¿La Mona Lisa? ¿La Creación de Adán? ¿Puede que la novena sinfonía Beethoven o los Nocturnos de Chopin? ¿O tal vez El Pensador o Cristo Redentor? ¿No? ¿Qué tal una docena de peces dorados en licuadoras esperando a que cualquiera presione el botón?

Era el año 2000, y el artista Marco Evaristti inauguró una muestra de "arte" que incluía peces dorados nadando en recipientes llenos de agua. ¿El problema? Los recipientes eran licuadoras. Esta obra de "arte" fue llamada Helena, e invitó a los patrocinadores del museo a encender las licuadoras si así lo deseaban. Finalmente, al menos una persona así lo quiso, y los peces pasaron a ser smoothies.

Ahora, según Evaristti, él tenía un objetivo en mente, separar a las personas en tres categorías. Sadistas, moralistas y voyeuristas, pero muchas personas no se tragaron ese cuento y argumentaron que esto no era arte, ni se acercaba a ello. Probablemente tengas tus propias opiniones al respecto, yo seguramente las tengo. Pero sin importar lo que pienses, trabajos como los de Evaristti generan muchas preguntas, acerca de arte y moralidad, la relación entre ambas, y que estándares debemos usar para evaluar el arte. Y de eso, siguen más preguntas como: ¿Qué nos hace el arte? ¿Qué propósito tiene? y ¿Qué propósitos nos da en nuestras vidas?

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Los filósofos que reflexionan cómo y por qué los objetos estéticos tienen tal poder sobre nosotros y cuál es el valor que tienen en nuestras vidas, son conocidos como Esteticistas. Y una pregunta importante con la que los esteticistas tratan es: ¿qué es realmente arte?

Empecemos por lo más sencillo, hablemos de las cosas que admiramos estéticamente. Un objeto de la apreciación estética se define como algo que estimula emociones estéticas en nosotros, emociones valiosas. Como seres humanos, somos atraídos por estos objetos. Elegimos ropa, computadoras, muebles, comida y hasta parejas no solo por su función o valor (y a veces nunca por ello), sino también por su belleza. Lo esteticistas suelen clasificar a los objetos de apreciación estética en dos categorías, objetos de arte, que son de origen humano, y objetos de belleza natural. Pero como toda rama de la filosofía, esta también tiene sus complicaciones y nada es tan simple como decir, "esto es blanco y aquello es negro"

Para empezar, ¿en donde se encuentra el valor en una obra de arte? ¿Acaso es el trabajo en sí, creado por el artista? ¿O la definición de arte depende de las emociones que despierta en el publico?

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Supongamos que proviene del artista, esto parece una buena suposición, ya que un artista crea arte para comunicar sentimientos a otras personas. Pero en algunos casos, la creación de arte podría no tratar de comunicar algo, podría ser sólo una manera de expresar esas emociones que abruman a su creador. Algunos sostienen que la intención del artista es realmente importante, ya que [el artista] debe querer que su trabajo evoque alguna emoción valiosa en el público para ser considerado arte.

Pero esto implica que el arte no puede ser creado por accidente, y mucho menos por animales. Y esto puede contradecir las creencias de algunas personas, ¿puede un hermoso paisaje ser considerado arte? ¿o un animal puede crear arte?

Y esto ha ocurrido más de una vez, en especial el famoso caso de la selfie de Naruto, un mono de Indonesia. En 2011, el fotógrafo de vida salvaje, David Slater estaba en una sesión de fotos, cuando un mono agarró su cámara. No es muy claro como ocurrió eso exactamente, pero las fotos demuestran que indudablemente, Naruto es bastante fotogénico.

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Desafortunadamente para el fotógrafo, se le fue negado su petición a los derechos de autor por las imágenes. Él no tomó las fotos, fue el mono. Por un lado, PETA, intento presentar una demanda en favor de Naruto, ya que, ellos argumentan, él fue el responsable. Y por el otro, Slater dice que él debería tener los derechos porque fue él últimamente el responsable de que Naruto obtuviera la cámara y se tomara fotos con ella. Siguiendo esa lógica, Slater asegura que él fue el artista, y Naruto fue parte del medio usado para crear arte. No más y no menos.

El argumento de Slater coincide con el razonamiento de muchos esteticistas, que el arte solo es arte si el artista tenía la intención al momento de crearla. Desde ese punto de vista, Naruto no puede reclamar las fotografías porque probablemente él no se vea a sí mismo subiendo selfies a Instagram. Pero discutiblemente, las intenciones de Slater tampoco dieron forma a la fotografía. Él no decidió la posición de la cámara o cuando presionar el obturador.

¿Hay algún artista detrás de esa fotografía? Y si lo hay, ¿Quién es?

Pero ahora veamos la cosa desde el otro punto de vista, algunos argumentan que lo que hace que algo sea arte es la emoción estética que provoca en la audiencia. Así, en lugar del momento de creación, el momento clave es cuando la audiencia encuentra y es afectada por la obra de arte...

Pero esto es más ambiguo aún. ¿Cuantas personas deben sentir esa emoción estética para que se vuelva una legitima obra de arte? ¿Qué ocurre si a nadie le gusta la obra? ¿Qué hubiera pasado si a nadie le hubiera gustado La Ultima Cena? O en otras palabras...

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Esto parece contraintuitivo. Desde cierto punto de vista, nos es difícil imaginar que una persona no pueda apreciar la belleza en una gran pintura, pero cuando ves la diferencia en visitas entre Imagine y ESSKEETIT, te hace entender que hay más de lo que está a simple vista.

