LA DISCIPLINA PRODUCE PACIENCIA, Y LA PACIENCIA ESPERA POR LOS MILAGROS DE DIOS...
Dijo Job…
“Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos también recibir lo malo?” (Job 2:10)
La realidad es esta: Todos queremos recibir grandes Bendiciones en nuestras vidas, pero al mismo tiempo nos resistimos a la disciplina de Dios; aquella disciplina que moldea nuestro carácter, que nos capacita en la fe y nos conduce a dichas Bendiciones.
Como verás, es algo totalmente contradictorio, pues si recibes su Bondad, también tendrás que recibir su disciplina, pues solo de esta manera lograremos obtener el equilibrio y la armonía que tanto necesitamos en este mundo. Solo de esta manera lograremos plantar el Reino de Dios en nuestras vidas.
Un Hijo que acepta la disciplina de Dios, es un hijo que se maneja en estos tres principios: Viduy (Confesión), Teshuvah (Arrepentimiento), Tikun (Rectificación)…
Y esto es lo que espera Dios de cada uno nosotros al momento de disciplinarnos:
1- Que confesemos que hemos fallado.
2- Que mostremos un verdadero arrepentimiento en nuestros corazones en cuanto a nuestras malas conductas.
3- Por último, que tengamos la plena disposición de enmendar nuestros errores, reparar el daño cometido.
Cuando nosotros sus Hijos entendamos esto, ese día de seguro comenzaremos a ver y palpar la Gloria de Dios en nuestras vidas… ¡Amén!
“Por tanto, debes comprender en tu corazón que ADONAI tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo.” (Deuteronomio 8:5)
Shalom…
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