El Amor en Tiempos de la Diáspora: Crónica de un Desamor
“Encontrarse, de pronto, con las manos vacías, con el corazón vacío. Sombra perdida entre las sombras, ¿cómo recuperarte, rehacerte, vida?”
Jaime Sabines
El Amor en Tiempos de la Diáspora: Crónica de un Desamor
En una publicación que realizara pocos meses atrás, y que titulara Sueños rotos: una reflexión personal procuraba describir en algún grado, el drama que vivimos a diario los venezolanos, en un país que hasta hace dos décadas, era la envidia de sus vecinos, no solo por su creciente proceso de industrialización, que permitiría un acelerado e ininterrumpido crecimiento económico durante décadas, lo cual traería como consecuencia, que a lo largo y ancho de su territorio, se estableciesen institutos educativos de todos los niveles, de los cuales se beneficiarían grandes cantidades de hombres y mujeres que lograrían ascender en la escala social, algo impensable en aquel entonces en muchas otras naciones de la región; sino también por su férrea defensa de la democracia, conquistada con la sangre derramada por muchos, y que sirviese para ayudar a nuestros hermanos centroamericanos en los procesos de pacificación y restitución del hilo constitucional en sus respectivos países. Incluso, el Reino de España se beneficiaría de la experiencia venezolana a finales de la década de los 70 y principios de los años 80, cuando, tras la muerte del caudillo Francisco Franco, sus connacionales buscarían sentar las bases que regirían los destinos de su nación.
Lamentablemente, una camarilla de delincuentes que buscan perpetuarse en el poder, a cualquier costo, ha traído como consecuencia que una de las naciones mas prósperas del continente, se convirtiese en una triste y desdibujada caricatura de sí misma. Recientemente, dantescas imágenes han recorrido el mundo entero, mostrando personas de todas las edades, comiendo de la basura ante las dificultades para satisfacer sus necesidades por el alto costo de los alimentos, además, quedaría evidenciada la brutal crisis de los servicios públicos, donde acceder a energía eléctrica o agua potable, se han convertido en hazañas dignas de ser reseñadas por la prensa o por las redes sociales; o de las frías cifras de emigrantes, quienes ante la imposibilidad de encontrar en la tierra que les vio nacer, las condiciones idóneas para desarrollarse como ciudadanos que viven del sudor de sus frentes, se aventuran fuera de nuestras fronteras en una suerte de lotería humana, donde el azar y no la razón, determinarán sus vidas.
A este trágico balance de infortunios que sufrimos en carne propia los venezolanos, se une otra víctima del que pocas veces se habla:
el amor
Sí, el amor, ese noble sentimiento que une dos personas con la promesa incierta de permanecer juntos una vida entera, de compartir un proyecto común, un mismo hogar mientras se envejece uno al lado del otro; también ha sido víctima de lo que algunos han dado por llamar "Socialismo del Siglo XXI". Son innumerables los casos de rupturas sentimentales y matrimonios destruidos entre los miembros de la diáspora venezolana, muchos de ellos con largos años de convivencia mutua, con relaciones estables e incluso con hijos en común.
No se sabe a ciencia cierta que ocasiona este fenómeno, no creo que existan estudios al respecto, lo cierto es que con mayor frecuencia se esta presentando, principalmente entre parejas que emigran por separado, es decir, uno de los miembros lo hace con anticipación con la finalidad de conseguir trabajo y lograr establecerse en el país de acogida, para luego viajar el miembro restante, pero también se conocen casos donde la pareja emigra junta, y al cabo de un tiempo, se separan para cada uno tomar un camino diferente al inicialmente planeado.
Es probable que la soledad, la lejanía, las largas y agotadoras jornadas laborales a la que están sometidos la mayoría de los extranjeros en situación irregular, y la incertidumbre sobre el anhelado reencuentro con el ser amado, contribuyen a debilitar los lazos que una vez unió a la pareja. En otros casos, la posibilidad de agilizar los documentos necesarios para insertarse en el mercado laboral u obtener la residencia del país de adopción, lleva a muchas personas a abandonar sus parejas para unirse a otras personas que gozan del discutible "privilegio" de poseer la nacionalidad deseada, con lo cual se evidencia la triste realidad que representa en estos días, el poseer un devaluado pasaporte venezolano.
