ÚLTIMA PARTE CAPÍTULO I DEL ÁGUILA BLANCA EN BUSCA DE SU DESTINO
Entre la Ciudad y el Campo
Cuando Rachel estaba culminando su tercer año, su papá Rafael regresa a buscar a su mamá, quien acepta volver y perdonarlo, ellos se veían eventualmente, Rachel recuerda muy pocos momentos compartidos con su papá, pero le gustaba la idea de que sus padres estuvieran juntos en !
Su padre tenía una finca y ganado, ovejas, cerdos entre otros animales, todos se van con su papá incluyendo su hermano Anthony que apenas iniciaba el liceo. Sin embargo, como entre la ciudad y el campo era una hora de camino, deciden quedarse en la casa del abuelo durante la semana y luego los fines de semana, su padre los iba a buscar y se iban a la finca.
Anthony cuando terminó el tercer año, salió muy mal, no aprobó todas las asignaturas, su papá lo castigó y lo levantaba temprano a estudiar y le pidió a Rachel que lo apoyara para que sacar las 6 asignaturas que le habían quedado. Para sorpresa de todos, las aprobó todas en reparación, entonces su papá le inscribe en un liceo agropecuario seminternado para que aprenda sobre la agricultura y ganadería. Es así como Anthony entra en otro mundo, sin embargo, él estaba feliz, su papá le enseñó desde los 10 años a manejar, a utilizar armas de fuego y todo lo que él decía tenía que saber un hombre.
A pesar, de todo que Rachel y su hermano se separaban por primera vez, fueron los días más felices para ellos, sus días transcurrían entre la ciudad y el campo, cada fin de semana lo pasaba en la finca, allí aprendió a nadar, a cultivar, tuvo su primera mascota un gato a quien lo llamó Campeón y con el que compartió mucho tiempo, pero un día se escapó y nunca más volvió, se hizo salvaje, pero aún lo recuerda con mucho cariño.
El padre de Rachel amaba el tango y escuchaba a Carlos Gardel un cantautor argentino, sentía amor por la literatura y la filosofía y Rachel le sigue sus pasos, fue su herencia. Su padre al igual que su mamá solo contaban con sexto grado, pero su papá era muy culto, leía muchísimo, a Rachel le gustaba escuchar sus historias.
Fue su papá quien le habló por primera vez de Sócrates, en su memoria quedó grabado que le contó sobre porqué este filósofo expresó la frase “Solo sé que no sé”. Le dijo que porque un niño le llevó braza para prender la pipa en su mano y él le gritó pensando que se quemaba, pero el niño tenía ceniza (y esta es un aislante) esto le extrañó al niño, porque un hombre tan sabio, no sabía algo tan sencillo.
Son estas historias que le quedaron grabadas y no ha indagado para saber si esto es cierto, solo confía en que esta historia fue contada por su padre y tiene que “ser cierta”. Otra historia que le contó fue sobre la llegada del hombre a la luna y que a pesar que se había escrito sobre eso, quedaron dudas sobre si eso fue realmente cierto, porque algunos señalaban que fue un montaje. Le dijo siempre hay que leer, buscar la información e investigar, fue así como en Rachel nació ese espíritu de investigadora y soñadora.
Sobre otro tema, que le hablaba era sobre la reencarnación, sobre ese mundo místico y desconocido, porque su papá fue príncipe Rosacruz. Ya su papá partió en armonía con Dios, pidiendo perdón y reconciliándose en la fe cristiana, pero eso no implica que Rachel no recuerde todos los momentos que compartió con su papá. Esas conversaciones entre padre e hija, son las que recuerda y agradece a su padre haberlo compartido, porque le inculcó el amor por la lectura y mediante esta ha podido autoayudarse para superar todos los momentos difíciles que se le han presentado y le permiten seguir viviendo a pesar de todo.
Las anteriores líneas, definen la importante labor del padre, y es por ello que cuando una pareja decida casarse, debe pensarlo muy bien, debe tener claro que de esa unión cabe la reproducción y que ese nuevo ser que nace de la misma debe estar acompañado de ambos, las separaciones marcan al individuo, en especial a los hijos, ellos requieren de sus padres y a estos separarse dejan huellas imborrables, frustraciones, desencuentros e incluso pueden causar estragos en el camino por no contar con el pilar fundamental que sostiene a toda familia, si hay una separación, debe darse en el mejor de los consensos, tomar en cuenta al hijo(a) , cuando tenga edad explicarle razones o sencillamente dar el amor requerido para que ese niño crezca de forma saludable, no podemos dar pasos que vayan en deterioro de la vida de otros, por eso al tomar decisiones se debe hacer con la madurez necesaria y si algo ocurre asumirlo con sensatez y cuidar de los hijos que no tienen la culpa de los errores de sus padres.
