en la posición indicada, procurando formar un ángulo de 45 grado para lograr el máximo alcance horizontal. Al soltar le flecha, noto que ésta nunca salió disparada, en su lugar desapareció ante los ojos de Isaac, dejando solo un pequeño destello de luz bastante intenso. En ese momento pensó que se encontraba bastante cansado y quizá su mente le estaba jugando algunas trampas de percepción de la realidad. Sin temor alguno y con bastante determinación, se propuso a realizar el segundo tiro de arco, pero observó exactamente lo mismo, el arco no disparaba la flecha como cualquier otro arco, sino que desaparecía la flecha a través de algo desconocido para él, pero que emitía luz blanca.

Isaac siempre fue una persona un tanto escéptica, así que no solo realizo estos tiros con las flechas que incluía el arco, también lo hizo con todo tipo de flechas, de diferentes longitudes y materiales. En ese proceso, se dirigió a la colina donde había practicado la primera vez, curiosamente en el piso se encontró con 8 flechas. Su lógica le indico que alguien más había estado utilizando el mismo espacio para practicar tiro de arco, pero que por lo visto, lo habían hecho con un arco común, ya que en efecto, las flechas utilizadas se encontraban tiradas en el suelo sin modificación alguna.

Al finalizar la tarde, se marcho con convicción de que no importaba el tipo de flecha que se utilizara con ese arco, todas desaparecían misteriosamente en el espacio, dejando como rastro una pequeña emisión de luz blanca. Esto era obra del ocultismo, según Isaac, no había otra explicación que las brujas locales que utilizaban sus poderes ancestrales para conseguir los mayores beneficios de las personas, por eso eran perseguidas, acorraladas y aniquiladas, para liberar este mundo de las personas del mundo mágico, de los ejecutores de las artes oscuras.

No humo manera alguna de entender el mecanismo de funcionamiento de este artefacto esotérico, por eso decidió mantenerlo en total secreto y exhibirlo solo como una reliquia vieja y desgastada, y ajo ninguna circunstancia prestarlo o venderlo, si llegase a caer en manos de algún hechicero, podría ser peligroso para la seguridad de las personas del pueblo. Esa misma noche, estando a punto de dormirse, recordó que el había utilizado en sus prácticas exactamente 8 flechas, de igual aspecto al de las flechas que encontró cuando llegó.

Gracias por leer.

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English Version:

The arrow of time

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In the early middle ages life was different enough to cause us problems in imagining what everyday life might be like in those times. The local market of that farmhouse was quite large, supplying the population with fruits and vegetables on a regular basis, and allowing some large orders to be made to other nearby towns. Many people took advantage of the day's influx to sell other types of products, some really unnecessary and others very exotic for the cost they had. The site was noisy, but at the same time orderly, each person had in mind what they needed and where to find it.

In one of those long working days, a thin young man with blond hair and brown eyes entered one of the corridors that formed between each store. He did not have much money, he was a traveler who usually did not have a stable job, and his trades were varied, so he could support himself in each town he visited through small and quick tasks that allowed him to eat daily.

One of his favorite pastimes was the collection of objects, not necessarily rare and expensive objects, but objects with their own identity, witnesses of a trip and worthy representatives of all the memories and experiences lived at that time. Among those he already had, there was a strange sea stone, quite irregularly shaped and with a certain degree of porosity, that stone by itself was nothing more than a nuisance and a useless object for any other person, but for Isaac, it was the memory of one of the most pleasant trips to the coast of his country, where he spent some months learning the art of fishing, and lived with experts in the exploration and characterization of marine fauna.

That day he ended up buying a strange artifact for him, it was a rather old and deteriorated bow, it had some arrows inside. In spite of the dirt that adhered to its surface, it was still possible to observe delicate details of decoration in colors quite sober, subtle and very well chosen to harmonize the object. Its size was that of an average arch, it came with a red cloth wrapper full of dust without any design but adjusted to the dimensions of the same.

Isaac was never an expert in shooting arrows, on the contrary, he refused to do it since he was a child, his skills were other, a little more artistic or artisan. Even so, he decided to try the bow for a few minutes, using one of the arrows that contained a wrapper. In spite of being a bow that seemed to work well, its great state of wear had made it possible for Isaac to buy it at a very low price, so low that it was rather a gift from the seller.

Isaac headed for one of the remaining hills on the mountain behind the city. On that hill he not only had an excellent panoramic view of the city, but he also had enough space and solitude to do his practices quietly, without interruption and without the strange feeling of being watched from afar.

Isaac placed the date in the indicated position, trying to form a 45 degree angle to achieve the maximum horizontal range. As he released the arrow, he noticed that it was never fired, but instead disappeared before Isaac's eyes, leaving only a small flash of quite intense light. At that moment he thought he was quite tired and perhaps his mind was playing some reality perception traps on him. Without any fear and with enough determination, he proposed to perform the second bow shot, but he observed exactly the same thing, the bow did not shoot the arrow like any other bow, but the arrow disappeared through something unknown to him, but emitted white light.

Isaac was always a bit of a skeptic person, so not only did he shoot with the arrows included in the bow, he did it with all kinds of arrows, of different lengths and materials. In that process, he went to the hill where he had practiced the first time, curiously on the floor he found 8 arrows. His logic indicated that someone else had been using the same space to practice archery, but that apparently, they had done it with a common bow, because in effect, the arrows used were lying on the ground without modification.

At the end of the afternoon, he left with the conviction that no matter what type of arrow was used with that bow, they all mysteriously disappeared into space, leaving as a trace a small emission of white light. This was the work of occultism, according to Isaac, there was no other explanation than the local witches who used their ancestral powers to obtain the greatest benefits from people, so they were persecuted, cornered and annihilated, to free this world from the people of the magical world, from the executors of the dark arts.

He did not smoke any way to understand the mechanism of operation of this esoteric artifact, so he decided to keep it in total secrecy and exhibit it only as an old and worn relic, and he did not want any circumstances to lend it or sell it, if it fell into the hands of some sorcerer, it could be dangerous for the safety of the people of the village. That same night, when he was about to fall asleep, he remembered that he had used in his practices exactly 8 arrows, of the same appearance as the arrows he found when he arrived.

Thank you for reading.

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Posted from my blog with SteemPress : http://aleestra.repollo.org/cuento-corto-la-flecha-del-tiempo-esp-eng-the-arrow-of-time/

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