Mundo Congelado

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Mundo Congelado

-Siempre pensé que no habría un sitio peor que Alberic, pero por mucho, este horrible desierto blanco le gana- dijo Salomón mientras avanzaba con dificultad sobre la superficie congelada.

-Piensa que, si encontramos un yacimiento de paladio, seremos ricos y según los sensores este sitió debe estar hasta el cuello, así que muévete y no te quejes tanto- respondió Estefanía, mientras lo empujaba, tratando de hacerlo avanzar más rápido.

-Con un demonio Estefanía, no encontraste un maldito mundo en el que al menos estuviéramos a más de 223 grados Kelvin- siguió quejándose él, mientras avanzaba guiando el emisor de ondas electromagnéticas.

-Podrían callarse ambos por un momento, no puedo concentrarme en los números de la computadora-, gritó Ronald por el comunicador, que monitoreaba las lecturas desde la nave.

La nave de exploración minera CMG-0121 del Consorcio, era una de las más viejas de toda la flota, su tecnología estaba varios cientos de años por detrás las actuales, aun cuando sus motores de impulso espaciotemporal y sistemas de cómputo habían recibido una actualización hace poco más de una década, no estaba a la altura de las otras. El objetivo de ésta, así como de las otras naves exploración del Consorcio, era la búsqueda de yacimientos minerales en mundos no habitables.

La tripulación de la CMG-0121, estaba formada por cuatro integrantes, Salomón Romney y Estefanía Salvatore, ambos ingenieros en sistemas mineros, Ronald Salvatore, hermano de Estefanía y capitán de la nave, experto en análisis de datos sísmicos e ingeniero ambiental y el ingeniero de vuelo, Isaac Ramírez, quien se había ausentado de esta misión.

Su búsqueda los había llevado a un planeta helado en órbita alrededor de una enana amarilla en una zona inexplorada del brazo del Escudo-Centauro, se trataba de un planeta rocoso con una gruesa capa de hielo de dióxido de carbono.

Hacía ya varios cientos de años que la corporación había iniciado la exploración de este parte de la galaxia, más aún después del incidente de la Nave Andrómeda, de la cual se pensaba que sus descendientes podían estar en alguna parte de este sector de la galaxia, lo que era un aliciente para la exploración del mismo y aunque la arqueología no era de interés para el Consorcio, siempre servia de excusa para la obtención de permisos para explorar mundos distantes, fuera de la vista del parlamento.

La detección de una posible veta de paladio, metal de gran valor para el desarrollo de sistemas integrados para los equipos de terraformación y la construcción de sistemas de computo en general, los llevo a la superficie de este duro y miserable mundo.

Lo curioso era que el planeta como tal no parecía tener contenido de este metal, sólo una localizada área donde se encontraba una gran cantidad, posiblemente se trataría de un meteorito caído en los últimos tres o cuatro mil años.

-¡Deténganse!- exclamó Ronald por el comunicador, - ese es el lugar-.

-Maldición, ya era hora, siento que, si golpeas mi trasero con un martillo, se romperá en pedazos- dijo Salomón, deteniéndose, -bien mapeemos esta cosa para poder sacarla-

Recorrieron la zona con el emisor, ubicando los límites de la veta para poder excavar, después de unas pocas horas ya habían ubicado el punto donde debían iniciar el deshielo para descubrir la roca, así que se dispusieron a fijar el centro del calentador. Antes de programar el aparato Ronald se percató de algo que había pasado por alto.

-Hay algo raro con esto, la veta está en medio de la corteza de hielo, esto es absurdo- dijo.

-Como que, en medio del hielo, eso es imposible- respondió Estefanía.

-Lo que digo, sea lo que sea, no está en la base de roca, está en medio del hielo, no puede ser una veta, y dudo que un meteoro de ese tamaño y masa haya caído aquí, sin crear un cráter lo suficientemente profundo como para alcanzar la roca base- explicó Ronald.

-Y entonces, ¿¡qué diablos puede ser!?-, exclamó Salomón, notablemente incómodo.

-No lo sabremos hasta que excavemos-, respondió Ronald a la vez que iniciaba la operación del calefactor – háganse a un lado no quiero que se cocinen-.

El aparto se elevó desde la bahía de carga de la nave y voló hasta ubicarse a diez metros sobre el punto señalado, e inició la emisión de una combinación de radiación infrarroja y microondas que empezó a sublimar la capa de hielo.

Al cabo de una hora, se empezó a revelar el objeto, sepultado bajo una capa de veinte metros de hielo de dióxido de carbono.

-Mierda Ronald detén el calefactor, no vas a creer lo que es esta maldita cosa- exclamó Estefanía que miraba con atención la operación.

Cuando la leve nube de vapor formada por la escasa agua, contenida en el hielo, se hubo disipado, los tres pudieron ver una nave de apariencia familiar.

-Esa cosa parece una nave humana, pero no se ve como ninguna de las que conozco- dijo Salomón. -bajemos a ver de qué se trata-

La cubierta superior de la nave se encontraba intacta, era lo único que sobresalía del hielo, al tope se encontraba lo que parecía la escotilla de eyección de la capsula del piloto, tras retirarla con una antorcha de plasma, pudieron acceder al interior de la nave, al bajar a la cabina se encontraron con el cuerpo congelado del piloto, para su asombro era un humano, vertido con un uniforme desconocido para ellos, pero lo que en realidad los impresionó fueron las dimensiones de aquel hombre, debía medir unos dos metros y medio.

 -Es grandote, como te gustan Estefanía- dijo Salomón burlonamente.

Estefanía no respondió en absoluto y se limitó a apuntar a la parte frontal de la nave -debió impactar de frente, la cabina se destruyó y murió al instante, supongo que tuvo algún desperfecto del sistema de navegación, tal vez una tormenta de hielo confundió sus sensores y termino estrellándose- inquirió Estefanía ignorando la broma de Salomón.

-Bien por lo que puedo ver atrás en el compartimento de carga, la nave transportaba varios cientos de toneladas de paladio, eso explica, porque los sensores nos guiaron hasta aquí, ¿Qué haremos ahora? - preguntó Salomón después de revisar la nave.

-Avisar al parlamento, qué otra cosa podemos hacer, ellos se harán cargo de esto, debes dirigirnos al puente para transmitir el mensaje- respondió Ronald.

-Maldición, ¿debemos regresar?, este cochino viaje va de mal en peor, primero el idiota de Isaac no viene y tengo que hacer sus tareas, luego me congelo culo en este horrendo planeta y ahora tenemos que dar vuelta atrás durante dos meses hasta el puente y todo esto sin ganar ni un centavo- espetó Salomón claramente molesto.

-Ya cállate Salomón y mueve tu congelado culo hasta la nave para regresar de una vez al puente- le respondió Ronald cerrando la comunicación.

Texto Original de @amart29 , Barcelona, Venezuela, Marzo de 2019

Gracias a todos por su atención, estoy atento a sus comentario y observaciones, hasta la próxima.

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