Vitu, más rápido que la muerte VII.
Tras horas de investigación, una vez más, el sol se comenzó a acercar hacia el lugar donde se encontraba, había llegado el momento de volver a correr para huir de él o de buscarse un nuevo lugar en el que esconderse del implacable calor.
Indudablemente se decidió por esconderse, había comenzado a descubrir un nuevo mundo, uno que siempre había estado ante sus ojos, pero que nunca se había podido parar a observar con detenimiento debido a sus circunstancias.
Ahora, por fin tenía esa oportunidad, así que se metió en uno de los lugares más apropiados que había descubierto durante su investigación y trató de dormir un rato mientras el ardiente sol pasaba.
Fuente
Horas más tarde, y después de haber descansado, salió de su escondrijo para continuar observando todo lo que sucedía, la peculiar naturaleza de su planeta, el cañón en el que vivía y los lugares más alejados de su cañón donde parecía que sí prosperaba la vida.
Mientras observaba el vuelo de las lejanas aves, las cuales ya había visto en otras ocasiones, pudo advertir algo bastante extraño. Era una especie de animal, pero su vuelo no era el habitual, se quedaba parado en el cielo casi sin moverse y permanecía allí durante una cantidad de tiempo bastante elevada para a continuación hacer un movimiento brusco y así sucesivamente.
Parecía algo insólito, su comportamiento no era el normal en un ave, de manera que se quedó anonadado observándolo sin poder desviar la mirada, cuando de repente, sintió un fuerte golpe en su espalda, acto seguido su visión se desvaneció…
