La mente sana

¿Cuántas veces hemos visto en la televisión, en las revistas y hasta en Internet sistemas de nutrición que nos asegure una mejor calidad de vida o productos milagrosos para hacer crecer los músculos y vernos fuertes, sanos y más atractivos o la insistente mercadotecnia de cremas, tónicos y soluciones para rejuvenecer con la garantía de lucir mejor en tres semanas?

Podría ser que un gran sector del mercado no consuma éstos productos y otro sector se desviva por adquirir lo más nuevo y con mayores ofrecimientos para verse bien, pero a pesar de ello, sin importar que haya o no consumidores, la información quedará en nuestros subconscientes con la idea falsa de que la salud es sinónimo de estética.
Hoy en día y gracias a los medios de comunicación, el concepto de la salud está más dirigida a la banalidad con promesas algo sospechosas sugiriendo casi de forma obligada a pensar que los cuerpos tonificados y la juventud es la base principal del bienestar; creando en la sociedad un pensamiento equívoco y confuso sin derecho a diferenciar entre ambos contextos.

Para hablar de salud, se tendría que tocar varios temas ya que ésta abarca un gran número de variables, pero considerando que dicha información debe de ser obligatoriamente clara y concisa, se podría resumir en tres conceptos básicos y conocidos como lo son:

El ejercicio, la alimentación y sobre todo una mente sana.

Ahondando en éste último tema y siendo el más subestimado por todos, la importancia de una mente sana tiene que ver con casi toda nuestra salud; ¿de que sirve tener un cuerpo atlético bien alimentado y bronceado si la mente es un desastre? Lo curioso es que no exista un producto para rejuvenecer el cerebro o al menos mantenerlo estable…
En los tiempos modernos, el ajetreo está presente en el diario despertar, acompañado de las preocupaciones que muy difícilmente se separan de los pensamientos; afectando el estado anímico de cualquiera y que, por lo general, son de diferentes índoles tales como:

Los familiares, económicos, laborales y hasta sociales; siendo el motor que impulsa el mecanismo monótono de las acciones al abrir los ojos cada mañana.
Muchas veces las enfermedades se representan de forma psicosomática y se detonan por el gran cúmulo de pensamientos convirtiéndose en una gran carga que se lleva en la espalda.

A pesar de los avances y la tecnología; los tiempos modernos ya no aseguran una estabilidad racional. La sociedad actual en su gran mayoría poblacional, ha cambiado su forma de ser y de ver la vida, transformándose en robots con pensamientos fijos y tonalidades agresivas ante otros; además de comportamientos egoístas e indiferentes ante el infortunio ajeno. Todo gracias a un sistema impositivo que nos ha separado poco a poco de nuestra naturaleza.

Ciertamente el vivir, no solo es un gran viaje, sino que conlleva un sinfín de experiencias muchas veces agradables y otras impactantes que marcan los comportamientos, dejando cicatrices en nuestro aprendizaje. Pero es responsabilidad de cada uno de tener los pies bien puestos sobre la tierra, sin escusas ni justificaciones, con la conciencia firme de que cualquier cambio positivo comienza primero por uno mismo.

Una mente indisciplinada, puede crear laberintos de pensamientos que terminan en juegos sucios que traicionan a la realidad. Existe un proverbio oriental muy viejo, que demuestra con sabiduría lo anteriormente dicho y que dice así:

Hace ya muchos años, en un pequeño pueblo vivía un panadero; todos los días a muy temprana hora, horneaba el pan muy apurado como siempre para entregarlo a sus fieles clientes, con gran seguridad y experiencia empaca su producto y lo coloca en una canasta firme y bien afianzada a su bicicleta para dirigirse a sus varios destinos. En el camino y pedaleando con gran entusiasmo no se percató que adelante había un hoyo en la tierra, con gran susto el panadero cae al suelo junto con su artesanía sobre el falso terreno de lodo, desorientado, se levanta, y lo primero que observa es su humilde transporte en muy mal estado; con su mano derecha temblorosa toma la desfigurada llanta producto de su accidente e instintivamente voltea levemente y mira con sus ojos llenos de lágrimas su producto sucio y echado a perder. De forma espontánea expulsa su gran ira, exclamando… ¿Y ahora qué voy hacer? No tengo dinero para arreglar mi bicicleta… y para peores perdí el capital del pan que con sacrificio horneé… además nadie me prestará el dinero que necesito para recuperar la inversión… no tengo familia ni nadie que me apoye… estoy enfermo y viejo y no me darán trabajo en ningún lugar… ¿por qué todo lo malo me pasa a mí?

