¿Estamos perdidos?
Tengo tiempo leyendo en la prensa ── es un decir, la fuerza de la costumbre, todo lo leo en internet, ya los periódicos impresos no existen── artículos de opinión donde se valora negativamente el comportamiento nuestro, de los venezolanos.
Una buena parte de los opinadores casi que llegan a la conclusión de que estamos perdidos. En sus análisis comentan sobre la pérdida de valores ── un lugar común desde hace tiempo──, del mal trato que nos damos, no solo en los sitios públicos sino en el espacio privado, y desde luego no puede faltar la observación referida a la falta de solidaridad, al aprovechamiento descarado que se hace de la desdicha del otro.
Todos esos escritores coinciden en señalar que nuestros males, nuestras taras para la convivencia social, se multiplicaron por los efectos de la revolución bolivariana, que un régimen tan oscuro como el que tenemos ha estimulado nuestros peores instintos. Sobre este aspecto, de estimular la maldad, no tengo dudas, es el comportamiento del régimen.
La verdad es que a veces me cuesta opinar sobre el asunto. He llegado a pensar que la vida de ermitaño que llevo me impide emitir algún juicio que esté sintonizado con lo que ocurre. Salgo poco a la calle, a lo estrictamente necesario, en realidad no me hace falta, paso mucho tiempo en internet, quizás eso me descalifique para hablar del día a día, no sé.
Estoy de acuerdo en que es frecuente ser testigo de los malos tratos, de las trácalas, del vivismo. Cada crisis abre la oportunidad para montar un negocio aprovechando la impunidad que existe ante la corrupción. En este preciso momento la restricción para la venta de gasolina ha hecho millonarios a muchos. Mi sobrino compra a 1000 BF el litro de gasolina para alimentar la planta eléctrica, eso es aquí en Maracay. Me imagino que en las localidades fronterizas se perderá de vista el precio.
Esa realidad me afecta, la sufro, la padezco, pero hay algo que no me termina de cuadrar.
Las pocas veces que salgo no me encuentro a la gente despotricando, ni echando pestes, ni cayéndose a trompadas. Por el contrario, la gran mayoría de las personas no pierden el buen humor, ponen mucho en práctica aquello de “al mal tiempo buena cara”, de alguna forma uno siente que están mal pero que no la quieren hacer pasar mal. Hay un poco la conciencia que para sobrellevar esta carga tan pesada, que nos ha impuesto el régimen, tenemos que tomarlo un poco light. Es gracioso, pero hasta los mismos vendedores del mercado hacen chanzas con lo elevado de los precios.
No sé, otra vez no sé, pero a veces pienso que en el trato personal, cotidiano, cercano, no estamos tan mal, que todavía podemos sentir calor humano cuando nos acercamos al otro. ¿Una fantasía mía, quizás?, a lo mejor la realidad que ustedes viven es distinta. Pero si la relación entre las personas es en algo semejante a lo que a mí me parece no estamos desahuciados como sociedad. No estamos perdidos. Ustedes dirán.
Gracias por su tiempo.
Fuente de la imagen y de la edición digital. I
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Coincido contigo en esa apreciación de que no todo esta perdido, tiendo a pensar que como dice el refrán: "Cuando el gato sale, los ratones hacen fiesta", acá se han dado unas condiciones que tocan la anarquía y aunque eso no justifique el derrumbe de los valores si confirma, de alguna manera, que las reglas sociales son necesarias. Saludos. Me sorprendió tu post.
Me alegra que te haya sorprendido, a veces la reflexión lo lleva a uno por otros rumbos. Estamos en un momento muy difícil, es verdad pero sí creo que tenemos con qué salir adelante. Muchas gracias por la visit y el comentario. Abrazos grandes.
Sí, es una conducta a la que aún no podemos calificar porque seguimos sufriendo la penurias de este patético gobierno. Me pregunto, si esa conducta no será una forma de bloquear esos eventos que atenta contra nuestras emociones? Ser ermitaño... también ando en eso y creo que muchos también lo están. Esto tiene también una respuesta y cada uno de nosotros de acuerdo a su necesidad sabrá argumentarla en consecuencia, todas serás válidas. Ya tendremos informaciones de los sociólogos y psicólogos amigo. Algún día afirmaremos o desaprobaremos las nuevas teorías sobre la conducta humana en tiempo de crisis. Espero estén bien. Saludos.
Querida amiga, después de esta experiencia tan terrible que hemos vivido tendrán que rehacerse muchas teorías sobre el comportamiento humano, quedará bastante trabajo para los investigadores. Muchas gracias por la visita y por el comentario. Abrazos grandes.