OPINIÓN | Venom, o el hypeado Prometeo

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Hay ocasiones en las que el poster de una película delata la serie de eventos desafortunados detrás de su producción… y, claro, después está Venom | Fuente: Empire

Hace dieciséis años, Sony Pictures Entertainment estrenaba Spider-Man (2002) en las salas de cine de todo el planeta. Con Sam Raimi en la silla del director y un reparto compuesto por Tobey Maguire, Kirsten Dunst, James Franco, Willem Dafoe y J.K. Simmons, entre otros, la película, distribuida por Columbia Pictures – propiedad de Sony desde 1989 –, revivía la categoría del blockbuster de verano y sentaba las bases de una franquicia multimillonaria con gran acogida entre la crítica y el público, con ganancias netas de 1.5 millardos de dólares en su primera entrega y poco menos de 4 millardos de dólares entre sus tres películas.

Apenas cinco años después, el panorama para Sony y sus propiedades intelectuales basadas en el héroe arácnido se volvería bastante más complejo. Tras haber perdido el control de la pelota, no sólo con la pobre recepción que tuvo Spider-Man 3 (2007), sino con el reinicio de la franquicia, titulada The Amazing Spider-Man (2012), que tenía Andrew Garfield y Emma Stone como grandes ganchos, Sony se vio en una encrucijada. Había que revivir con urgencia la franquicia o arriesgarse a verla morir. The Amazing Spider-Man 2 (2014) quiso crear un universo cinematográfico que tuviera a Peter Parker como principal hilo conductor, pero sus ganancias y su recepción por parte del público, de nuevo, no fueron suficientes.

Marvel Films, naturalmente, aprovechó su momento: tras negociar exitosamente la entrada del personaje en el Universo Cinematográfico de Marvel – esta vez interpretado por Tom Holland – en Captain America: Civil War (2016), la excelente recepción que tuvo hizo que el estudio considerara el enorme potencial de esa propiedad intelectual. Sólo un año después, Spider-Man: Homecoming (2017) se convertiría en un gran éxito en taquilla y, ya con una secuela en camino, es bastante dudoso que el actual gigante de las películas de superhéroes piense siquiera en engavetar o ralentizar el éxito del trepaparedes neoyorquino.

Hoy por hoy, no hay estudio que no tener su propia franquicia mastodóntica. Los ejecutivos de Sony, cayendo en cuenta de esto, decidieron contraatacar.

La idea de utilizar a uno de los más importantes rivales de Spider-Man, Venom, en su propia película en solitario, no es nueva. Ya en 1997, David S. Goyer – esa figura amada y odiada a partes iguales en el mundo de los guionistas de películas de cómic – coqueteaba con la idea de escribir una película para el personaje; pero la idea no resultó fructífera y, en 2007, audiencia y crítica concordaban en que probablemente lo más desastroso de Spider-Man 3 había sido la aparición de Venom en ella – para pesar de la estrella en ascenso que para ese entonces era Topher Grace, fresco del éxito de That 70’s Show – por lo cual el personaje caería en la oscuridad.

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Casi se puede ver el “Dios, en qué problema me metí” en la mente del buen Tom en esta foto | Fuente: From the Movie

En 2016, no obstante, Avi Arad y Matt Tolmach tomaron el control de un nuevo proyecto; un universo cinematográfico independiente de las películas de Marvel, centrándose en los villanos de Spider-Man. Quizás inspirados por la buena acogida de películas como Deadpool (2016), se anunció que Venom sería la punta de lanza de este esfuerzo, dándole al villano convertido en anti-héroe un papel protagónico en una película de bajo presupuesto y censura R. El seleccionado para dirigirla: Ruben Fleischer, un director célebre por su clásica comedia Zombieland (1974) e infame por el resto de su carrera cinematográfica. El actor seleccionado para interpretar a Eddie Brock, el huésped del simbionte: Tom Hardy, un actor cuya presencia física y calidad actoral se ha vuelto inigualable.

Las esperanzas de los fans, avivadas por una campaña de hype como pocas, hicieron que la película se convirtiera en un tema de conversación en los medios, tanto por las razones que la hacían oportuna… como por las que no. Había quien – justificadamente – temía que Sony haría un desastre; otros, por la presencia de su magnético actor principal y por la insistencia de su director en que produciría una película cruda y sanguinaria gracias a estar deslastrado de las estrictas imposiciones de Marvel y Disney, haría una obra digna del personaje.

Finalmente, en octubre de 2018, Sony estrenó Venom en Los Ángeles, en medio de una campaña de rumores que señalaban que el mismísimo Tom Hardy no estaba de acuerdo con la producción final y que la película, anunciada con bombos y platillos como una violenta película de censura R, terminaría obteniendo una censura PG-13. La crítica se ha cebado con la película, con apenas un 30% de aprobación en el portal Rotten Tomatoes a la fecha de publicación de este artículo; sin embargo, Venom ha logrado ser un éxito en taquilla, consiguiendo unas ganancias de estreno de 205,5 millones de dólares y rompiendo récords de estreno en el mes de octubre.

