Veinticinco de septiembre del dos mil quince
Me he mudado a la ciudad capital, han transcurrido tres semanas y no he escrito absolutamente nada. La verdad es que las cosas aquí son bastante monótonas y frías, los pocos momentos en los que mi corazón se ha sobresaltado ha sido ha causa de mis recuerdos pero más allá de eso, más allá de mi misma, nada. Pronto iniciaré la universidad y con ella el caos (o así dicen), solo espero que sigan quedando momentos en los que recordarme e irme a escribir Granadas. Puede que esta sea la ciudad de la furia pero yo soy el exceso.
Gritémosle juntas al vacío.