Cuando tía Agripina era joven, tuvo muchos pretendientes y viajó por todo el mundo. Me lo dijo mamá una vez que vi en un álbum de fotos muchas fotografías de la tía en yates, trenes, aviones. Que si la tía en Paris, en Alemania o Suecia. A mí particularmente me parecía tan extraño y casi no pude reconocerla, porque la tía Agripina siempre había sido tan ama de casa, sin arreglarse mucho o eso era lo que yo siempre había visto en ella.

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Tía Agripina se casó con Tío Alberto e inmediatamente tuvo a Isabella y luego a Arturo, después vinieron Mariana, Alfonso y Albertina, que fue la última. Al parecer ella trabajaba de modelo, pero tío Alberto le prohibió que lo siguiera haciendo. Ella aceptó porque estaba enamorada y porque tío Alberto le prometió que le daría todo lo que ella quisiera.

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Y así fue como tía Agripina se convirtió en aquella mujer que yo conocía: gris, ausente y callada. Se dedicó a çriar a sus hijos, estar en casa y aunque tío Alberto le había prometido darle todo lo que ella quisiera, tal vez no le dio todo lo que ella se imaginaba. Luego los hijos se fueron y tía no supo qué más hacer, tambien tío Alberto la dejó por una secretaria.

_Y qué hizo después tía Agripina, madre.

_Nada, luego no hizo más nada. -me dijo mamá mirando la fotografía y yo mirando a tía Agripina mirar por la ventana.

HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS