Transcurrían las horas de aquella noche que se convertía para Daniel en el punto de partida para un nuevo amanecer, lleno de esperanza e ilusión donde su principal anhelo era escuchar de los labios de Camila que sus sentimientos eran correspondidos y que juntos darían comienzo a una historia de amor donde ambos serían los protagonistas.

Estaba deseoso de poder convertirla en su confidente, apoyo y en la persona más cercana a él, aquella relación que recién terminó lo había dejado con la ansiedad de sentirse acompañado, por lo que pensaba con ansías en el hecho de permanecer todo el tiempo que pudiera al lado de Camila.

Quería protegerla y hacerla parte de él, sentía que tenía muchas cosas que hacerle saber, crecía una necesidad urgente de desahogarse con ella y poderle contar de todo aquel dolor acumulado que tenía por la muerte de su padre cuando apenas era solo un niño de 11 años.

Por otro lado Camila se sentía realizada y muy feliz, escuchar de sus sentimientos la hizo sentir como que el mundo entero le pertenecía, era una explosión de emociones tan fuerte dentro de ella, que en momentos sentía que su corazón se detendría por eso buscaba entre suspiro poder controlarse.



Esa noche su cama y almohada fueron testigo de aquella inmensa felicidad que sentía que en momento despertaba preguntando si todo aquello era parte de un hermoso sueño, sin embargo, su emotividad le permitía reconocer que en realidad estaba sucediendo y que había llegado el momento de comenzar a vivir lo que estaba reprimiendo.

Al despertar pudo divisar a través de la ventana de su cuarto que un hermoso amanecer la cobijaba, lo cual complementaba la emoción del día anterior, mientras se duchaba pensaba que estaría haciendo Daniel y por momento tarareaba una linda canción que llenaba de alegría aquella cuatro paredes de su habitación.



Por un instante se dejó llevar por el impulso desenfrenado de llamarlo y escuchar su voz, pero se detuvo invadida por la pena de verse ansiosa ante de él, por lo que prefirió salir de su cuarto al encuentro de su madre, quien la esperaba con un rico desayuno.



Ángela se sentía abrumada al verla radiante pero fresca a la vez, era como si el amor que estaba quieto dentro de ella había invadido todo su ser, de tal manera que saltaba a la vista y no se lograba detener, pero lo más importante de aquello era lo feliz que lucía Camila y por supuesto a ella le agradaba mucho también.



De pronto estando en la cocina logró escuchar su teléfono repicar, corrió desesperada hasta tomarlo para lograr ver quien la llamaba, al confirmar que se trataba de Daniel los nervios tomaron el control de su cuerpo que casi no hallaba forma cómo responder.

Se escuchaban los repiques una y otra vez, hasta que sacó toda su valentía y pudo por fin algunas palabras pronunciar, Daniel quería saludarla y saber cómo se encontraba, por lo que ella respondía con simpatía y cierta ambigüedad, era traicionada por el momento pero aun así ella lo disfrutaba y no deseaba escapar, por el contrario deseaba quedarse instalada al teléfono para poderlo escuchar.



Entre algunas cosas que lograron conversar, Daniel no quería retraerse de hacerle saber que quería verla nuevamente, por eso sugirió poderla visitar, pero Camila consciente de su aún delicado estado de salud, le pidió que le permitiera que ella fuera de nuevo a su casa a recogerlo en el auto de su madre y así poder dar junto un paseo.



A Daniel le pareció muy buena la idea, se sentía considerado por ella y eso le agradaba mucho, quedaron de verse al medio día con la intención de comer algo juntos, era algo muy parecido a su primera cita, por lo que ambos se sentían algo extraño pero emocionante a la vez.

Camila conversó con su madre para ponerla al tanto de los planes para ese día y poder contar como siempre con su apoyo, su madre la autorizo para que se llevara el auto pero con la condición que tuviera mucha precaución al manejar, en vista de que aun Daniel estaba en su proceso de recuperación y debían ser responsables.

Camila estaba consciente que quizás en este nuevo encuentro le tocaba a ella expresar lo que sentía, por eso se sentía algo intimidada pero aun así se moría por estar a su lado, estaba resuelta a decir todo lo que sentía y lo feliz que era al saber que sus sentimientos serán valorados.

No quería esperar más, deseaba gritarle al mundo de su amor por Daniel, soñaba con cuidarlo, besarlo, tomar su mano y quedarse todo el tiempo que fuera posible junto a él, no estaba contemplado en sus planes perder más tiempo para conocerlo, saber de sus gustos, sus cualidades, defectos y todo lo que fuera parte de su mundo, donde ella simplemente quería ser parte importante de él.