Fuente
A principio del mes de febrero de este año, la mujer que fuese mi pareja durante los últimos tres años, emigra a la paradisíaca ciudad de Palma de Mallorca en el mediterráneo español, donde su hermana mayor, quien había viajado unos años atrás, la esperaba. Su decisión obedecía fundamentalmente a razones de salud, por cuanto en los meses finales del pasado año y principios de este, había presentado un decaimiento en su estado anímico, aunado a un cuadro anémico producto de un mioma uterino que le causaba un gran sangrado durante sus períodos menstruales, además de impedirle quedar embarazada de su primer hijo, como era nuestro mayor deseo, aún cuando yo tengo dos hijos de un primer matrimonio fallido.
Ante el mosaico del recientemente fallecido artista plástico venezolano, Carlos Cruz Diez, que adorna los pisos y paredes del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, y que ha sido mudo testigo de amargas y tristes despedidas, nos abrazamos y nos despedimos, siendo mi cara, el último rostro familiar que ella vería a su salida de Venezuela.
Durante los siguientes meses mientras yo gestionaba la documentación necesaria para emigrar con alguna posibilidad de éxito, le explicaba a mis hijos mi decisión de iniciar una nueva vida en un nuevo destino, y además procurar los recursos necesarios para costear, no solo los pasajes aéreos, sino también los gastos de arrendamiento de una habitación, alimentación, transporte y servicios de los dos, mientras conseguía empleo a mi llegada a España. Durante todo este tiempo, que a mí se me antojaba infinito, nos mantuvimos permanentemente en contacto a través de las redes sociales, donde ella compartía conmigo grandes cantidades de fotos y videos de la ciudad y sus alrededores, una ciudad que sin haber tenido la bendición de conocer, la aprendí a amar como si fuese mía, hasta el punto que la llegué a considerar "mi hogar". Me imaginaba recorriendo sus estrechas callejuelas mientras la brisa golpeaba mi rostro, fotografiando su hermosísima catedral, bañándome en sus playas, todo ello al lado de la mujer amada. De alguna manera, mis sentidos del gusto y del olfato se habían desarrollado de tal manera, que era capaz de percibir en mi imaginación los sabores y olores propios del lugar, al que llegaría en los primeros días de agosto.
"Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad."
Gottfried Leibniz
A finales de abril, mi pareja logra conseguir un trabajo de mesera en una localidad que dista unos 20 minutos de Palma de Mallorca. Sus jornadas de trabajo se extenderían hasta altas horas de la noche, por lo llegaba a la habitación que compartía con la hermana en horas de la madrugada, donde a través de las redes sociales, me hacía partícipe de su vida cotidiana, compartiendo sus experiencias, buenas o malas, del día a día, a través de mensajes de texto o de voz. A principios de junio, las dos hermanas deciden arrendar cada una por su cuenta, habitaciones individuales por separado, mas cercanas a sus lugares de trabajo respectivos, residenciándose ella en una habitación de una casa perteneciente a una señora venezolana que vivía con sus dos hijas y unas sobrinas, con las que tendría algunos inconvenientes en su corta estadía.
A mediados de aquel fatídico mes de junio, me mandaría un mensaje de texto por Whatsapp informándome que empezaría a salir con otra persona que recién había conocido en las cercanías de su nuevo lugar de habitación. Unos días después, luego de inútiles intentos de mi parte para que reconsiderara su decisión, en mi opinión apresurada y sin sentido, me escribe que ya era tarde para mí, que mi oportunidad había pasado y que ella quería darse una "nueva oportunidad" para sí misma con esta persona, un ciudadano italiano con el que pronto se mudaría. Demás está decir que los audios o notas de voz que fueron tan comunes los meses anteriores, en esta ocasión brillaron por su ausencia.
Sin entrar en conjeturas acerca de lo acertada o no de su decisión, y sin saber a ciencia cierta, si en algún momento en el futuro, se arrepentirá de la misma, trayéndole en consecuencia una nueva frustración sentimental, o por el contrario, se trata de un plan concebido por Dios, quien le puso en su camino a la persona indicada para hacerla feliz por el resto de su vida, lo cierto es que esta ruptura que no había previsto, me trajo un profundo y desgarrador dolor: de cierta manera, mis planes de iniciar un nuevo capítulo en mi vida, quedaron hecho pedazos, sin embargo, aún así, en medio del insomnio y ante lo inevitable, considerando que nos separan mas de 7000 kilómetros del Oceáno Atlántico, le escribí la siguiente carta que le enviaría por correo electrónico, donde lejos de expresarle mi rabia o decepción, propios de una persona que ha sido abandonada por el ser amado, quise expresarle mi agradecimiento, y a la vez despedirme de ella.
La carta, la cual dista mucho de ser una joya literaria, la transcribo textualmente a continuación, reservándome algunos nombres para preservar sus identidades:
Hola mi Amada y Estimada Fabiola:
Nunca me imaginé, aún en mis peores momentos, escribir esta carta para agradecerte por el amor que me distes, y a la vez, despedirme de ti.
