Los círculos viciosos y las pistas perdidas de los diccionarios

in #castellano5 years ago (edited)


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Un principio general que debe estar presente en los diccionarios es el de la autosuficiencia, el cual determina que las palabras con que se definen los vocablos en la microestructura, deben a su vez estar definidos en el diccionario. Es decir que todos los elementos presentes en el corpus deben estar interconectados entre sí. Dicho así, habría que aceptar que el diccionario monolingüe sería esencialmente circular

En realidad, los círculos viciosos se convierten en problema a partir de la condición finita del léxico contenido en el corpus del diccionario, cuando algunos de los elementos tendrían que estar definidos circularmente y, en el otro extremo, que queden sin definición, produciéndose, en este caso, una pista perdida.


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Los círculos viciosos

La circularidad se presenta fundamentalmente en las definiciones sinonímicas y tautológicas, tales como:

Bello. Bonito.
Bonito. Bello.

O también:

Alabar. Elogiar.
Elogiar. Ensalzar.
Ensalzar. Alabar, elogiar
.

O esta otra de definiciones tautológicas:

Amabilidad. Cualidad de amable.
Amable. Que tiene amabilidad
.

(Porto, 2002:331).

Estas definiciones en realidad no definen nada, sino que se trata de una cadena cerrada de definiciones sinonímicas. Las circularidades son especialmente problemáticas cuando una cadena de definiciones sinonímicas incluye el lexema o núcleo de significación.

Si bien estos círculos viciosos quedan en parte resueltos por medio de la competencia lingüística del usuario del diccionario, queda de parte del lexicógrafo definir este último verbo de modo que no entre de nuevo el lexema aludido en la definición, tal como esclarecedoramente afirma María Moliner en el prólogo del Diccionario de uso del español (DUE):

Era necesario en primer lugar eliminar el procedimiento cómodo de explicar una palabra por otra a la que se supone equivalente a ella y más conocida del lector, o por una suma de palabras a las que se supone del mismo significado y que se ayudan unas a otras a aclarar el de la palabra que se quiere definir […]. Estos procedimientos, de uso en los diccionarios de todas las lenguas, conducen necesariamente a la presencia de círculos viciosos, ya que el diccionarista no puede tener presente si las palabras que emplea como equivalentes de la que se quiere aclarar están, a su vez, definidas satisfactoriamente en el diccionario.

(En Porto, ibid. p. 330).


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Las pistas perdidas

Los problemas de las definiciones lexicográficas no se circunscriben solamente a la presencia de los círculos viciosos o circularidades, sino que hacen presencia también en las llamadas “pistas perdidas”.

Una de estas pistas, detectada en el DRAE, es:

Quibdoano. Natural de Quibdó.

Pero cuando vamos a consultar la voz Quibdó, esta no aparece en el diccionario por ser un nombre propio. Sin embargo, hay que hacer notar que el DRAE no es perfectamente respetuoso del principio de no registrar nombres propios como entradas del diccionario, como es el caso de nombres de constelaciones y astros o que forman parte de expresiones fijas como Villadiego (tomar las de Villadiego) o Adán para nuez de Adán)

Sucede lo mismo en algunos casos de pistas perdidas, donde en la definición aparece un nombre propio como en los adjetivos relacionales: quevedesco, felipista, madridista, chomskiano y así por el estilo. Esto podría solucionarse aceptablemente añadiendo a la definición donde aparece el nombre propio, algunas explicaciones acerca del mismo, corriendo el riesgo de caer en la definición enciclopédica, que no debería estar presente en un verdadero diccionario de lengua. Tal es el caso de las definiciones:

Leninismo. Doctrina de Lenin, quien, basándose en el marxismo, promovió y condujo la revolución soviética.

Kantiano. Perteneciente o relativo al filósofo alemán Kant o al kantismo.

(Porto, ibid. p. 336).

En fin, siendo un poco laxos en el tratamiento de las pistas perdidas, estas no deberían verse como defectos, errores o aun contradicciones del principio de autosuficiencia del diccionario monolingüe, sino por el hecho de que los nombres propios y ciertos elementos caen fuera del sistema léxico de la lengua (como es el caso de los nombres de las letras, los números o los signos de puntuación, que perteneciendo a las grafías son solamente signos gráficos). En todo caso, una pista perdida se hace presente, en rigor, cuando el elemento definicional omitido sea un verdadero vocablo o unidad léxica de la lengua.

Referencias

Porto D. José Álvaro (2002) Manual de técnica lexicográfica. Madrid: ARCO/LIBROS S.A.

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