De manera general, la historia de Flix es similar a casi cualquier otra historia pues lo que se observa, a grandes rasgos, es el desarrollo de la vida de un personaje que nace, crece, resuelve sus problemas, estudia, conoce a su pareja, se gradúa en la universidad y trae al mundo a un bebé. Sin embargo, la particularidad de esta historia reside en el tratamiento que le da el narrador a ese contratiempo genético que representa Flix, el modo en que los padres del personaje asumen la llegada de un hijo muy especial y como se ocupan de educarlo y cubrir aquellas cosas que ellos no pueden enseñarle porque como gatos no dominan la conducta y las habilidades caninas.
Flix, a pesar de ser un chico especial, lleva una vida plena y sin limitaciones; por el contrario, tiene más libertad y más posibilidades de experimentar con distintas cosas que si fuera solo perro o solo gato.