El Guerrero Jaguar - La prueba de la montaña, parte 5

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or poco Rony no rueda por la ladera del asombro.

-No estaba seguro que eras del tipo héroe, pero aquí estas- manifestó el británico satisfecho, pero aún Rony no lo distinguía entre los árboles. -¡Aquí muchacho!- indicó. Los visualizó en el mirador.

Ellos estaban allí inmóviles, miraban a Rony. Un poco apartado de estos se hallaba Elena, inconsciente, casi parecía muerta. Apenas observó a las tres figuras uno era el británico, la otra la pelirroja y el último sujeto no alcanzaba a verlo bien.

-¿Hablas niño?- dijo con desprecio la mujer.

-Sus nombres… ¿Cuáles son sus nombres?- tartamudeó Rony, se dio cuenta que temblaba y no era por el frío de la noche. Por dentro se maldijo aquella muestra de miedo.

El británico y la pelirroja se miraron, sopesaban de seguro si decirle sus nombres.

-La pregunta más usual es: Suelten a la niñita- dijo con altivez la mujer. -No es lo que usualmente preguntan- y propinó una patada al cuerpo de Elena. –¡Ayúdame, ayúdame Jaguarcito!- expuso con una voz aguda y burlona.

-Maverick y Anack- respondió el británico, no mostraba emociones. Sin embargo, sus acciones parecían discordantes a las respuestas de su compañera.

Rony intentaba controlar la ira, las palabras de Anack se lo hacía imposible contenerse. Los músculos se le tensaron y la transformación se fue realizando. Pudo evitar las ganas de arrojarse contras los tres.

-¿Y él?- preguntó Rony con una nueva voz profunda y llena de rabia. Se fijó en el extraño.

-Un regalo- respondió Maverick. Hizo un gesto con la cabeza.

El extraño dio un paso hacia adelante.

-Se llama Ah Puch- agregó Maverick.

“¡Huye!” oyó que le gritaba el dios.

Unos tentáculos sobresalieron de Ah Puch, Rony no pudo ni contestar a Tepeyollotl, sus reflejos le permitieron esquivar los embates. Fue una sorpresa para sus adversarios, así siguió eludiendo por poco cada ataque. Aspiró polvo causados por el revuelo de las extensiones de su oponente. Lo fue detallando mejor, era una sombra completamente. No emitía ningún calor de su cuerpo, ni una fragancia, solamente una leve emanación de calor se notaba en su pecho; como si fuera el corazón. Sin embargo, el sexto sentido de Rony le decía que aquello no era humano.

“¡No lo es!” le contestó Tepeyollotl.

Uno de los tentáculos casi golpeó a Rony, por poco no rodaba por la tierra.

“Ves esa luz, es otro collar” puntualizó el dios.

-¿Entonces que es?- formuló sin aliento.

La sombra, que así lo parecía, fue mutando. Su cuerpo se convirtió en algo colosal, ademas un olor pestilente se fue propagando. El rostro de la sombra se volvió un cráneo de un jaguar, que a la vez alternaba con el cráneo de un búho cada segundo; al parecer estaba superpuestos. Varias pústulas emergieron de la piel oscura de aquel ente; y explotaban liberando pequeños lamentos, acompañados del horrendo perfume a muerte.

“Esa cosa es parte del alma de un dios, no tiene pensamiento alguno. Alguien lo dirige, lo sorpréndete es que pueda usar un collar de un dios a la vez” aclaró Tepeyollotl, “Algún dios que no fue atrapado es el causante”

La criatura arrancaba los árboles causando un tremendo alboroto. Levantando las hojas y el polvo asentado. Rony seguía rehuyendo a las ofensivas de su enemigo con destreza, muchas veces estuvo a punto de ser aplastado por uno de los troncos.

-Si le quito el collar gano, ¿no?- afirmó Rony tomándose un momento.

“Exacto, ¿Qué harás con los otros dos, chico listo?” Objetó el dios, su tono sugería desdén y orgullo a la vez.

Es verdad, podía aspirar a derrotar al ente, pero los otros dos era harina de otro costal.

-Ellos están estudiando mis movimientos- indicó Rony.

“Así es, ¡brillante!” dijo Tepeyollotl con orgullo. “utiliza ese impulso que sientes, después de todo estamos en nuestro medio” propuso.

Rony sintió un efecto vigorizante al escuchar la palabra “Nuestro”; eso quería decir que el dios lo tomaba en consideración. Fue un impulso que lo ayudó a moverse con gran presteza entre los árboles.

-¡Tengo dos ventajas!- chilló Rony, -¡una es la montaña, segundo formó parte de la oscuridad!

Corrió por el sendero. Guiaba al monstruo a un terreno que fuera conveniente para él. Trepó un enorme árbol con facilidad, cuando la criatura estuvo a su alcance salto y le propinó una fuerte patada, tan poderosa que hizo temblar el suelo, dejando medio enterrado a su enemigo.

“¡Bien!” gritaron los dos, pero no celebraron mucho. La bestia también les tendió una trampa.
Uno de los tentáculos sujetó la pierna izquierda de Rony, con mucha fuerza lo estrelló contra el piso.