Y sí, Venom no es el desastre que la crítica especializada ha anunciado…

… pero tampoco es una buena película.

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El inicio de Venom es sorpresivamente oscuro; una nave de Life Foundation, en su viaje de regreso a la Tierra tras haber explorado y traído muestras de un cometa que pasó muy cerca de la órbita terrestre, se estrella en Malasia. Aunque el equipo de control de pérdidas de Life Foundation logra recobrar tres de las cuatro muestras que traía el transporte, una muestra se extravía en el caos. No que importe mucho: siguiendo los protocolos establecidos, las muestras restantes son trasladadas a la sede de Life, en San Francisco, para su análisis.

Paralelo a esto, conocemos a Eddie Brock, un reportero de investigación de dicha ciudad que está viviendo el momento dorado de su carrera. Eddie es un hueso duro de roer; su olfato periodístico sólo es superado por su irreverencia a la hora de opinar y elegir casos, y su presencia mediática le convierte en una sensación para unos y una espina en la columna para otros. Todo parece ir bien para Eddie, con una estrella en ascenso en lo laboral y una relación sólida y feliz con Anne Weying, asesora legal para una firma de abogados.

Pero cuando su jefe le asigna entrevistar a nadie más y a nadie menos que a Carlton Drake, el joven CEO de Life, Eddie no sólo tiene un muy mal presentimiento, sino que, tras husmear más de lo que debería en la laptop de su joven pareja, descubre que Life está en medio de un complejo aprieto legal. El sabueso interno de Eddie busca una historia… pero su ego y su firme creencia en exponer las oscuras intenciones de Drake le hacen perder su empleo y el corazón de Anne, una vez los jefes de ésta deducen que la filtración no pudo haber venido de otra persona sino de ella.

Habiéndolo perdido todo, Eddie sólo tiene un pensamiento en mente; alejarse por completo del periodismo y de la investigación que se lo quitó todo. Pero, como buen periodista, sus intenciones de pasar página duran poco; una fuente interna en Life, visiblemente decepcionada de la grandilocuencia y la megalomanía de su jefe, le busca con evidencias que confirman que todo lo que Eddie sospechaba de Carlton Drake es cierto… y hasta peor.

Eddie decide infiltrarse en la sede de Life, habilitado por dicha fuente, para descubrir la verdad…

… y termina no sólo tropezándose con más que la verdad, sino siendo el forzoso huésped de una criatura del espacio exterior – producto de una de las muestras que Life recogió en el cometa – con su propia agenda y con intenciones muy específicas. Una criatura que todo fan de los cómics reconocerá como un simbionte.

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Bien me decía mi madre que no debía asaltar una tienda china... | Fuente: CNET

Si, al haber leído la sinopsis de la película, sientes que es una versión light del argumento de Upgrade (2018), no te culpo. Y esto no debería ser un punto contencioso; hace seis años, Dredd (2012) – película que, por cierto, sin duda reseñaré en algún momento en mi canal – logró salirse con la suya con una trama que guardaba una gran similitud con The Raid (2011), ese tour-de-force de acción y artes marciales con el que el director Gareth Evans y su protagonista, el indonesio Iko Uwais, saltarían a la fama. De las razones de esto hablaremos en una próxima oportunidad… Pero el resultado es bien sabido; Dredd no sólo logró revitalizar a un personaje clásico que venía muy de capa caída tras la desastrosa adaptación protagonizada por Sylvester Stallone en 1995, sino que se convirtió en una excelente película por mérito propio.

Venom, por el contrario…

De haber mantenido la atmósfera cruda y de suspenso que caracteriza a la película en su primer acto, así como de haber respetado más su lógica interna, Venom habría sido mucho más exitosa en justificar su trama. Pero lo cierto es que, más allá de su comienzo sorprendentemente atractivo, estamos ante una típica película de superhéroes de comienzos de los 2000… y no ante una de las buenas. La posesión de Eddie Brock por el simbionte, en vez de aumentar la tensión narrativa de la película, no hace sino cambiar por completo su naturaleza y acercarla a una especie de comedia de amigos – eso sí, enmarcada en algunas set pieces muy divertidas – en la que Eddie aprende, de buena y de mala manera, que deberá darle mayor libertad a su orgánico y sarcástico nuevo amigo si quiere detener a Carlton Drake en sus malvadas ambiciones.

Este recurso, aunque bienvenido en sus primeras instancias, comienza a desgastarse rápidamente; el segundo y el tercer acto de la trama sufren en consecuencia, haciendo sentir que una película de 112 minutos pudo haber durado unos 20 minutos menos sin mayores problemas. La verdad sea dicha, la desconexión con Spider-Man – el principal rival de Venom, con quien el simbionte tiene una historia de amor-dolor conocida para los fans – obliga a los guionistas a poner de relieve una razón algo diferente, tanto para la presencia de los antagónicos organismos en la Tierra, como para el cambio de sentimientos del simbionte al respecto de la humanidad. Una razón que, siendo justos, se siente algo forzada.

