¡Hola mi queridos lectores! Hoy quiero contarles algo que me ha venido sucediendo desde hace aproximadamente un mes, y es por esto que inicié con esta adivinanza para niños.

     Parece sencilla, pero en mi caso creo que solo un médico podría contestarla. Últimamente he tenido una sensación de ardor en la garganta, algo como una quemazón bastante desagradable que sube por mi cuello. No es la primera vez que he tenido esta afección, cuando estaba embaraza me sucedía mucho.

     Solía darme un hambre incontrolable que incluso podía hacerme vomitar además de sufrir acidez- Luego de la cesárea, la acidez y el malestar físico que lo acompañaban se detuvo, y regresó en una ocasión en la que debía trabajar de 2pm a 7pm, tiempo durante el cual no consumía ningún tipo de alimento y al darme hambre, nuevamente aparecía la acidez con otro tipo de síntoma que me es difícil de describir, digamos que es una especie de malestar parecido al mareo. El problema fue resuelto comiendo una pequeña merienda en el trabajo y procurando tener algo de comer rápido apenas llegara a mi casa. Realmente no estoy segura si la merienda fue lo que eliminó el malestar solo sé que después de esto cesó la acidez. Todo marchaba bien hasta que hace un mes aproximadamente reapareció la acidez y esta vez acompañada de reflujo seguido de una tos seca insoportable.

     Lo curioso es que cada vez que escucho hablar de acidez, las personas me dicen que les da después de comer y la información que leo en Internet también me arroja el mismo dato, pero en mi caso es al contrario. Todo comienza con el hambre: me da mucha hambre, me siento débil y mareada y con muchas ganas de comer cosas que incluso jamás me han gustado (dulces). Esta sensación de hambre es dolorosa y viene acompañada de ardor en el estomago. Al comer vuelvo a estar bien, aunque algunas veces no es el caso, y tengo reflujo.

     He descubierto que si no permito que me de hambre, comiendo pequeñas cantidades de alimento durante el día, no me da acidez, ni experimento ningún otro síntoma anteriormente descrito. Lamentablemente cuando me siento mejor, me olvido completamente de esta situación y los días que tengo que trabajar muy temprano, me salto el desayuno, o tomo el almuerzo muy tarde y regresa el síntoma. La sensación constante de tener la garganta raspada, me ha servido de recordatorio: No debo saltarme las comidas.

     Consideré que para comprender que ocurre con mi cuerpo era mejor comenzar por entender como es la digestión en el ser humano, y al investigar me topé con un proceso complejo y asombroso que requiere de la coordinación exacta de varios órganos y la actuación de diferentes enzimas y hormonas. Son tantos sub-procesos involucrados que espero mencionar al menos los más importantes. Sin más preámbulos, les quiero compartir el resultado de mi investigación, espero les sea útil.

     La digestión consiste en la transformar los alimentos consumidos en elementos más pequeños de forma que puedan ser absorbidos por los diferentes tejidos y órganos del cuerpo. Este proceso se puede dividir en dos procesos (mecánico y químico) que a su vez están divididos en diferentes subprocesos.

      Todos ya sabemos que el proceso digestivo se inicia con la ingestión del alimento, aunque se podría decir que inicia con el pensamiento y los sentidos; cuando pensamos en la comida que vamos a ingerir o percibimos con la vista o el olfato el alimento, se estimula la corteza cerebral, los estímulos son transmitidos al hipotálamo y la médula espinal y posteriormente a través del nervio vago. Los nervios facial y glosofaríngeo comienza la estimulación de la secreción de saliva mientras que el nervio vago se encarga de estimular a las glándulas gástricas para producir el jugo gástrico, esta etapa llamada fase cefálica la cual consiste en disponer a la boca y el estómago para que estén listos para recibir los alimentos.

      Cuando la comida ya está en la boca se comienza la formación del bolo alimenticio, se usan los dientes para machacar la comida y la lengua para mover y mezclar los alimentos.

      Mientras el alimento se encuentra en la boca también se activan receptores de gusto que sumados a la masticación envían señales al sistema nervioso, de forma que el estomago comienza a responder (liberando algunos químicos digestivos) incluso antes de que bolo alimenticio llegue al estómago.

      La saliva contiene enzimas como la amilasa salival, la cual es secretada por las glándulas salivales. El almidón y los disacáridos ingeridos deben degradarse a monosacáridos (Glúcidos simples que no se descomponen en otros compuestos más sencillos) La amilasa se encarga de comenzar este proceso, ocasiona una disminución de la viscosidad de las soluciones de almidón. Actúa en la boca y pierde su efecto en el estomago debido al pH acido.

      Otra enzima salival es la lipasa lingual, que actúa después que los alimentos se degluten, en el paso del bolo alimentico al estómago, y al contrario de la amilasa salival, no es inactivada por la actividad proteolítica de la pepsina gástrica, por lo tanto sigue operando en la cavidad gástrica. La lipasa lingual se secreta de modo continuo en una cantidad reducida. Sin embargo su producción es estimulada ante la aparición del alimento en la boca.

