Cadena de milagros en pacientes oncológicos

La gente me pregunta ¿Cómo está tu Mamá? A lo que respondo, muy bien en radioterapias en #Colombia porque en #Merida no las hacen. Unos segundos seguidos empiezan con la quejadera, como la Señora que se cayó de su cama y se hizo un morado, era la película con efectos especiales al estilo Avengers en su última entrega. Señora escúchese por el amor de Dios.

Es comprensible que la queja sea hasta cierto punto una manera de drenar, pero de verdad hay gente que se pasa, se pasan. En fin. En medio de este escenario es menester mencionar la gran cantidad de fundaciones que están apoyando a pacientes con cáncer en el país.

Las iniciativas de jóvenes en #Merida para atender a niños y niñas del Hospital Universitario de los Andes se hace sentir y no solo eso, entes culturales que aportan su música, talento y donativos. Hay que ver lo positivo en medio del caos.

Ya sabemos la realidad, ya sabemos que los medicamentos no se encuentran en el país y puede que no lleguen recurrentemente al IVSS. Las denuncias se han hecho, todos los días se escuchan en la radio, en la TV. Pero hay formas de canalizar, hay gente que necesita orientación.

Orientación en el sentido de saber en dónde puedes realizar una alerta para el medicamento que requieres como Badan, fundaciones que los donan, u otras que lo entregan a través del trueque, lee usted bien –trueque-. Además de los centros especializados donde hacen o no hacen resonancias, tomografías.

En el caso de #Merida #Venezuela donde hace seis meses no hacían resonancia de mama bilateral, por no hablar de otros casos como las gammagrafías. Y ni que decir de los contrastes para hacer las tomografías, que el paciente debe buscar por su cuenta.

Al final de todo este camino, estoy convencida de que la manera más idónea de transitar este escenario es siempre estar dispuesto a ayudar al prójimo, no saben ustedes las cadenas de favores que se generan. La cantidad de personas que conoces y que de manera desinteresada te ayudan.

Al final nos convertimos en una especie de soporte para llevar los diagnósticos, que te sacuden como el Ca de mi Madre y como te trae al presente, y como se ve la vida de una manera diferente, donde las risas se hacen abundantes y el agradecimiento también. Se leerá come flor, pero créanme que es así.