Como en todo, tanto en la vida real como en los sabios proverbios existen las moralejas, pero solo una mente sana, analizará de forma objetiva la resolución a cualquier situación de forma rápida y asertiva.

Nuestro actor, pensaba con ira y tristeza, por lo que su análisis no era racional ni correcto, él sólo veía su desgracia acompañada por su ego, cayendo en un pozo sin fin de su propia ficción alejándolo de la realidad.

De todos los problemas que éste personaje exclamó, la única situación era su falta de voluntad, las demás penalidades son un juego que su propia mente creó. El análisis contundente sería que, sin un transporte, el pan no llegaría a tiempo por la distancia y se entregaría frio y duro por lo que nadie compraría de nuevo la mercadería, los amigos y la familia no están obligados a prestar dinero, no por eso son malas personas, ellos también tienen sus contrariedades, la vejez no se relaciona con la enfermedad por lo que el panadero no podría pedalear y lo peor nunca le pasó a nuestro protagonista, porque no quedó lesionado o en el peor de los casos, inválido.

El ego juega un papel muy relevante en nuestra inestabilidad mental, y hasta se podría asegurar que es el peor de los males, por ser el constructor e inventor de molestias adicionales e inexistentes que por lo general causan una depresión y hasta la acción de casos extremos en muchos individuos.

Siendo objetivos, es muy difícil de creer, que un emprendedor no posea una caja de herramientas sin importar si la empresa es pequeña; en caso de tener que reparar su horno y su mesa donde confecciona su producto, por lo que, con su humilde equipo podría reparar la llanta y solucionar el primer problema.

En resumen, los seres humanos estamos condicionados no sólo a vivir una vida complicada sino también a nublar por nuestra propia cuenta la dirección de un buen camino, olvidando diariamente que nuestro existir es pasajero, perdiendo el tiempo en sufrimientos y quejas que no llevan a ningún lugar.

Alcanzar una mente sana, no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. No se trata de fórmulas mágicas ni de pastillas milagrosas, es simplemente de tomar la decisión de quien quieres ser o cómo vivir, sin caer en la auto compasión. Es entender que cada quien es constructor de su propio destino; y probablemente sea necesario detenerse de vez en cuando para organizar las ideas y no caer en el error del panadero.

Para pensar de forma positiva, es necesario cambiar los hábitos y para ello es preciso comenzar por lo básico, sin embargo, parecerá algo tonto decir que el limpiar el cuarto o la casa al menos dos veces a la semana, no se relacionará en nada con obtener una mente sana, pero si comprendemos la profundidad del mensaje la conclusión sería que, hacer todo aquello que no es de nuestro agrado hará crecer la voluntad y por ende se afianzará cada día en la práctica y poco a poco disminuirán las justificaciones para no hacerlo, lo cual es una regla lógica para subsistir en un sistema tan duro como en el que actualmente se vive.

De la misma forma que la sociedad enseña a implantar pensamientos negativos y hasta en muchos casos exagerados gracias a la repetición de oraciones nocivas que se impregnan en el subconsciente, se debe de buscar la forma de empapar con reflexiones y análisis mayormente coherentes que den el giro tan buscado para mantener una mente sana.

El aventurero, no piensa en llevar dinero o mucha ropa a su deseado viaje, sólo se deja transbordar por su motivación para conocer nuevos lugares y obtener nuevos conocimientos a pesar de sus miedos y el qué dirán de una sociedad que tacha de incorrecto todo aquello que no se atreven hacer.

