Amarnos en Tres Tiempos | Relato Erótico

Me gustas antes, durante y después

Antes de amarnos, cuando escucho tu voz que me inerva, al igual como las burbujas se desparpajan de la botella de vino espumoso. Oigo de fondo un saxofón tenue en una balada que nos da la promesa de deleitarnos con un sonido romántico, con el desfile de botones cediendo de estar amarrados, de los besos que nacen y mueren, de latidos sobornados con adrenalina y de los dedos adentrándose, palpando, haciéndose dueños de nuestros cuerpos.

En cambio, durante, ooohhhh durante el amor, tu voz se agita en suspiros y se llena de cacofonías, mientras las pelvis aplauden por el gran acto que protagonizamos con talento. Apenas se oye como se abniegan las entrañas y rechina el piso. Atento estoy a la lujuria con la que nos cocemos entre pieles, deseo y hambre del otro. Sonamos desgarrados de placer, fecundos entre los abanicos que forman las pestañas cuando tú cierras los ojos y yo los abro. Melodías hay en como gimes, gritas y exclamas palabras raras en un acorde en re sostenido agitado y distorsionado.

Y, después, ooohhhh después de amarnos, el sonido desesperante muere y nace el del alivio. Luego, resta oír un abrazo tierno feliz complacido, con una arritmia ya curada en decibeles. Escucho que los dedos ya no profanan con holgura y en cambio sanan con caricias. Oigo a nuestras almas a gusto, tomadas de mano y ansiosas por otro respiro. Vuelven las disidentes exhalaciones en calmados suspiros. Regresan las palabras dulces, las copas brindando y el aire llenándose con la realidad y sus alaridos.

Me gustas antes, durante y después

Antes de amarnos, cuando me sorprendo por cómo luces en tu visita, con esas telas que llevas encima que se ajustan, igual de divino, que las de las sábanas. Me derrito recorriéndote con mis pupilas de abajo hasta arriba. Disfruto la forma como arreglaste tu cabello para este encuentro, me dilato en ojos frente a una candela que quema el oxígeno derritiendo la cera. Qué genial nos vemos juntos, saludándonos y abrazándonos por primera vez hoy.

En cambio, durante, ooohhhh durante el amor, me hipnotizo por tu desnudez, por tu piel erizada bendita exquisita, por tus ojos concentrados, tu cabello perdiendo estilo, el recorrido que hace el sudor con las endorfinas, tu boca clamando besos, aire y por aquellas velas que al contrario que nosotros, bajan su intensidad y bailan con la brisa. Durante el amor, te ves espectacular.

Y, después de amarnos, ooohhh después de amarnos, te admiro con vehemencia, con quietud, aún disfruto tu desnudez, tu afonía, la ropa posando sin nosotros, tus ojos cerrados, nuestros cuerpos que parecen detenidos en el tiempo, tan enredados, como nuestros cabellos. Forman un rompecabezas nuestras piernas y las ganas que se avecinan... Así te veo.

Así te amé antes, te amo durante y te amaré después. Me encantas en el preludio de nuestro folclore de cuerpos, te disfruto en esos minutos cuando la mente se rinde ansiosa por lo que va a ocurrirnos. También me atraes cuando nos volvemos mitad animales y con otra porción humana. Igualmente, después, cuando nos transformamos en ángeles inmortales dejando atrás a sus demonios.

Me gustas en aquel pensamiento malévolo que planea comunes orgasmos y también después, cuando sucumbimos, nos abrazamos y recuperamos alientos de nuestros bálsamos y brota la fragancia que solo formamos tú y yo.

Así se activan nuestros sexos en tantos sentidos, desde lo visual hasta lo auditivo. Así somos antes, durante y después de amarnos.

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