Imagina que hay una fila de pinturas visualmente idénticas que cuelgan en una pared. Todos son lienzos pintados exactamente de exactamente el mismo color. Y cada uno tiene una historia distinta.

El primero representa el crepúsculo, unas horas antes de que amanezca, el segundo es una propaganda soviética, el tercero representaba el color de la sangre derramada en una protesta, y el ultimo ni siquiera fue creado con arte como su fin, simplemente era un canvas previamente pintado de rojo que fue colocado con los otros simplemente porque se parecían.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre estas pinturas? ¿Podemos decir que alguno de ellos es una mejor obra que otro? ¿Y si podemos, en qué nos basamos?

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El esteticista Arthur Danto, presentó este ejercicio mental que nos llevan a pensar qué en verdad es arte. Cuando consideras obras que se ven idénticas pero todavía puedes reconocer diferencias entre ellos, estamos obligados a concluir que hay algún elemento no físico que hace a algo digno de ser llamado "arte". Pero, ¿qué es esa cosa? ¿Es algo que existe en la mente del artista, o del público, o en el contexto en el que fue concebido?

Muchas personas piensan que la belleza simplemente se encuentra en el ojo del espectador. En otras palabras, la apreciación estética no es el tipo de cosa en la que puedas estar equivocado, es sólo una cuestión de gusto... Y esto podría ser cómo te sientes sobre el arte. Pero si realmente crees es así, entonces nadie puede estar equivocado acerca de sus creencias estéticas. Y si ese es el caso, entonces realmente no podemos criticar a alguien por preferir Lil Pump sobre John Lennon. Lo cual te deja cuestionando que tan verídico será este argumento.

Ahora, puede que seas de esas personas que realmente no se preocupan por el arte. Si te sientes identificado, quiero argumentar tu concepto de arte es bastante estrecho. Piensa en tu día. Si eres como la mayoría de la gente, si eres como yo, dedicas mucho de tu tiempo juzgando la estética de todo lo que te rodea.

Desde la música que escuchas, hasta disfrutar la compañía de alguien atractivo. ¿Te cuesta elegir un buen fondo de pantalla? ¿Eliminas las fotos donde saliste como un ogro? ¿Aborreces la comida que se ve en mal estado? ¿Juzgas, aunque no te guste admitirlo, un libro por su portada? ¿Prefieres ver tu cuarto ordenado y tu casa en buen estado? Todas estas experiencias son ejemplos de apreciación estética.

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Por un lado, todo parece subjetivo, pero, por otro lado, tiene que haber algún tipo de criterio objetivo. Y aquí entra el filósofo escocés del siglo XVIII, David Hume. Él dijo que cuando pensamos en el arte, debemos tener cuidado de no confundir la pregunta "¿Me gusta?" con la pregunta, "¿Es bueno?"

Hume argumenta que es imposible que te puedas equivocar con tus gustos, ya que es algo totalmente subjetivo. Claro, si estás siendo honesto contigo mismo. Pero la pregunta, "¿Es bueno?" es muy distinta. Él pensaba que el valor estético era objetivo, y que todos somos propensos a encontrar estéticamente agradables ciertos objetos y patrones. Por ejemplo, dijo que los seres humanos se sienten naturalmente atraídos a imágenes de salud y somos repelidos por representaciones de muerte.

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Nos tiende a gustar la simetría mientras que el desequilibrio nos desagrada. También argumentó que, así como tenemos un sentido del olfato y de la vista, también tenemos un sentido del gusto estético: esa capacidad para evaluar y encontrar propiedades estéticas en cualquier cosa de nuestro día a día. Sin embargo, es normal que cada quien utilice sus gustos estéticos de maneras distintas, y saber apreciar cierto tipo de cosas de manera más eficiente que otras.

Por ejemplo, todos conocemos a esa persona que sabe absolutamente todo sobre un deporte en especifico. Y pareciera que esa persona ve cosas y detalles que la mayoría pasan por alto a la hora de consumir contenido relacionado a esa disciplina. Se dan cuenta de todo tipo de matices que otras personas no ven. Hume dijo que algunas personas tienen de manera natural un refinado sentido del gusto estético, por lo que podrían ver más cosas al ver a Cristiano anotar un gol, ver a Magnus Carlsen jugar ajedrez, o a Faker jugar League.

Sin embargo, señaló que si no tienes ese "buen gusto" natural, puedes aprenderlo con el tiempo. Puedes estudiar y descubrir lo que otros aprecian de un objeto estético que tú no logras comprender. Y con el tiempo, lo reconocerás también.

Del mismo creador del problema de las pinturas identicas, Arthur Danto nos trae el siguiente: Imagina la estatua dorada de un gato. Ahora imagina que la estatua se encuentra en la parte superior de las escaleras en alguna universidad. Dado que a los estudiantes se les puede ocurrir todo tipo de locuras, las autoridades escolares han colocado una cadena alrededor del cuello de la estatua, fijándolo, para evitar que desaparezca en un ataque de insensatez un viernes por la noche.

El artista creó la estatua sin cadena. Pero la cadena ha estado en su cuello por tanto tiempo, que generaciones de estudiantes han llegado a conocer la estatua como el "gato encadenado". Ahora, aquí está la pregunta: ¿es la cadena parte de la obra? ¿Es la estatua encadenada de un gato? ¿O se ha convertido en una estatua de un gato encadenado?