El Águila Blanca alza vuelo en Busca de su Destino
Rachel desde la adolescencia estuvo conectada con el mundo de la fantasía y aún después de adulta, ese mundo misterioso, eso que le es inexplicable, llama su atención y curiosidad, el porqué de las cosas. Ella en ese sentir lleva una necesidad interior de alzar el vuelo, de emprender un viaje, quiere como toda adolescente experimentar por sí misma, fue criada bajo normas estrictas y límites rigurosos, de los cuales, hoy asegura es la razón de ser la mujer de bien y exitosa que es, con una reputación intachable, por la cual da gracias a este régimen disciplinario al que fue sometida. En relación a los límites, son muchas las investigaciones que abren paso a este tema, sin embargo cada momento histórico, cada generación evoluciona y se va adaptando a las exigencias socioculturales, sin embargo, la disciplina es un mal necesario, no se puede ir por la vida sin normas, una sociedad sin normas, es como cual barco a la deriva y aún peor, dentro del núcleo familiar, que es donde deben darse las primeras pautas de comportamiento, ya que esto tiene una gran influencia en la conducta del individuo dentro de su entorno y si es criado bajo pautas de comportamiento, podrá desenvolverse en forma sana, sin verse afectado por otros u otra cosa que no esté ajustado al patrón conductual con el que creció.
Esto puede ser lo que hoy en día haga falta, las familias no están poniendo límites a los hijos y hay muchos que han perdido su horizonte. A Rachel, desde su niñez le fue inculcado la ética, moral y las buenas costumbres, ser sincera, expresar lo que siente sin máscaras. Su padre le decía “Rakucha, como la llamaba en ocasiones, o Raku (seudónimo que usa actualmente) hay personas que tienen una careta, no se muestran con su verdadera cara, no les gusta que le expresen su verdad, así que siempre di la verdad, por la verdad murió Cristo (…)”.
Ese fue un consejo que hasta hoy día le quedó grabado en su memoria, en su mente le retumba siempre y por el que no pierde su dirección. Su padre le decía que fuese abogado, un recuerdo gracioso sobre esto le decía: “eres como el Derecho Romano, sino la ganas, la empatas”. Sin embargo, ella desde niña siempre se inclinó por la docencia, cuando jugaba con sus muñecas, ella era su maestra, su prima Myla que hoy es Médico, como cosa que la vocación viene contigo era la doctora de sus muñecas y su otra prima Christina que hoy se mueve en el mundo de las finanzas era la dueña de la farmacia o el supermercado.
Rachel al culminar su bachillerato presenta un examen de admisión para ingresar a la universidad y fue asignada a la universidad pública de su lugar de residencia para iniciar estudios en octubre, y fue así como hizo el curso básico de Biología, una de las opciones que seleccionó por su pasión a la investigación científica y fue una asignatura que siempre obtuvo altas calificaciones en el liceo.
Ya finalizado el curso, en ese vagón de su vida, entra un joven ya profesional que vivía en el pueblo cercano a la finca de su padre, porque la familia tenían un negocio en el pueblo y ella solía visitarlo los fines de semana, se enamora de este chico, es su primer amor y el la pide en matrimonio, a su papá no le agradaba el chico, Rachel ya es mayor de edad y le dice a su papá que el tiempo dirá quién tiene la razón, aunque no eran los deseos reales de Rachel, no quería casarse sin culminar sus estudios, pero la vida da giros bruscos y te lleva a aterrizajes forzosos.
En esos tiempos, se tenían tabúes y convicciones muy fuertes y su papá le dijo “si quieres novio, es porque te quieres casar”. Pero lo que no sabía Rachel era la gran pena que se le avecinaba, de esa relación que le cambia drásticamente su vida. Aunque le dijo a su futuro esposo que no dejaría de estudiar y tomó precauciones para no tener hijo, sin haber
culminados sus estudios, él estuvo de acuerdo; no obstante su fisiología no le permitió el cuidarse y tuvo que dejar los anticonceptivos, pero Rachel no se imaginaba que ese hombre se casaba con ella por interés.
Tanto así que nunca la amó y después que se separaron, no veló ni siquiera por su hijo lo único maravilloso que le dejó ese transitar tan duro para ella, no fue el destino que se esperaba, siempre soñó con tener la familia perfecta, la que ella nunca tuvo, un hogar como cualquier otro. Pero, al alzar el vuelo, sin estar preparada se encontró con un mundo real, de dificultades, adversidades y ya no podía ni parar el tren, ni retroceder el tiempo, aunque en sus momentos de fantasía lo hacía. Su cruda realidad estaba allí, ya había alzado vuelo, ya había abandonado el nido y ya no estaba sola, tenía un hijo muy pequeño por quien luchar.
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CAPÍTULO I
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