Hoy estamos en víspera de san Valentín, y se me ocurrió la magnífica idea de hacer un especial de San Valentín, y es que yo amo esta fecha, me encantaba la época donde recibía flores, chocolates y un montón de regalos, de mis amigos, mis pretendientes… en fin es muy emocionante. El amor aunque lo “sentimos en nuestro corazón”, todos sabemos que realmente todo ese coctel de emociones se genera en nuestro cerebro y precisamente de eso se trata este post de nuestro cerebro y el amor.

Ciertamente cuando estamos enamorados nos volvemos un poco locos… y es que los niveles de serotonina en nuestro organismo se desploman y son compensados con altos niveles de dopamina; esto hace que el efecto sea muy similar al de una droga muy fuerte y adictiva, por lo que nuestra mente crea vínculos asociados entre el placer y la persona deseada. A medida que el tiempo va pasando por la relación la oxitocina y la vasopresina se hacen presentes, en especial cuando se recuerdan los primeros años de relación.

El amor en su mayoría es una cuestión hormonal por lo que no podemos olvidar a la testosterona que es la que impulsa el deseo sexual, esta hormona se produce en niveles altísimos cuando estamos enamorados, así como el cortisol (sí, el amor nos estresa) y feniletilamina (es un compuesto muy similar a la anfetamina)… este coctel es lo que hace que las emociones aumenten.

Científicamente está demostrado que el amor no nos deja percibir la realidad precisa de las cosas, ya que los escáneres cerebrales realizados a personas enamoradas coinciden con el viejo refrán de "el amor es ciego", puesto que mientras que las áreas que recompensa la dopamina están entusiasmadas en el amor, las regiones relacionadas con las emociones negativas y juicio crítico están completamente apagadas.

El olfato también está involucrado y es sumamente importante, ya que las personas se sienten atraídas por el olor de otras personas que tienen combinaciones de moléculas en el sistema inmune diferentes a sí mismos. Esto además forma una combinación que en sí misma es la mezcla correcta de genes inmunológicos críticos para la supervivencia de la futura descendencia… asombroso ¿no?

Queridos amigos, esta es una de las partes que más me gusta y es que el mecanismo que actúa cuando estamos enamorados es muy similar al que sentimos cuando nos invade el miedo: corazón desbocado, rodillas casi dormidas, sensación de irritabilidad y sensibilidad en la boca de nuestro estómago. Este montón de síntomas lo produce nuestro sistema nervioso vegetativo, que es el que controla las funciones corporales que no dependen de nuestra exclusiva voluntad, como es el ritmo y la intensidad cardíaca.

Cuando nuestro cerebro detecta algún tipo de amenaza, o la presencia de nuestro enamorado (también llamado “objeto de deseo”), se activan un conjunto de reacciones encaminadas a poner el cuerpo en condiciones de atención y velocidad de reacción máximas. Cuando eso ocurre, inmediatamente se envía una alarma al hipotálamo y éste dispone la secreción urgente de hormonas del estrés, en especial de adrenalina. Así mismo, determinados núcleos nerviosos transmiten al corazón la orden de estar atento y preparado para cualquier eventualidad que pueda surgir.

Queridos lectores, espero que les haya gustado mi entrada, me pareció una idea genial para estas fechas, como lo comenté la semana pasada soy una curiosa empedernida por naturaleza y ese tipo de información no podía pasar desapercibida por mí, así que hace mucho tiempo lo investigué y acá vine a compartírselos. No es normal que haga una publicación a esta hora, pero no quiero dejar de publicar.