Hablando de soledad

Si algo debo agradecerle a la soledad fue que nunca me dejó sola, me ha acompañado silenciosamente a lo largo de mi vida. Gracias a ella puedo apreciar el valor de una buena compañía, y disfrutar una conversación.

Conozco personas que viven sin más nadie y no se sienten solos y otros que viven acompañados y se quejan de soledad. Todo depende de las motivaciones personales y la manera de ver la vida que tenga cada quien.

La soledad es el espacio íntimo donde puedo disfrutar un buen libro, una película o alguna otra afición, como tejer, bordar, o pintar. No le temo, porque me ha dado muy gratos momentos y me ha obligado a estar conmigo misma, quizá la compañía más difícil, porque esta me inventa desafíos y me obliga a centrarme.

Es más fácil estar solo en soledad que estar acompañado y sentirse solo, esto último es realmente desquiciante. Convivir con alguien que añora estar solo y se aísla en nuestra presencia es muy complicado. Hacer un viaje largo con alguien, que a propósito lleva un mutismo, es abrumador; no se sabe con qué se va a presentar cuando rompa el silencio y entable una conversación, sobre todo si la persona tiene trastornos emocionales.

Viajar en silencio cuando las almas están compenetradas es muy agradable, cada uno disfruta el paisaje, observa, piensa, sale de la monotonía y descansa física y emocionalmente. De igual manera compartir el día a día en silencio, haciendo cada uno lo que le gusta, es quizá el más alto grado de convivencia, poder acompañarse sin afectarse.

Visto de esta manera puede comprenderse que estar solo es una decisión personal, hay quien decide apartarse voluntariamente porque prefiere estar así, a tener que coincidir con alguien, bien lo dice el dicho: “ni tan calvo, ni con dos pelucas”, cuando este aislamiento se prolonga la persona puede comenzar a padecer las consecuencias de su ostracismo y convertirse en un problema para sí mismo y para los demás.

Momentos de soledad, alternados con momentos de compañía, poder apartarse o reunirse voluntariamente, son decisiones necesarias para cada individuo. Siempre vamos a necesitar la socialización por lo que apartarnos de todo no es muy conveniente.