Otra vez Rony percibía lo que era el dolor.

…

Los demás habían vuelto al campamento. Lo hicieron lentamente, examinando los lindes del bosque, buscando cualquier indicio de un animal. Encontraron fue a Boris aun dentro de la carpa. Aunque lo vieron en un estado deplorable, no hicieron gran cosa por ayudarlo. Todos pasaba por el mismo shock, unos pocos recreadores hacían el intento de restaurar el orden. Ni siquiera Carlitos tuvo el coraje de burlarse de Boris, estaba en ese momento oyendo los planes de los pocos coordinadores que mantenían la compostura.

-¡Ya Imparques nos asistirá!- decía uno seguro de sí mismo.

-¡Aja!, pero es un monstruo. Lo peor es que seguimos en su territorio-chilló una chica que parecía a punto de quitarse los cabellos.

-¡Tranquilízate!- pidió otro que parecía aguantar el colapso. -Lo mejor que podemos hacer es esperar que amanezca, estamos solos- expresó sin esperanzas.

-¡Demonios!- bramó Carlitos, -podrían ponerle un poco más de optimismo, era solo una sombra.

Todos los presentes optaron para verlo con asombro.

-¡Sabes que se llevó a la chica!, capaz los demás desaparecidos también están implicados- respondió un joven cruzando los brazos molesto. -¡No hay que tomarse las cosas a ligera!

-Nadie lo hace- replicó Carlitos.

Mientras Boris dejó de llorar al fin, decidió salir de la carpa y dirigirse a la suya. Nadie se lo impidió, ni le pregunto como estaba. En torno al campamento reinaba el caos.

-¡Bajemos a los Venados, que todos traigan sus cosas!- dijo uno. -Estaremos más seguros allí que aquí- argumentó.

Por fin llegaron a un acuerdo. En menos de dos minutos gritaban varios para desalojar la zona y bajar a los Venados. Mucha gente se tardaba en acatar la orden, debido a que deseaban llevarse sus pertenencias. Hubo peleas entre lo que anhelaban bajar sin nada y los que se rehusaban abandonar sus cosas.

Boris como un zombi fue acomodando sus objetos para partir. Sentía en el interior de su mente una fuerte culpabilidad, como si dos cosas lo jalaran una le decía que debía irse lo más pronto posible, la otra gritaba -buscar a Rony-.

-¡Somos amigos!- masculló, mientras metía sus pertenencias en el bolso. -Pero eso no quiere decir que tenga que ayudarlo, a menos que les día a los recreadores- concluyó.

Desechó esa idea, si en esos momentos se peleaban con imponerse un líder, no creía que organizaran un grupo de rescate. ¿Pero cómo rescatarlos de aquella cosa? Detuvo lo que estaba haciendo, se miró las manos, la carpa, el bolso, todo de encima ¿No podría estar soñando?, se pellizcó la piel incluso.

-No, no lo estoy- dijo suspirando, se sobo la zona afectada.

Del bolso cayó un objeto que había olvidado, el collar con el dije en forma de lobo. Rememoró las palabras del anciano “Úsalo cuando te necesite”, no estaba seguro si fueron las palabras correctas, como en ese momento estaba muy asustado. Lo tomó entre sus dedos, pronto se hizo escuchar el goteo incesante de la lluvia, el golpeteo fue aumentando cada segundo. Afuera estalló un chaparrón de agua. Sin embargo, seguía sopesando el collar, de alguna forma lo tranquilizó.

-¡Deberíamos irnos muchacho!, mueve el trasero que esperamos por ti- vociferó alguien afuera de la carpa.

La humedad se adentró en el recinto. Boris apreció el impacto de una gota contra su frente. Reaccionó y se puso el collar.

-¡Ya!- clamó indicando al de afuera que dejara de gritar.

Recogió sus últimas propiedades, cuando escuchó una voz siniestra.

“¡Quiero venganza!”, sonó como si dos cuchillos oxidados se rasparan entre sí

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El siguiente capítulo será publicado el sábado que viene

 

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1.Prefacio	2. La primera transformación parte 1	3. La primera transformación parte 2	4. La primera transformación parte 3
5. La primera transformación parte 4	6. La primera transformación parte 5	7. La primera transformación parte 6	8. ¡Ser o no ser héroe!, parte 1
9. ¡Ser o no ser héroe!, parte 2	10. ¡Ser o no ser héroe!, parte 3	11. ¡Ser o no ser héroe!, parte 4	12. ¡Ser o no ser héroe!, parte 5
13. El lobo, la sombra y el halcón, parte 1.	14. El Guerrero Jaguar - El lobo, la sombra y el halcón, parte 2.	15. El lobo, la sombra y el halcón, parte3.	16. La prueba de la montaña, parte 1.
17. La prueba de la montaña, parte 2.	18. La prueba de la montaña, parte 3.

FuenteImágenes editadas con Canvas y Picsart. Todas las demás con sus respectivas fuentes y el separador hecho en Illustrator y Photoshop 

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