Tener miedo es parte de todos y lógicamente existen dudas en muchas situaciones y más cuando se asume una gran responsabilidad, pero, si se escuchara por un momento; tal vez el mismo miedo diría que es un gran amigo e intenta aconsejar para disipar las nubecillas de confusión. Por más extraño que parezca, es importante que habite en una mente sana para calibrar las ideas tal como si fuese la antena receptora que indica hacia dónde tomar una mejor dirección; previniendo escenarios que desmoronen nuestras metas o acciones deseadas.

Es muy común que el miedo sea confundido con el temor. A pesar que exista una diferencia abismal entre ambas y es que, la primera es una alerta que mantiene los pies sobre la tierra y la otra paraliza todas las acciones y voluntades, derribando con pesimismo cualquier logro u oportunidad que regale la vida misma, deteniendo toda actividad para alimentar el confort de no querer hacer nada, afirmando una y otra vez la auto lamentación.

Si se pensara con una mente sana, las acciones serían mayormente cautelosas, astutas e inteligentes a la hora de encaminar los proyectos deseados tanto personales como profesionales, pero también se aceptaría de forma científica las derrotas, reorganizando un nuevo plan de ejecución para retomar los planes, hasta acercarse a los logros.

Tal vez para muchos, esto sea nada más una simple idea bonita y filosófica muy alejada de la oscura realidad política, económica y contradictoria a la humanidad, por ser una época conflictiva y desordenada con tanta violencia, guerras y de tendencia esclavista oculta. Y es verdad… no es tarea sencilla mantener una mente sana, pero también debería de ser una obligación de todos o al menos intentar educar los pensamientos no solo en beneficio propio sino también para con los demás y no ser del montón con brazos cruzados en busca de salidas absurdas como el consumir drogas, enfermando cada vez más las ciudades y hasta el planeta entero, o riñendo con el conductor que está adelante porque no puede doblar a la derecha con su vehículo por el simple hecho de ceder el paso a una anciana o tal vez de espiar al vecino que compró el último modelo de televisión para odiarlo y envidiar su nueva adquisición…

Si fuera cierto que, tratar de mantener una mente sana es difícil por todas las circunstancias que se viven y se escuchan a diario, entonces la teoría de la vida sería que todo ser humano que habita en el globo terráqueo prefiere vivir lamentándose y compadeciéndose sólo porque es más fácil y no se necesita de mucho esfuerzo, lo cual, el sufrir y ser visceral es la moda, y todos debemos seguir la tendencia.

Lo normal es aceptar el criterio del necio conformista que dice, no se puede… y lo anormal es hacer caso al exitoso que da la oportunidad de probar las habilidades.

Pareciera ser un juego de palabras y a la vez contradictorias, que se representaría en obviar a una gran mayoría que no está conforme con su estilo de vida actual y a la vez pasar por alto los ejemplos de unos pocos que sí lograron cambiar su rumbo gracias a sus sueños y que hasta al día de hoy realizan con entusiasmo sus actividades.

Un error garrafal, es dejar que otros opinen acerca de la dirección de nuestras vidas, la única decisión válida es la propia, sin importar si se cometerán o no equivocaciones, porque es ahí donde nace el secreto de estar vivos, y es el de aprender y a pesar de que no será una labor sencilla, sólo los que cambian los pensamientos podrán llegar al lugar que visualizaron a pesar de los muchos obstáculos que se toparon de frente.

Batallas hay muchas, y poco a poco se deben de ir ganando algunas y aceptar las derrotas de otras, pero con la idea firme de que la cosecha que se recogerá por los esfuerzos y sacrificios que se ofrendaron será gracias a la voluntad de seguir siempre adelante manteniendo una mente sana.

Pero, si existe en tus pensamientos una pequeña duda en éstas humildes palabras y prefieres no hacer nada y dedicarte a la vida fácil, entonces una mente sana no es para ti, aunque ésa sea tu decisión se te respetará, sólo trata también de respetar el camino de quien sí quiere hacer la diferencia porque conformistas ya hay muchos, pero valientes son pocos y es lo que necesita éste mundo.

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