Trocitos de historia

Hay mucho más en el anfiteatro Flavio de lo que puedas ver a simple vista, muchos restos de historia, restos que dejan pasar el tiempo en determinadas esquinas del anfiteatro, restos que conocen todo lo que realmente pasó durante los siglos en los que este edificio se mantuvo en activo, restos que conocen a quienes expoliaron sus materiales preciosos y a donde se lo llevaron, restos que saben cómo la iglesia cambió sus muros por ladrillos y cómo su mármol acabó en la Basílica de San Pedro, restos que vivieron terremotos y reformas, restos que aguantan a turistas cada día y que no pueden hablar de las barbaridades que han sentido en sus muros, columnas, frisos e incluso simples asientos o trozos de suelo.

Sobre estas palabras la imagen de unos asientos de mármol original que era la base de esas gradas de los nobles o incluso nos contaban que en esas gradas cercanas eran invitadas las vírgenes vestales que dedicaban su vida a mantener vivo el Fuego de Roma en una creencia ancestral de esa sociedad en la que si se apagaba dicho fuego grandes males y tragedias caerían sobre su civilización, de ahí que tuvieran ciertos privilegios como lugares privilegiados en los juegos, recalco lo importante de acudir al anfiteatro en compañía de un guía donde conocerás estas y otros muchos detalles de la civilización romana. Recalcaban las guías que sólo las tres primeras gradas contaban con asientos de mármol, las gradas superiores del pueblo más humilde eran de madera.

Bajo estas líneas un pequeño fragmento del suelo original del anfiteatro Flavio que aún permanece intacto, he de añadir que apenas hay unas pocas piezas de este a lo largo de la propia edificación, expoliado en su práctica totalidad, a decir verdad no se hizo nada distinto a lo que los propios romanos hicieron a lo largo de sus siglos de historia expoliando el mármol de cementerios cristianos, hebreos o del alto y bajo Egipto.

Columnas estriadas junto a la basa de una columna lisa y capiteles de diferentes formas y estilos pueden ser vistos en cada esquina del edificio unos a modo de exposición, otros parecen simplemente tirados sobre el suelo tal como quedaron un día, muchos vestigios de la historia a los que ciudadanos romanos se agarraron alguna vez para soportar lo que los juegos les deparaban o para no verlo y esconderse tras ellas. Los estilos de las distintas columnas que encontramos nos contaban que eran corintios, jónicos o toscanos.

Pero el Coliseo se ha convertido en un elemento importante para la cristiandad por motivos obvios e incluso fue un lugar declarado como Casa de todos los Santos por uno de los papas de la historia, lugar donde se han producido viacrucis, lugar impregnado de cruces que nada tienen que ver con la creencia romana de la época pero sí mucho con el recorrido del cristianismo en Roma a lo largo de la historia, las victimas de los juegos, del miedo a perder la fe romana por la fe cristiana hizo que perecieran miles de creyentes a manos de fieras, de gladiadores o simplemente ejecuciones sin otro motivo que la religión.