Capitulo VII

-No sabíamos que todo el Imperio Azul caería en una especie de catástrofe cósmica, expresa la Reina Anabel. Durante muchos siglos, como atestigua los libros secretos de los reyes, en todo el continente habíamos vivido en una primavera astral.

Ni mi esposo, El Rey Joaquín, antes de fallecer, con su don de visión habría divisado el apocalipsis que se acercaba. Todo el Reino se sumergió en un devastador otoño de oscuridad luego de su muerte.
Sí, todo el consejo de ancianos druidas y yo, leímos las advertencias en las estrellas acerca de que el Trono no podía estar vacío por más de un año pero, nuestro hijo, el Príncipe Andrés, no estaba preparado. Su corazón no era lo suficientemente valiente y fuerte como para asumir tal responsabilidad. Nadie más podía ocupar su lugar, ni yo que era La Reina de ese entonces. Nuestras hermosas lunas se tiñeron de rojo y muchas especies místicas empezaron a desaparecer.
Desde el abismo del mundo surgieron seres catastróficos que a su paso llevaban desdicha y destrucción.
Siete meses le tomo a Andrés encontrar su coraje con la ayuda de su amada Rainha.
Una vez que se apodero de su lugar como Gobernante, mi hijo, el nuevo Rey, emprendió una lucha para traer de vuelta la paz y tranquilidad a nuestras tierras.
Y así sucedió. Por más de 17 años hemos vivido en armonía pero, mi hijo el Rey Andrés está muy enfermo. Aunque él lo disfraza con su sonrisa cálida se lo noto en la mirada, se lo leo en el alma. Ruego a Dios que sea benevolente con nosotros porque de ser cierta mis premoniciones la época de terror volverá a caer sobre nosotros ya que mi nieto, el actual Príncipe, Caleb, no puede ocupar su lugar como Rey. Es un triste reflejo de lo que solía ser.

Capitulo VIII

El día del nacimiento del hijo de los Reyes apareció el Alquimista en el Palacio para empezar a cobrar su trato, tal y como lo había dicho la noche de luna azul en su cabaña.

Sus ojos se iluminaron al ver al niño que acababa de nacer. ¿Qué nombre le pondrán? Pregunto a la madre, solo por cortesía ya que él sabía la respuesta a esa interrogante y de todo lo demás, incluso lo que nunca se ha comentado.
Caleb, como mi padre, respondió ella mientras sostenía y miraba a su bebe.
Luego, sin vacilaciones, el anciano dejo su posición de viejo débil y se paró recto, más alto e imponente. Sostenido por su bastón de madera empezó a caminar por la habitación con un paso lento pero continuo. Con su particular tono de voz infantil, hizo su petición a los Reyes diciendo: como acordamos, altezas, quisiera que me concedieran un pequeño favor, insignificante viniendo de tan venerables seres, hizo pausa para poder respirar, y si ustedes se niegan, continuo, sería lamentable que tenga que deshacer el deseo concedido, dejo de sonreír mientras pronunciaba las palabras aunque su tono no sonaba a amenaza. El mundo está plagado de maldad y yo quiero que eso vaya cambiando y en eso me ayudarán.
A partir de ahora, la próxima persona que cometa delito, de cualquier tipo, sus manos le será amputada a la vista de todos. Esta acción hará que jamás haya otro crimen en nuestro preciado y amado Reino, de eso me aseguraré yo.
Yo vendré cuando el condenado aparezca, y sin decir más desapareció envuelto en un humo verde. Los Reyes estaban helados por tal petición ya que ellos pensaron que los favores a conceder al anciano eran en oro.
Al momento, se llenaron de calma porque la época de prosperidad en que vivían todos, había hecho que no hubiese más maldades en la zona.
Los meses pasaron y el anciano apareció ante Andrés y Rainha con una nota donde estaba escrita una dirección, con el nombre de una persona conocida para el Rey Andrés, Santiago, su mejor amigo. En el escrito estaba anotado la fecha del día y 30 minutos de diferencia de la hora actual. Dieron una orden al Capitán de los Soldados de plata y un batallón fue a la dirección marcada a investigar. A su regreso traían al amigo del Rey encadenado todo cubierto de sangre. Cuando los guardias lo encontraron, el condenado había matado a gran parte del ganado del establo vecino y estaba a punto de asesinar al dueño de las reses. El supuesto criminal decía una y otra vez que las vacas habían comido de un pasto cuyas toxinas eran venenosas para los humanos y estas iban a ser consumidas por gran parte del poblado todo por culpa del granjero que había hecho todo a propósito y Santiago quería detener al campesino y evitar que gente inocente muriera.
El Rey vio al hechicero en una esquina del salón cuando este le dijo mentalmente, un trato es un trato.
Andrés Respiro profundo y dio la voz de mando para que fuese cumplida la ley.
Esta fue la primera vez que se le vio llorar al Soberano en público. La segunda, en el décimo cumpleaños de su primogénito, nueve años después.
De esta forma fueron realizándose cada uno de los favores pedidos por el viejo Alquimista siempre con un giro retorcido y espeluznante que hacía pensar que él era el causante de las situaciones. Una anciana con la pierna destrozada por una trampa para osos colocada en cierto punto en el bosque, un niño y una niña golpeados casi a morir por alguien que comió un dulce que tenía un tipo de droga, un escalón quitado al azar de algún lugar de la aldea y una mujer embarazada que casi pierde a uno de sus gemelos al tropezar.
Hasta que llego el décimo cumpleaños del Príncipe y el anciano se apareció en el castillo solicitándole a la Reina como último favor, felicitar al Príncipe Caleb.

Gracias a todos los files lectores aun no acabamos no quedan capítulos por publicar aquí compartiré los enlaces de los capítulos anteriores para que se enganche por completo con esta historia.!

Capitulos I & II https://steemit.com/cervantes/@akagamicloud/el-principe-capitulo-i-and-ii
Capitulos III & IV https://steemit.com/new/@akagamicloud/el-principe-capitulos-iii-and-iv
Capitulos V & VI https://steemit.com/cervantes/@akagamicloud/el-principe-capitulos-v-and-vi