OPINIÓN I Venezuela es un infierno, Maduro es su diablo.

in #cervantes6 years ago

(Fuente)

Hoy amanecí con el corazón arrugado. Por primera vez no aguanté y me eché a llorar como un niño por mi país. Precisamente el detonante de mi llanto fue la cantidad de infantes que mueren por causa de enfermedades asociadas a la desnutrición. En el 2018 según cifras de Caritas Venezuela, alrededor de 280 mil niños morirán por esta causa. 

“En esta carrera que escogiste debes ser fuerte, Monterey”, fue el consejo de una periodista. Pero no se trata sólo de ser fuerte, veo como algunos se enriquecen mientras que la mayoría está perdiendo la dignidad. Andan por las calles sobreviviendo. Caminando con ropa remendada, cansancio en la mirada, hambre y malos olores por no haber dinero para comprar un jabón, desodorante o lava ropa.  

Estás en la calle y ves las colas en las panaderías. Historias como “fui a la panadería y el pan lo aumentaron. Iba a comprar 20 y tuve que traerme 15. De paso, no había punto y tuve que esperar. Menos mal no se bloqueó la tarjeta”, son el pan de cada día en Venezuela. 

Por otra parte, ahora entierran a la gente en ataúdes de cartón y hay que rogarle a la alcaldía por un hueco en una fosa común y para que suplan los gastos. Un ramo de flores sencillo tiene el valor de 15 millones de bolívares. El entierro unos 300 millones aproximadamente y ese precio es el de hoy, el lunes tendrá otro. 

El café no asiste en ocasiones a los rosarios y velorios porque ahora los viejitos sólo hacen la borra para engañar a la mente y al estomago por la mañana.  Vas a la calle y notas que la gente sólo tiene como prioridad conseguir comida. Algunos cuentan con la suerte de tener un familiar en el exterior, otros medio se alimentan. Un salario no alcanza ni para un paquete de harina de maíz. Puedes ser jefe y tener el mejor cargo; sin embargo, muchos jefes importantes se miran los pies y pueden ver cómo se les va desapareciendo el calzado. 

“Yo por lo menos no paso hambre”, me dijo un amigo recientemente. El conformismo es un patrón que se repite. El rostro del hambre espiritual aparece después.  La gente no tiene para comprar ropa, menos para pagar sus estudios en la Universidad. Una impresión a blanco y negro sale en 100 mil bolívares por transferencia.  

Muchos medio duermen porque la mayor parte del día no hay suministro eléctrico. Entre fallas eléctricas, colas en las gasolineras, falta de agua, el ruido de los mosquitos en los oídos, la ausencia de efectivo e internet, el hambre, la delincuencia y la zozobra de no poder acceder a un documento tan necesario como la cédula de identidad o el pasaporte, no hay tranquilidad. Un viacrucis queda ridículo como metáfora para describir lo que se vive.

Venezuela es un infierno, los guardias y maduristas enchufados sus demonios, y al parecer nadie ve, nadie oye, nadie habla y ya la mayoría de los venezolanos están destinados a morir en vida bajo el legado del fallecido presidente Hugo Chávez. Ojalá los gusanos se coman hasta el polvo y sus restos. 

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Triste, muy triste realidad actual de Venezuela y lastimosa para todos los Venezolanos...

Eso denota la Necesidad de Fomentar la Unión, Planificación y Acción Urgente para salir de todo esto... Saludos.

Así es mi amigo, cada día trabajando para ello... Saludos!

Esa es la realidad y no quieren despertar, que tristeza saludos.

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