Por @latino.romano

Las corrientes de aire soplaban vientos con aroma a muerte hacia el cielo. Los vigilantes de los desventurados podían saborear la fatalidad en sus narices. Danzaban felices en picada veloz hacia su festín.

Cortina oscura, como larga cadena que se arremolina hasta la tierra. Así las aves forman fila mientras descienden a su paraíso, al lugar donde dos mundos se funden; donde la vida y la muerte se estrechan las manos y se sonríen con diplomacia.

Allí tendidos, yacen como momia los restos olorosos de lo que fue un gran búfalo, una hermosura de animal, lleno alguna vez de bríos y potencia, pero que el tiempo supo arrebatar sin misericordia.

La edad y la carne no combinan, el espíritu libre tiene su fin al pasar los años; cuando debe cumplir condena y pagar por su naturaleza.

Su exhalación es un llamado a la ruina, a la risa de infames y a la mirada compasiva de algunos; también al desprecio de otros.

Se pagan muchas monedas por un espectáculo en el teatro, pero este es un evento gratuito, uno abierto a todo público, donde no existe censura y los participantes son responsables por sus propios actos.

Plumas y picos ovacionan al interprete, interprete que deja su último aliento en el escenario.

Un acto que presenciarán generaciones, una zafra que atraerá comensales de muchas partes lejanas. Un capítulo que cierra con dolor, pero que anunciaba la continuidad de la historia.

Ciclo vital necesario, donde alguno muere y otros le aprovechan. Donde la carroña solo es un nombre incómodo para un manjar, una postal que no será enviada a nadie pero que todos esperan recibir algún día.

Escrito para el proyecto Spanish Freewrite de @mariannewest y @freewritehouse bajo el tema "Evento gratuito"