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Uno de los más grandes problemas de Venom, increíblemente, es su reparto… y la nula química entre ellos | Fuente: The Amaranta

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En lo que a actuaciones respecta, el casting de Venom no sale muy bien parado. Cierto es que Tom Hardy es uno de esos actores capaces de ofrecer de manera consistente actuaciones espectaculares en cualquier proyecto en el que se involucra, sin importar el éxito o el fracaso de sus filmes. Aquí, sin embargo, esto ocurre por pura casualidad; al actor inglés no se le nota completamente cómodo en su papel, y su Eddie Brock no transmite por completo – ya sea por guion, ya sea por mala dirección – aquellos rasgos que solemos admirar en los reporteros en la pantalla grande. Eso sí, una vez el simbionte se apodera de Eddie, a su intérprete se le ve mucho más en su elemento; conocido por interpretar personajes con profundas contradicciones, Hardy logra plasmar de manera solvente el miedo y el terror que experimenta el personaje a medida que se adapta a su nueva condición.

El resto del reparto, lamentablemente, no tiene la misma suerte. La presencia de Michelle Williams es apenas anecdótica y su química con Tom Hardy es bastante pobre, siendo su rol además casi innecesario para el funcionamiento de la trama. Riz Ahmed, joven actor y rapero inglés de quien ya tenemos excelentes referencias, tanto por su papel en Nightcrawler (2014) como en la miniserie de HBO The Night Of (2016), aquí está desdibujado como el villano de la función, faltándole mucho del magnetismo y el carisma necesarios para convencer a la audiencia de que es más que una caricatura de Elon Musk. Jenny Slate sale algo mejor librada como Dora Skirth – la fuente de Eddie Brock en Life Foundation – pero su personaje apenas es un habilitador para que avance una trama que no le da mucho más que hacer.

Los valores de producción del simbionte, y el CGI involucrado en su creación, merecen un párrafo aparte. Dada la naturaleza del personaje, garantizar la credibilidad del mismo requería que la calidad de este apartado fuera más que sobresaliente… y los encargados del mismo, lamentablemente, quedaron a medio camino. Aunque las escenas de close-ups están muy bien trabajadas, Venom no se salva de esa ocurrencia habitual en las películas de bajo presupuesto: los efectos especiales mal realizados y hechos apresuradamente. A lo largo de la trama, comienza a notarse que la abundancia de escenas de noche no es sólo una elección para ambientar la ambigüedad moral del personaje, sino una forma de suavizar la irregular calidad del CGI... sobre todo en la pelea final entre Eddie Brock y Carlton Drake.

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¿Esta escena se veía cool en el trailer, no? PUES NO | Fuente: Free Addons

Dicho esto, ¿era necesario hacer una película de Venom? Esta pregunta puede tener diferentes respuestas dependiendo del interrogado. Los fans tenían años esperando una película basada en el popular simbionte de la Casa de las Ideas, y los estudios, en su guerra por la taquilla, no escatiman esfuerzos en adaptar ideas que podrían triunfar en la industria. Es una lástima que Venom, contando con grandes recursos y un buen reparto a su disposición, termine siendo una obra cuyas virtudes sean perfectamente equilibradas por sus defectos, sintiéndose como una película a medio cocinar y con un claro problema de identidad, dividida entre el filme novedoso, crudo y genuinamente terrorífico que pudo ser…

… y la anodina película de superhéroes que termina siendo.


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Hola, no conocía toda la información que proporcionas en tu texto sobre la película, a mí en lo personal me sedujo completamente ese personaje mezcla de humano con extraterrestre, y aunque la película no sea una obra maestra, visualmente está muy bien, y los actores y el argumento tampoco me han disgustado, saludos.

¡Saludos, @doctorlibro! 👋 ¡Gracias por leerme!

La película es divertida, la verdad. No se le puede negar que la primera media hora es bastante tensa y atrapa, y los inicios de la relación entre Eddie y el simbionte son bastante cómicos (ayuda que Tom Hardy sea bastante bueno haciendo comedia). Pero yo sí hallé el final de la película un tanto decepcionante, lo sentí muy costumbrista... Mucho ruido y pocas nueces.

Lo hermoso de plataformas como esta es que siempre podemos estar de acuerdo en nuestro desacuerdo. ¡Espero verte más seguido por aquí! 🤗

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Este post ha sido votado por el proyecto @templo Cine

@bohemian.machine agradeceríamos un saludo en nuestro próximo reporte de curación que contendrá un enlace a su post

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Bueno, no he visto la película pero todos los comentarios van por la misma vía...

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