¡Hola comunidad Steemit! El día de hoy les presento mi participación en el concurso fotocuentos, dirigido por @rahesi, un divertido concurso que se trata de escribir una historia, de no más de 400 palabras, basada en una imagen publicada por @rahesi en el siguiente link . Ahí encontrarás la imagen de la semana y las reglas que se deben cumplir para participar. ¡Anímense!

Hoy es un día como cualquier otro, un cálido día de verano, el aroma fresco de los árboles que nos saludan con sus majestuosas ramas decoradas con brillantes hojas verdes, de las que puedo oír sus risas al ser acariciadas por el viento. Aquellas pintorescas edificaciones, de un estilo medieval tan acogedor, que nos rodean orgullosas.

Puedo ver nuestro reflejo como pequeñas manchas veloces en un gran espejo de aguas calmas, que circunda las calles de tan maravillosa ciudad. Con tu camisa veraniega, aquella sonrisa de dientes relucientes, aquella mirada misteriosa y cautivadora. Un día como cualquier otro.

Un atardecer de diversos colores se dibuja en un cielo aterciopelado, como si de una obra se tratase. Nuestras risas hacen eco por las transitadas calles, puedo escuchar el sonido de las ruedas de mi bicicleta rozar por el pavimento, el viento cálido agita mis cabellos y azota mis mejillas, una libertad nos embriagaba en aquel día como cualquiera.

No tenemos rumbo, sólo existimos por existir, reímos por reír, disfrutamos de cada momento de una existencia la cual no comprendemos.

Nos detenemos frente al Flandes Café, seducidos por aquel aroma peculiar que emanaban las finas tasas de porcelana, con aquel toque ancestral que tanto me gusta. Saboreo cada sorbo, puedo sentir como aquel humo delicioso me abraza, aquel líquido celestial que me embriaga en una fiesta de sabores que me hace volar por los cielos.

Ahí estaba él, sentado frente a mí, con aquella angelical sonrisa y mirada misteriosa, observando aquel horizonte de mágicos colores, saboreando la existencia de mil placeres, en un día como cualquier otro.

De los altavoces del local, un concierto de Beethoven se apodera de mis sentidos, el protagonismo de un piano, decenas de instrumentos que se transforman en un movimiento unísono, como un ser vivo que danza en una felicidad infinita. Siento como mi cuerpo cobra vida propia y se deja llevar por tan vibrante armonía, en una especie de trance soy absorbida por aquella maravillosa melodía.

Ya nada existía para mí, solo aquel aroma de mil sensaciones, aquella sonata celestial y aquella sonrisa cautivadora dibujada con los anhelos más profundos de mi mente, una fantasía alegórica de una realidad etérea. En un día como cualquier otro.