Muchos años atrás, cuando recién egresaba de la universidad, mis aspiraciones eran, entre otras, conseguir un buen empleo con la profesión que había escogido, casarme con la mujer que amaba en aquel entonces y envejecer a su lado. Lamentablemente por razones que una vez te expliqué, y que ahora no vienen al caso repetir, no fue posible.
Pocas horas atrás, el destino me vuelve a arrebatar, por segunda ocasión, la posibilidad de ver cumplido mi sueño, envejecer felizmente al lado de la mujer que amo.
La vida me ha tratado como a una piñata, a palo limpio, por razones que desconozco. Sin embargo, aprendí que es liberador y ayuda en el proceso de sanación, que recién inicio, el agradecimiento. Agradecer por las cosas que una vez tuve, y que por diversas razones perdí en el transcurso de mi vida; y agradecer por lo poco que aún poseo, con la esperanza de que El Creador me recompensará en un día no muy lejano por mi recto proceder.
- En primer lugar deseo agradecer a Dios, por haberte puesto en mi camino, por haber tenido la fortuna y la dicha de haberte conocido.
- En segundo lugar, te agradezco a ti, Fabiola, por haberme dado tu amor, por entregarte a mi, en cuerpo y alma, por permitirme ser parte de tu vida y de tus proyectos personales.
- En tercer lugar. deseo agradecer a tu abuelita, a tu mami y a tu hermano, por recibirme como un miembro mas de la familia.
Otro proceso que libera al alma y también rinde beneficios para la salud física, mental y espiritual, es el pedir perdón a las personas que alguna vez, por nuestras acciones u omisiones, hicimos daño. Hoy me toca pedir perdón por mis errores y faltas que pudieron haberte causado algún daño, bien sea de forma voluntaria o involuntaria, consciente o inconscientemente. Tu me conocistes muy bien, pasamos juntos casi 3 años de nuestras vidas, y sabes que nunca existió en mi, el deseo de agredirte, irrespetarte, insultarte o descalificarte de alguna manera. Eso no está en mi ADN, además, porque habría querido lastimar sin ningún propósito a la mujer que amaba, que aún hoy amo y que amaré por el resto de mi vida, aunque nuestros caminos, por diversas circunstancias, se hayan separados.
Desearía poder viajar atrás en el tiempo, para tenerte nuevamente a mi lado, y corregir aquellos errores que hoy nos separan, lamentablemente, no poseo ese poder.
Quiero reiterarte una vez mas, que te ofrezco mi sincera, honesta e incondicional amistad por el resto de mis días. Quiero que te veas reflejada en tu hermana, que a pesar de haberse separado muchos años atrás de tu ex-cuñado Steve, aún conservan su amistad y es tratado por todos como un miembro mas de tu familia.
También puedes contar conmigo para lo que tu quieras, si necesitas algún favor en
BarquisimetooCabudare, redactar algún informe, o cualquier otra cosa, siempre y cuando esté a mi alcance y dentro de mis posibilidades, estaría profundamente encantado de poder ayudarte con el mayor y mas profundo cariño.Cuando vengas a
Barquisimetoa visitar a tu madre y a tu hermano, o si el destino por alguna razón me llevara algún día a Mallorca, me gustaría verte, recordar buenos momentos mientras tomamos un café, preparamos un pan de jamón, y conocer a la afortunada persona que se adueñó de tu corazón.No está demás decirte que las puertas de mi apartamento, el que alguna vez fue nuestro hogar, y que decorastes a tu gusto, siempre estarán abiertas para ti, al igual que mi corazón.
Finalmente, te ruego que no me olvides y que recuerdes con profundo afecto y cariño, los buenos momentos que juntos vivimos. Yo por mi parte, no podré nunca olvidarte, porque no hay forma de arrancar de mis recuerdos a todas aquellas personas que alguna vez en la vida me ofrecieron, bien sea, su amistad o su amor.
Hasta Siempre Fabiola!
“El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio”
Stendhal
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Gracias @helengutier2 por visitar mi blog y compartir tu experiencia. Luego de toda ruptura sentimental, y sobre todo cuando no existen razones para que sucediese, viene un período de luto o duelo que es donde me encuentro en este momento, doloroso pero necesario para sanar y crecer como persona. Creo que Dios tenía un plan preconcebido con la persona que fuese mi pareja, del cual yo ya no era parte, y estoy seguro que El Señor se encuentra juntando las piezas para armar el rompecabezas del plan que tiene previsto para mí.
Saludos y recibe un abrazo!