¿Qué tienen en común las velas de windsurf, fuselajes de aviones, guantes neumáticos, chalecos antibalas, tijeras para cortar fibra óptica, cascos, cordones de zapatos, cuerdas de escalada?.

Todos tienen un compuesto llamado poliparafenileno tereftalamida, conocido como Kevlar. Este material ha salvado miles de vidas en el planeta. Su inventora fue una químico polaca-estadounidense llamada STEPHANE KWOLWK.

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¿Qué datos biográficos tenemos de Stephane Kwolek?

Nació el 31 de julio de 1923 en New Kensington, Pennsilvania. Sus padres eran inmigrantes polacos. Su padre le inculcó el amor por la ciencia. La madre de Stephane era ama de casa y tenía pasión hacia la moda y la fibra. Esto fue clave para el futuro de su hija.

Ser médico para salvar vidas era el sueño de Stephane. Tuvo que trabajar para costearse su carrera en Química en la Margaret Morrison Carnegie College, donde obtuvo su título como tal en el año 1946. Inmediatamente fue contratada por la Industria Du Pont en Nueva York. Cuatro años después fue transferida al laboratorio de fibras textiles de la misma empresa. Poco a poco se enamoró de su carrera a tal punto que dejó de pensar en la medicina y se centró por completo a la química.

En 1965, a la edad de 42 años realiza su gran descubrimiento. En ese tiempo su objetivo era encontrar fibras sintéticas y nuevos procesos de policondensación a bajas temperaturas para conseguir materiales que pudieran resistir condiciones extremas. Estas fibras deberían ser más fuertes que el nylon. Sin embargo, siempre obtenía soluciones opacas y fluidas cuando experimentaba con estos polímeros. Ella no descartaba las muestras. En una oportunidad se las llevó al técnico para que la hilara. Este no estaba muy de acuerdo, pero en vista de la insistencia de la químico, él accedió. El resultado fue que se obtuvo una fibra más resistente que el nylo, incluso era más resistente que el acero y más sorprendente aún era muy ligero. Esto era el nacimiento del Kevlar, el hecho que fuera opaco demostraba que era un polímero cristal líquido. Además, era más resistente cuando se calentaba.

Es en este momento cuando dice una de sus frases célebres:

“Si los resultados que consigo no son del todo buenos no suelo tirar lo que sale, sigo haciendo pruebas, sigo luchando para ver si consigo sacar algo”

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En el año 1971, la DuPont patentó el Kevla y en 1972 empezó a comercializarla llegando hacer su producto estrella.

Por medio de este descubrimiento le dieron varios reconocimientos en el ámbito científico. Por ejemplo:

• 1994 ingresó en el National Inventors Hall of Fama.

• 1995 recibió el premio Lavoisier Medal por parte de su propia empresa.

• 1996 National Medal of Technology.

• 1997 Perkin Medal de la American Chemical Society.

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Por cuarenta años Stephane Kwolek trabajó en DuPont. Se jubiló en el año 1986.

Algo que también le preocupaba a ella era que los jóvenes tuvieran interés en la ciencia. Por eso se dedicó a enseñar y escribir experimentos educativos. Se centró en la niñas y fue tutora de muchas estudiantes e investigadoras. Esto lo demostró al decir:

“Creo que hay que inspirar a la gente joven que crean en ellos mismos y no tengan miedo a pensar de forma diferente”

Después de su retiro también se dedicó a la costura y la jardinería, los cuales eran sus pasatiempos favoritos.

Stephane Kwolek murió el 18 de junio de 2014 a los 90 años de edad.

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Disfruté leyendo y escribiendo la biografía de ésta gran químico porque fue una mujer luchadora que no se dejó intimidar en una profesión donde prevalecen los hombres.

Además, me enseñó que de los intentos fallidos al buscar o hacer algo no debo tirar las muestras, sino que por el contrario las debo tomar, darle la vuelta y ver como las puedo usar en otro aspecto de la vida.

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