Las Sandalias de Dios
Las Sandalias de Dios
- ¿Qué quieres?
Usted será capaz de reparar mi sandalia?
- Enseñemela. A ver si puede hacerlo, y si no, tirarla a la basura.
Dios se la dio y se dedicó a escuchar y observar el comportamiento del Zapatero,
quien nunca dejó de quejarse.
- Ha ido muy mal, pocos clientes y puros trabajos impares que dejan muy poco, como esta sandalia, así como la situación política de mi país es un verdadero carnaval, nuestros funcionarios son payasos buenos para nada, y qué decir del terror que han sembrado los narcotraficantes, a quienes nadie puede detener, porque el abuso de todo y de todos. La vida de cada día es más costoso, es imposible vivir decentemente; y añadir - continuó el zapatero - mi esposa está muy enfermo y trabajar sólo para comprar medicamentos; mi hijo mayor no tiene trabajo y lleva un año sin aportar un centavo a la casa; el marido de mi hija era una vaga y trabaja para mantener a toda la familia; y, para colmo de males, acaba de devaluar la moneda y todo se ha vuelto más caro de modo terrible. Esto ya no es vida - concluyó y entregó la sandalia reparada.
Dios, no pensó para pedir la cuenta, el calzo y dice adiós, por lo que el zapatero, sorprendido, respondió:
- Se va a ir sin pagarme? Esta es la altura, creo que soy estúpido! O me paga o llamó a la policía.
Sin alterarse Dios respondió:
Tranquilo, mi hijo, yo soy Dios, no acostumbro a usar el dinero, pero pregunteme lo que quieras.
El zapatero, confundido, incrédulo y sospechoso, preguntó:
- ¿Eres realmente Dios?
por supuesto, pedir lo que desee.
- ¿O sí? - Preguntó el sorprendido zapatero -, ¿qué quieres? - A qué Dios asintió:
pregunta lo que quieras.
- Bien - dijo el zapatero -, dame 100mil dólares con que puedo resolver toda mi vida.
Bien," respondió Dios - pero tengo que dar algo a cambio.
- ¿Qué me quieres librarte, Señor?
me dan las piernas.
- Imposible! - Exclamó el zapatero, ni por 300 mil dólares lo haría. Usted ve, valoro mucho y no me puedo imaginar, sin piernas.
Está bien, si no desea dar sus piernas, dame tus brazos.
Furioso, el zapatero le contestó:
- ¡imposible!, ni por darme un millón de dólares, ¿no ves que con eso puedo mantener mi familia?; además, no quiero ser un inútil para muchas cosas.
No te altere - añadió Dios - si no quieres darme las piernas o los brazos,
dame tus ojos.
El zapatero gritó:
-ni por todo el dinero del mundo yo te daría mis ojos. Dios no seas tan cruel, pideme algo más fácil.
y Dios concluyó:
¿no te das cuenta de que te lo he dado todo sin pedir nada a cambio? No hay fortuna capaz de comprar a un ser humano. Puede devaluar su moneda, pero no dejes que devaluen su espíritu. En cualquier situación les daré deseos de vivir, para construir, para luchar, para amar, y yo te daré todo lo que quieras. Usted tiene la respuesta, se atreven a decir sí a la vida.
**La vida nos ha mostrado que el egoismo solo nos hace perder la oportunidad de ser utíl a la sociedad, no importa cuanto puedas obtener a cambio de eso pero ayudar a otros en cualquier circunstancia y de cualquier modo nos permitirá crecer en misericordia, en bondad, en alegría para el espiritu y para Dios, seamos amables ante la sociedad.**
Hola @jadnven vaya que si me ha encantado esta reflexión. No dejes de escribir, estas palabras son necesarias para alguna persona de algún lugar del mundo. Un beso. - Apoyándote-
Lo haré sin cansancio bella amiga, gracias por ese beso motivador, y por tan importante apoyo.