     En cuanto a la deglución, se puede hablar de dos fases: la etapa faríngea y la etapa esofágica. Como expuse anteriormente, el proceso inicia cuando se ingiere el alimento, se mastica y la lengua termina por empujar el resultado a la parte a la parte inferior de la garganta: la faringe. Esta fase oral o bucal es la parte voluntaria de la deglución.

     La fase faríngea se da con la estimulación de receptores táctiles en la orofaringe con el paso del bolo alimenticio. Allí comienza el reflejo de la deglución bajo control neuromuscular involuntario. La deglución requiere de una coordinación perfecta; la lengua bloquea la cavidad oral para evitar que la comida se devuelva a la boca y la entrada a la cavidad nasal es bloqueada por el paladar blando. Las cuerdas vocales se cierran para proteger la vía aérea a los pulmones. La laringe es jalada hacia arriba y epiglotis se rebate hacia atrás y la entrada la tráquea queda cubierta. El esfínter esofágico superior se abre para dar paso hacia el esófago.

     En la fase esofágica el bolo alimenticio es impulsado por la peristalsis, una serie de contracciones musculares que empuja el bolo alimenticio. La laringe se mueve hacia abajo, a su posición inicial.

     El proceso de deglución implica más de 20 músculos de la boca, garganta y esófago, los cuales son dirigidos por distintas áreas corticales del cerebro y por los centros de la deglución que se encuentran ubicados en el tallo cerebral. El encéfalo se comunica con los músculos a través de varios nervios craneales: trigémino, facial, glosofaríngeo, vago, espinal e hipogloso. Los nervios sensoriales transportan el estímulo al cerebro y los músculos reciben los impulsos enviados por la corteza cerebral.

     Cuando el alimento entra en el estómago comienza la fase gástrica, el estómago continua pero en una cantidad mayor la liberación de los químicos digestivos que fueron estimulados en la fase cefálica.

     Las glándulas gástricas de las paredes internas del estómago secretan el jugo gástrico, el cual está compuesto por enzimas gástricas y ácido clorhídrico: sustancia que provee el medio ácido que mata a la mayoría de las bacterias ingeridas con la comida y contribuye con la degradación de la misma.

     La proenzima pepsinógeno es la precursora de la pepsina, al entrar en contacto con el ácido clorhídrico del estómago se convierte en pepsina. La pepsina es una proteasa, es decir rompe las proteínas en cadenas de aminoácidos más cortas llamadas péptidos. Mientras que la lipasa gástrica es la enzima encargada de reducir los triglicéridos. El resultado de la mezcla del bolo alimenticio con el jugo gástrico es una masa pastosa llamada quimo.

     Luego de que el bolo alimenticio haya sido procesado en el estómago, el quimo resultante pasa al intestino delgado a través del esfínter pilórico. Aquí es mezclado con un jugo digestivo secretado por el hígado, llamado bilis que contiene elementos que le permiten emulsionar las grasas.

     El intestino también tiene funciones secretoras: secreta jugo intestinal el cual está compuesto por agua y electrolitos pero no contiene enzimas. Las enzimas intestinales se encuentran en la membrana apical de los enterocitos. Estas enzimas peptidasas y disacaridasas van a romper hidratos de carbonos y péptidos. También hay lipasas intestinales. Sin embargo la lipasa más importante es secretada por el páncreas.

     El páncreas secreta jugo pancreático, que contiene enzimas y bicarbonato. Los lípidos se descomponen en ácidos grasos y glicerol gracias a la lipasa pancreática. En cuanto a los péptidos que fueron pre-cortados por la pepsina en el estómago se encontrara con peptidasas como la tripsina, la cual es precedida por tripsinógeno enzima secretada por el páncreas; el tripsinógeno se convierte en tripsina (gracias a la enzima enteropeptidasa) y la tripsina a su vez activa el resto de las peptidasas del jugo pancreático.

      La tripsina al hidrolizar los péptidos, obtiene como resultado aminoácidos libres y oligopéptidos. Los oligopéptidos son degradados por las enzimas presentes en el borde en cepillo del intestino delgado a aminoácidos libres, y tripéptidos. En el yeyuno se absorben la mayoría de los nutrientes, estos son llevados por medio de transportadores proteicos a través de las paredes celulares del yeyuno, luego se incorporan a la vena porta para finalmente ser transportados al hígado. La absorción de la grasa ocurre en el duodeno y yeyuno igual que la mayor parte de los carbohidratos.

     Los restos que no se han podido digerir pasan al ciego (la primera parte del intestino grueso), donde el agua y el sodio son absorbidos; el intestino grueso compacta y almacena las heces que luego serán expulsada.